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Columna
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La búsqueda del horizonte en medio de la crisis

El coronavirus ha traído el intento de una reconfiguración política en Colombia

Ariel Ávila
Una mujer en una estación de autobuses en Medellín, Colombia.
Una mujer en una estación de autobuses en Medellín, Colombia. Joaquín Sarmiento (AFP)

La crisis del coronavirus ha traído, entre muchas otras cosas, el intento de una reconfiguración política en Colombia. Por un lado, los alcaldes y gobernadores, en cabeza de la actual alcaldesa de Bogotá, Claudia López, comenzaron a liderar la lucha contra el Covid-19: simulacros de aislamiento, ayudas para los más vulnerables, pago de servicios públicos, entre otras medidas. El Gobierno nacional llegó tarde a la gestión de la crisis, pero rápidamente montó toda una estrategia, que incluye alocuciones presidenciales todos los días a las seis de la tarde, medidas de paquetes económicos y un control de la información fuerte sobre cómo avanza el virus en el país.

Todo indica que el presidente Duque está intentando mejorar la imagen y armar el horizonte de su Gobierno con la crisis del coronavirus. Antes, había intentado con la economía naranja, la seguridad y la lucha contra la corrupción, pero en todos fracasó. La principal queja de especialistas y analistas es que el Gobierno del presidente Duque no había logrado construir un horizonte claro. Ahora, con la crisis, lo está intentado. La pregunta es por qué hace esto el Gobierno. La respuesta es sencilla: no tiene otra salida.

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Actualmente, la imagen de aprobación del presidente Duque se encuentra en 24 puntos, y desde el inicio de su Gobierno no ha dejado de caer, solo tuvo un respiro en febrero de 2019 con el famoso cerco diplomático a Venezuela, estrategia que igualmente no ha dado resultados concretos. Esto significa que luego de 20 meses nunca hubo luna de miel con la ciudadanía. Ahora bien, el Covid-19 dejará como legado inmediato una situación de crisis para la economía colombiana, que se verá desde el segundo semestre de 2020 y se prolongará todo el 2021. Así las cosas, si el Gobierno no levanta su imagen y crea un horizonte ahora, ya no abra punto de retorno, lo que sigue es gestionar la crisis económica.

En todo caso, esta aspiración del Gobierno Duque choca con la aspiración de alcaldes y gobernadores. Muchos de ellos ven, también, una oportunidad de oro para consolidar sus liderazgos. Han tomado iniciativas mucho antes que el Ejecutivo, han propuesto ayudas sociales a los más desfavorecidos obligando al Gobierno nacional a dar el aval legal a dichas medidas y en general, no han sido pocas las veces en que han chocado. No se ha llegado a una situación de descoordinación como en Estados Unidos, pero los choques son permanentes.

Toda esta estrategia política se ha visto envuelta en otras dos grandes realidades. Por un lado, un legislativo nacional ausente, solo hasta hace algunas horas se aprobó la posibilidad de funcionamiento del congreso de forma virtual, pero lo cierto es que en todo este debate ha estado ausente. Apenas aparecen en redes, comentando programas de radio y la coordinación entre congresistas de un mismo partido es bastante baja. La otra realidad es un miedo impresionante de la sociedad colombiana. Un miedo que no es únicamente el temor al virus, también es el temor al débil sistema sanitario colombiano y el temor a cómo sobrevivir en términos socioeconómicos. Millones de personas en Colombia viven de la economía informal, encerrarse en la casa, para muchos, es literalmente pasar hambre.

Las preguntas que quedan por resolver son al menos cuatro: 1. ¿Qué tan profunda será la crisis económica? 2. ¿Quién o quiénes saldrán mejor evaluados en la gestión de la crisis y quiénes los peor calificados? 3. ¿Cuánto tiempo durará la emergencia en la salud? 4. Para las elecciones de mayo de 2022, ¿cómo llegará el país en términos económicos?

De estas cuatro preguntas dependerá el futuro de la coalición de Gobierno, de los partidos de oposición y en general del mapa político que se consolide en 2022. Tal vez, en términos generales, la disputa siga siendo izquierda- derecha, pero los jugadores podrían cambiar.

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