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Niños y adolescentes: el extraordinario valor de los dibujos confinados

Las pinturas reflejan la experiencia que cada menor ha tenido a lo largo de estas últimas semanas en tiempos del coronavirus

Naín, 3 años, Huelva (España). #dibujosconfinados.
Naín, 3 años, Huelva (España). #dibujosconfinados.
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Los cristales de las ventanas de muchos hogares se han decorado en las últimas semanas con dibujos. Ilustraciones realizadas por niños y niñas de cualquier edad y en cualquier parte del territorio nacional que escenifican instantes de su día a día durante la etapa de confinamiento, causada por la aparición en sus vidas de la crisis de salud pública generada por el coronavirus. Escenas variadas, en las que han utilizados pinturas, ceras, acuarelas o rotuladores para expresar lo que esta situación les ha suscitado. Hojas en las que se describen momentos anteriores a su “enclaustramiento”, cuando jugaban con sus amigos en el parque, asistían al cole o practicaban algún deporte. Pero, sobre todo, representaciones de imágenes que ya se han hecho habituales en nuestras retinas: personas ataviadas con guantes en las manos y mascarillas en sus rostros en el mercado, paseando al perro, corriendo o acompañando a sus hijos, y mucho, mucho coronavirus.

Decía el escritor y periodista español Ramón Gómez de la Sera que “en las cajas de lápices guardan sus sueños los niños”. Para saber qué sueños guarda la población infantil en estos momentos, Cinta Prieto Medel ha puesto en marcha la iniciativa Dibujos confinados. Afirma la joven onubense, alumna a distancia del Máster Interuniversitario en Memoria y Crítica de la Educación, que “el objetivo principal de este proyecto de arteterapia es ayudar a los más pequeños a exteriorizar lo que ven, escuchan o piensan durante el confinamiento”.

Se trata de una iniciativa que surgió durante la primera semana de cuarentena, mientras Cinta Prieto Medel realizaba trabajos de Historia de la Educación y leía artículos científicos sobre el dibujo como herramienta terapéutica. Durante sus investigaciones, esta joven estudiante, analizó las obras realizadas por los más pequeños sobre la Guerra Civil española en las colonias infantiles de la época. El visionado del documental “La guerra dibujada”, de Amanda Gascó y Xavier Cortés”, le dio la idea. Así que, señala esta joven, “se me ocurrió recopilar dibujos sobre el momento histórico que ahora viven, sienten y sufren los niños y las niñas de España y del mundo a causa de la crisis sanitaria por el Covid-19”.

En Dibujos Confinados han participado niños y niñas de hasta 14 años. La procedencia de las primeras obras fue de la provincia de Huelva. Posteriormente, en cuestión de días, “empezamos a recibir dibujos de otros lugares de España y también de Colombia, México, Brasil o Alemania”, comenta Prieto Medel. “En general, los niños han reflejado la aceptación de las medidas de seguridad, la higiene de manos añadida a su nueva rutina, una continua esperanza (con el uso del arcoíris o textos de “todo va a ir bien”), el miedo y respeto ante el propio virus, la confianza depositada en los sanitarios y el deseo de conseguir el fin de la pandemia. La mayoría de los “dibujos confinados” han mostrado una gran concienciación de la situación y de sus normas”, agrega la autora de la idea.

La iniciativa se mantiene abierta porque, como dice su fundadora, “aislados o no, aún estamos combatiendo la incertidumbre, el miedo al virus y sus consecuencias”. Por ello, mantiene operativo el correo dibujosconfinados@gmail.com para todos aquellos niñoS y niñas que quieran remitir sus trabajos para su posterior publicación. Además, prosigue Cinta Prieto Medel, “gracias a la Dra. Verónica Sierra, profesora del Máster que curso actualmente a distancia, “los dibujos originales también pueden enviarse al Archivo de Escrituras Cotidianas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alcalá”.

Propuestas como la llevada a cabo por este joven estudiante muestran que el dibujo es una vía de expresión como pueden ser la expresión verbal, corporal o conductual, y ayuda a que la persona que recurre a él evoque de forma libre y espontánea su mundo interior. Agnès Mayoral, psicóloga del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, sostiene que “los niños habitualmente realizan dibujos por placer, para mostrar y compartir sus habilidades y para expresar lo que viven y sienten, mostrando, de forma más o menos directa, su estado de ánimo. Cuando un niño muestra sus dibujos es importante preocuparse por el contenido, por conocer lo que ha querido representar, más allá de lo que ha quedado reflejado gráficamente”. Por eso, continúa Agnès Mayoral, “si los niños han hecho dibujos durante el confinamiento, probablemente las familias habrán podido ver cómo el contenido ha ido cambiando, reflejando la situación y las vivencias del niño y de la familia”.

Aseguran los expertos que, en general, en este tipo de situaciones, las emociones no varían de una edad a otra, pero sí cambia la forma de expresarlas. Además, la manera cómo cada niño o niña han vivido la pandemia depende de las circunstancias personales, familiares y sociales de cada familia. La doctora Agnès Mayoral sostiene que “los padres habrán explicado a sus hijos lo que está pasando, han intentado responder a sus preguntas, probablemente han querido tranquilizarlos, pero los niños suelen captar mejor las emociones que las explicaciones”. Asimismo, esta psicóloga del Hospital Sant Joan de Déu asegura que “cuando la preocupación de los adultos es elevada, aun no expresándolo verbalmente, los niños lo captan y lo expresan con sus propios recursos, como pueden ser los dibujos. Es posible que algunos niños hayan incrementado su afán por conocer más sobre la Covid-19 y después hayan representado lo que han entendido dibujando situaciones en las que el protagonista es un virus malo; otros podrían dibujar situaciones que reflejen calles vacías, pero con gente en las casas”.

Los dibujos reflejan la experiencia que cada niño o adolescente ha tenido a lo largo de estas últimas semanas. Vivencias que son individuales y que van asociadas a muchos factores. Cada dibujo es diferente y contiene creatividades distintas, desde un simple garabato a grafías más sofisticadas, que incorporan una función representativa que se va haciendo cada vez más compleja siguiendo las etapas de desarrollo evolutivo de cada persona.

Cuando un profesional observa el dibujo, los parámetros en los que se fija son, según Agnès Mayoral:

Agnès Mayoral mantiene que “los dibujos por sí solos no permiten hacer un diagnóstico para realizar evaluaciones clínicas. No se usa nunca una única fuente de información”. Por ello, en situaciones excepcionales, como podría ser el confinamiento causado por el Covid-19, la psicóloga del Hospital Sant Joan de Déu declara que “se pueden presentar reacciones adaptativas como sintomatología ansiosa, tristeza, inquietud, rabia, irritabilidad… que estas alteraciones se mantengan o remitan dependerá tanto de factores internos del propio menor como externos de la evolución de la situación de emergencia sanitaria actual. A pesar de eso, todavía es pronto para ver los efectos a medio y largo plazo de esta situación”.

Gráfico sobre las posibles reacciones de la población infantil y juvenil generadas por el confinamiento

De tres a cinco años

• Puede ser que hagan comportamientos regresivos como que se quejen más, vuelvan a no controlar esfínteres, querer dormir con los padres, pedir que los vuelvan a vestir, dar de comer, mayor dependencia de los padres...

• A nivel emocional pueden aumentar los temores, miedos, inseguridades (miedo al abandono, a personas o situaciones reales o fantásticas, miedo a la oscuridad...)

• Pueden presentar también cambios de comportamiento: mayor pasividad, irritabilidad, inquietud, somatizaciones...

• Pueden también observarse dificultades con el sueño o con la alimentación.

• En caso de sucesos traumáticos o estrés agudo, se puede ver también en el juego, en el que el niño representa repetidamente este suceso.

De seis a 11 años

• Pueden presentar reacciones emocionales de rabia, impotencia, irritabilidad, agresividad, culpa, tristeza, inseguridad, ansiedad, desprotección, culpabilidad, inseguridad (se han dado cuenta que su vida puede cambiar en muy poco tiempo), confusión, ansiedad (agravada por la pérdida de rutinas), retraimiento, timidez… todo eso se puede ver reflejado en los dibujos, conversaciones o juegos.

• Pueden observarse dificultades con el sueño o con la alimentación.

• Podemos ver también comportamientos regresivos (querer dormir con los padres, enuresis, apego excesivo a los padres…)

• Somatizaciones: dolor de cabeza, de estómago o en otras partes del cuerpo…

• Pueden presentar problemas de concentración, dificultades para realizar las tareas escolares, bajada de rendimiento académico…

De 12 a 18 años

• Las reacciones suelen ser muy similares a la etapa anterior, pero dado que se encuentran en una etapa vital de crisis (adolescencia), además podemos observar:

• Pueden agravarse la sensación de desorientación o confusión.

• Pueden parecer más distraídos o ausentes

• Aislamiento o rechazo a hablar

• Pérdida de interés por las actividades que hacía habitualmente

• Rebelión con la autoridad en general

• Problemas de comportamiento

• Rechazo a las actividades académicas

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