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Cosas que hacer durante la cuarentena por coronavirus: cómo arreglar una puerta que chirría

Remedios caseros y guía paso a paso para problemas profundos en las puertas

Zara Home

Después de una cisterna que gotea y de un vecino hiperactivo, el que produce una puerta que chirría cada vez que se abre y se cierra es quizá uno de los ruidos más molestos en una casa. Ese incómodo y agudo sonido, que nos traslada a una antigua película de terror, puede llegar a resultar especialmente irritante en los días de cuarentena con motivo del coronavirus (covid-19).

Para acabar con el problema, es necesario localizar la procedencia del crujido y llevar a cabo un mantenimiento continuado. "Las puertas suelen chirriar por dos motivos: o bien por la suciedad y el polvo que se acumula en las bisagras, que dificultan su movimiento, o bien porque se haya quedado aprisionado algún tipo de sedimento en el canto inferior y roza con el suelo al abrirlas", explican en UtilidadTV, el canal de YouTube especializado en solventar problemas cotidianos y dudas sobre bricolaje.

Los cambios drásticos de temperatura y humedad, que pueden dilatar la madera, serían la tercera causa que genera un desajuste en los puntos de tensión, lo que se traduce en un molesto ruido al abrir uo cerrar la puerta.

Primera fase: engrasar las bisagras

Si el chirrido procede de los pernios o bisagras que permiten que la puerta gire y se cierre, se deben engrasar de manera que al deslizarse no hagan ruido. "Para lubricar las bisagras, lo primero que se debe hacer es elevar un poco la puerta con ayuda de una cuña y un destornillador. A continuación, se aplica un poco de lubricante, que se encuentra fácilmente en ferreterías o grandes almacenes, y se abre la puerta varias veces para que la lubricación se extienda bien por toda la zona", resumen en el portal Hogarmania. En caso de que haya óxido acumulado, se debe limpiar con lana de acero antes de aplicar el aceite multiusos en el centro la pieza.

Maisons du Monde

Un producto lubricante con aplicador permite, al contrario que los aerosoles, controlar la dosis sin que salpique. Debido a su textura aceitosa, este tipo de sustancias pueden ensuciar con facilidad cualquier superficie, y son especialmente peligrosas para los suelos de parqué. Para evitar posibles manchas, los expertos en bricolaje recomiendan cubrir el suelo con una manta o bien aislar el borde de la bisagra con papel de cocina.

Aceites naturales, jabones y ceras: el lubricante casero

Un jabón de aceites naturales, la margarina o aceites de oliva o girasol son una alternativa eficaz y ecológica para lubricar las bisagras. Los remedios sólidos se aplican con un suave masaje con los dedos sobre la pieza. Para rociar las sustancias líquidas se usa un pulverizador. Después, se retira el exceso y se mueve la puerta para comprobar si sigue chirriando.

La cera de abeja y la parafina de las velas también sirven para lubricar el eje de los pernios. Es preciso derretirlas en el microondas en pequeños segmentos de tiempo para que no se sobrecalienten o bien dejarlas en una superficie que desprenda calor como un radiador. Cuando adquieran una textura líquida, se aplica una capa fin y se deja enfriar.

Vela 'Väldoft' de Ikea.
Vela 'Väldoft' de Ikea.

Otro remedio rápido y económico: la vaselina neutra. Esta sustancia untosa no solo hidrata la piel creando una barrera hidrofóbica que la protege frente a infecciones, sino que también puede usarse para abrillantar el mármol o lubricar las bisagras de puertas y cajones que no circulan con facilidad.

En el portal de bricolaje creativo BricoYdeco añaden a la lista un último elemento con una textura similar, el Vicks VapoRub. "Este ungüento mágico es una solución efectiva y duradera. La utilización es muy sencilla: se embadurna la bisagra y se deja que penetre bien. A las pocas horas el molesto chirrido desaparece y perdura su efecto por un año".

Masa de endurecimiento para tornillos aflojados

Lubricar siempre es una medida temporal. Con el paso del tiempo, los tornillos que sustentan la bisagra se aflojan y precisan ser reajustados con un destornillador. Si no es posible realizarlo con la puerta entreabierta, será necesario desmontar la puerta y ceñir los huecos donde se encajan los tornillos. La empresa de reparaciones Homeserve resume cómo hacerlo en los siguientes pasos:

  1. Sacar la puerta del marco arriándola primero en un ángulo de 90º. Apoyar una mano en cada costado para levantarla con mayor facilidad.
  2. Extraer la bisagra con un destornillador.
  3. Rellenar los huecos de los tornillos con un poco de masilla de endurecimiento rápido para madera.
  4. Atornillar de nuevo la bisagra.
  5. Antes de colocar el marco de la puerta, limpiar el macho de la bisagra con aguarrás y engrasar a continuación con el lubricante multiusos.
  6. Encajar la puerta de nuevo y cerrarla varias veces para comprobar que el ruido ha desaparecido.

¿Y si la bisagra está estropeada?

Los remedios anteriores funcionan siempre que la bisagra se encuentre en buen estado. "En ocasiones, ya sea por el uso diario o por un fuerte golpe, puede suceder que el pernio de una puerta se rompa, generalmente, por la parte que lo une a la puerta", comenta C. Díaz, reparador de la comunidad de Leroy Merlin. Si es el caso, aconseja cambiarlo de la siguiente manera para evitar problemas más graves y acatar el ruido que genera.

  1. Extraeremos la puerta para medir la longitud del pernio, teniendo en cuenta la distancia de separación entre cada uno de los puntos de fijación. Esta medida servirá de referencia para elegir bien el nuevo pernio.
  2. Retiraremos los tornillos del pernio dañado, tanto los que van a la puerta como los que van al marco.
  3. Colocaremos el nuevo pernio y aplicaremos un poco de lubricante para reforzar la eficacia.
  4. Encajamos la puerta de nuevo.

Segunda fase: cepillar el canto inferior de la puerta

El chirrido de una puerta puede deberse también al roce que genera en contacto con el suelo cuando se abre. "Pequeñas piedras, restos de comida, el barro de los zapatos… se quedan a menudo aprisionados en el faldón de la puerta. El ruido se produce por el roce de este sedimento con el suelo que, en caso de ser cerámico, además se raya", aclara este vídeo de UtilidadTV.

Para eliminar el residuo, aconsejan pasar un cuchillo plano o una lima por el canto y raspar el borde hasta que el sedimento se desprenda por completo. Si el espacio entre el suelo y la puerta no permitiera el acceso, se procederá a desmontar la hoja de la puerta para raspar con mayor comodidad.

oliver bonas

Cuando el roce se produce por un desajuste entre la puerta y el marco –debido al uso constante, cambios de temperatura o por la reciente instalación de una tarima flotante– habrá que cepillar o alisar la madera con una lija de grano grueso para que vuelva a encajar. "Se pueden evitar desprendimientos, roturas o astillas en el revestimiento si comenzamos a cepillar los bajos desde el extremo en dirección al interior del canto". Leroy Merlin recomienda este procedimiento cuando los roces no son demasiado pronunciados.

En caso contrario, es preferible desmontar la hoja de la puerta tras haber identificado previamente los puntos de mayor presión. "Para ello pasaremos una tabla fina de unos 3 milímetros de espesor, el hueco mínimo recomendado entre hoja y suelo, a lo largo de la base de la puerta. El punto en el que se detenga será la zona que debemos desbastar con la lija de grano grueso, de forma manual o con una lijadora eléctrica", puntualizan. Si el roce se ha producido en los cantos superiores de una puerta maciza, debemos añadir una capa de barniz o pintura en el mismo tono para un resultado más homogéneo.

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