Elegir lo más exótico o buscar platos que nos suenen: ¿qué es mejor pedir en un chino de lujo?
Un comensal sin miedo y otro prudente se enfrentan a la carta de Don Lay, uno de los restaurantes asiáticos más afamados de Madrid. Solo puede ganar uno
Dos comensales frente a frente, una carta y la responsabilidad de pedir mejor que tu rival. ¿Quién ganará? Con semejante premisa Xavi Sancho y Aitor Marín visitaron el restaurante chino Don Lay (Castelló, 117. Madrid), que hace poco se ha mudado al barrio de Serrano. Cocina auténticamente china con clásicos que le han hecho famoso, como sus laqueados o sus empanadillas cantonesas. A la hora de pedir, se enfrentan dos estrategias: Sancho opta por adentrarse en el extremo Oriente, Marín, más conservador, por lo bueno conocido.
La elección de Xavi Sancho
Hakao de boletus
Medio pato laqueado en dos servicios
Verduras chinas de temporada
Caldo de pato
"Me encanta ir a la contra. En la vida, en general, y en los restaurantes, en particular. Si alguien me dice que en este sitio hay que comer X, pido Z. Siempre me arrepiento. Por una vez, pido lo que toca: pato. Llega con una piel increíble y sabrosa. Lo acompañan tortitas, salsa de ostras, verduras y frutas. Hasta me hago un par de rolls con pato y melón, sin miedo. Mis elecciones anteriores y posteriores son interesantes, pero las de mi rival ganan, como ya es norma. El pato me hace sentir muy ganador y hasta algo chino. Me informan de que los chinos que vienen a veces solo se comen la piel. No tienen ni idea de gastronomía china estos chinos".
La elección de Aitor Marín
Canelón de langostino crujiente
Lomo bajo de ternera con verduras
Arroz salvaje de langostinos
Caldo de pato
"Siempre he sido un poco asqueroso para comer y eso, ante una carta repleta de nombres chinos, es un hándicap de salida. Mientras mi adversario se las da de Marco Polo, yo tiro por lo conocido. La suave pasta del canelón de langostino esconde dentro una especie de rollito crujiente. Al romperse el sabor del crustáceo explota en la boca. Gran comienzo. De segundo, un lomo bajo, jugoso, con ese toque de soja y jengibre que te transporta a Oriente. Nada malo que decir, pero no es el pato. Porque pato solo hay uno y lo tiene Xavi. Ni el delicioso arroz salvaje ni el caldo que generosamente este comparte conmigo me salvan de la derrota".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.