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Concierto para piano vertical

Michael Dalder (Reuters)

ESO QUE CUELGA es un piano. De cola. Sujeto por dos cables metálicos, pende de una grúa en movimiento, en medio de una obra en Múnich, Alemania, a finales de enero. Quien lo toca es el pianista suizo Alain Roche, que desde el año 2013 recorre el mundo dando conciertos en suspensión, habitualmente durante la hora azul (esa franja temporal que se da durante el crepúsculo donde no es ni de día ni de noche), como parte del proyecto Piano Vertical.

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Un equipo de ingenieros, coreógrafos y afinadores, encabezado por el músico Fernando Kummer, ha diseñado el piano, el único del mundo, aseguran, que suena en esta posición. También han diseñado una silla para asegurar la comodidad de Roche, con respaldo y un mecanismo para reposar los pies. En lo que nadie parece haber pensado es en el confort del espectador, para quien el concierto supone, sí, una experiencia “poética”, como la llama Roche, pero también una tortícolis como un piano.

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