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Mi compañía de teléfono me ha anunciado que me sube la tarifa, ¿puedo pararlo?

Esta y otras 9 consultas resueltas por la Organización de Consumidores y Usuarios

¿Qué hacer ante una multa que creemos injusta? ¿Qué podemos y qué no meter en la maleta de mano? ¿Cómo evitar que nuestra compañía de teléfono nos suba la tarifa por el mismo servicio?... Como consumidores, no siempre tenemos las respuestas a las distintas dudas sobre servicios, salud, bienestar o sostenibilidad que nos pueden surgir. Pero para ello está la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que se encarga de solucionar muchas de ellas. Estas son algunas de las consultas que los ciudadanos han hecho a la OCU durante 2019.

Mi tique no se lee y quiero devolver lo que compré...

El tique de compra o factura simplificada es, en muchos casos, el único documento del que dispone el consumidor para justificar que ha adquirido un producto. En él consta su descripción, precio y fecha de la adquisición, así como el establecimiento que lo expide. Además, es esencial para acreditar desde el plazo de vigencia de la garantía hasta quién es el garante al que exigir las obligaciones que la ley impone. Por eso, siempre recordamos la necesidad de conservarlo para los productos duraderos, incluso fotocopiarlo o escanearlo para evitar que se pierda, se rompa o desaparezca la impresión, ya que, si ocurre esto, desaparece también el derecho a cualquier reclamación. En ocasiones, existen otras formas de demostrar la compra. Por ejemplo, ahora algunos establecimientos ofrecen emitir el tique escaneado por correo electrónico para salvar estos incidentes. En otros casos, si se dispone del extracto mensual en el que se relacionan las compras hechas en ese periodo, se puede emitir un duplicado, aunque para exigir este derecho es necesario siempre contar con algún documento que acredite la compra.

Mi compañía me sube la tarifa de teléfono, ¿puedo pararlo?

Para empezar, no estás solo: la nueva tendencia en el sector es ofrecer tarifas cada vez más complejas con mejoras obligatorias y siempre más caras (el más por más). Así, el cliente se encuentra con prestaciones que no va a usar o no necesita, como un teléfono fijo o una ingente cantidad de datos (GB), a un precio más elevado. Y lo cierto es que el contrato les ampara: es frecuente que en él exista una cláusula que permita al usuario modificar la tarifa, resolviendo el fin del servicio sin coste si la compañía no lo acepta, pero a cambio esta también tiene vía libre para elevar lo pactado. Eso sí, es obligatorio que te lo notifiquen con una antelación mínima de un mes, informando expresamente de tu derecho a rescindir antes el contrato sin penalización (algo que debes vigilar, pues esta se cuela con frecuencia). Y no se puede frenar: o lo asumes o cambias de compañía.

¿Puede mi banco usar mis datos con fines comerciales?

Solo puede hacerlo si has dado tu consentimiento, que, por otro lado, podrá ser retirado en cualquier momento de manera sencilla y gratuita. Normalmente, las entidades disponen en sus webs de un apartado en el que se puede consultar y gestionar el tratamiento de datos personales. Una vez identificado con tu usuario y contraseña, podrás ver los consentimientos otorgados y revocarlos si así lo deseas, por ejemplo, no autorizando a comunicar rus datos a terceros o no permitiendo que se pongan en contacto para ofrecerle otros productos del banco.

El pescado que he comprado tiene anisakis. ¿Puedo devolverlo?

No está permitido vender un pescado manifiestamente parasitado, según la ley. Por eso, se inspecciona de forma oficial en las lonjas y en los mercados centrales y, si está muy infestado, no se vende ni llega al consumidor. Aun así, es posible encontrar algún ejemplar a la venta con algo de anisakis. En ese caso, descubrir una larva al llegar a casa no se considera un impedimento para haber sido vendido, pero, seguramente, si acudes al establecimiento donde lo has adquirido, te devolverán el dinero. Más que de una cuestión legal, se trata de un asunto comercial, es decir, al pescadero o al supermercado le interesa tener contento al cliente y un artículo en esas condiciones puede considerarse un buen motivo de devolución. Para no encontrarte en esta situación, es recomendable comprar los pescados de tamaño mediano y grande eviscerados. Si no lo están, hazlo inmediatamente al llegar a casa. En todos los casos, lava la cavidad abdominal, examina visualmente los músculos abdominales y, si es necesario, elimina la ventresca; con esto se suprimen físicamente las larvas. A continuación, cocina o congela inmediatamente el pescado.

Un controlador me ha puesto una multa por parar en doble fila, ¿puede?

No puede multar, esto solo lo puede hacer un agente de la autoridad; sí puede denunciar (como cual- quier persona) y comunicar la infracción al Ayuntamiento. Pero, como los controladores de estacionamiento carecen de presunción de veracidad, si el denunciado decide recurrir, el controlador debe ratificar dicha denuncia ante un agente autorizado para que sirva como fundamento de sanción. En Madrid, además, se exige que la denuncia se acompañe de fotografías que prueben la falta. La ausencia de presunción de veracidad y de imágenes es lo que puede alegar el conductor, pero, si no gana el recurso, perderá el derecho a la reducción del 50%, al margen del coste de abogado. Y no bastará con negar los hechos denunciados por el controlador para que se archive el expediente y no haya sanción, sino que habrá que aportar pruebas, ya que la mera ratificación del denunciante (es decir, que lo haga sin contradic- ciones y de forma coherente con el contenido de la denuncia) supondrá la acreditación de los hechos y que la multa se considere conforme a derecho.

¿Qué debo saber antes de comprar en una web para evitar problemas?

Prioriza las tiendas online con un teléfono gratuito de contacto y dirección física en España o en la UE, por si debe reclamar. Si además la web tiene el sello de Confianza online, podrás hacerlo gratis si el Servicio de Atención al Cliente de la tienda no resuelve el problema. Evita siempre comercios cuya dirección web carezca del protocolo https:// precedido de un candado, no son seguras; usa en lugar de tarjeta de débito una de crédito, prepago o asocia tu cuenta a una plataforma tipo PayPal; guarda una captura de la imagen del producto con su precio y características. Y recuerda que, desde que recibes el producto, tiene 14 días naturales para desistir de la compra (y para devolverla), comunicándolo al vendedor, salvo en productos personalizados (una taza con su cara), precintados (DVD) o que puedan derivarse problemas de higiene (ropa interior). Y no necesita justificarlo: basta con un "no me gusta". Si el vendedor no informa de este derecho, el plazo se amplía a 12 meses, y deben devolverte el importe y gastos de envío originales.

¿Puedo viajar con una pequeña navaja suiza en el equipaje de mano?

Según la sociedad estatal AENA, los pasajeros no están autorizados a introducir en la Zona Restringida de Seguridad ni en la cabina de una aeronave enseres que constituyan un riesgo para la salud de los pasajeros y la tripulación, así como para la seguridad de los aviones y los bienes, como son objetos punzantes o con filo (de punta afilada o borde cortante que puedan utilizarse para causar heridas graves). Aunque este tipo de navaja en concreto no entra dentro de los elementos dictados por la nor- ma como prohibidos, es importante que contactes antes con la compañía para asegurarse, porque puede haber restricciones extra. De hecho, la propia norma habla de excepciones en el caso de que el objeto resulte sospechoso: "Se podrán prohibir otros artículos distintos de los enumerados". Además, "el personal de seguridad podrá denegar el acceso a cualquier pasajero en posesión de un artí- culo que suscite su recelo". Esto, respecto a objetos punzantes, pero puede abarcar más. También debe revisar la relación de otro tipo de prohibiciones, entre ellas, líquidos, aerosoles y geles.

¿Necesito algún permiso para hacer un huerto urbano en mi azotea?

Si nos referimos a un espacio donde plantar verduras y hortalizas, con la mínima obra posible y sin presencia de árboles o arbustos, la necesidad de obtener permisos para realizarlo en una azotea practicable de un edificio de viviendas podría venir por dos vías. La primera, la comunidad de propietarios. Hay que tener en cuenta cuál es el régimen de uso de esa azotea en concreto. Puede ser un espacio común, al que tienen derecho de acceso todos los vecinos, por ejemplo, para colgar ropa o tomar el sol; o puede ser de uso privativo para el dueño del ático. Si es de todos, nadie puede reservarse un espacio para sí sin el acuerdo del resto. Así, si de lo que se trata es de hacer un huerto urbano que pueda ser utilizado por los vecinos que lo deseen, necesitarás el permiso de la mayoría. Si la azotea es de tu uso exclusivo, puedes obviar el permiso de la comunidad, siempre que dicho huerto no ponga en peligro las condiciones de estanqueidad y conservación del espacio ni altere el aspecto de la fachada. El segundo escollo es el urbanístico, aunque mientras no se pretenda instalar en la terraza una estructura sólida y estable, es, en principio, innecesario plantear una solicitud al ayuntamiento.

¿Qué están haciendo los supermercados para acabar con las bandejas de plástico?

Lo cierto es que todas las bandejas de estos espacios ya son reciclables. Si las separamos en casa, acabarán en una planta de reciclado de plásticos donde se recuperan materiales para un nuevo uso. Pero, en efecto, los datos revelan que no es suficiente, y que cada vez consumimos más productos en plásticos, por lo que no se llega a los objetivos marcados. Para frenar esta tendencia, surgen iniciativas internacionales, nacionales e incluso de los supermercados. Se promueven nuevos materiales más fácilmente degradables, biodegradables y compostables. En todo caso, la mejor opción pasa por prescindir del envase innecesario. Y, por desgracia, aún hay muchos ejemplos en el súper en los que el producto se pierde dentro de la bandeja y de plátanos o manzanas envasados, a pesar de que estas frutas ya tienen su propia protección natural.

¿A qué edad puede mi hijo aceptar las condiciones de Internet?

Para operar por Internet, ya sea para interactuar con otros o para servirse de la oferta de bienes y servicios, suele ser preciso firmar un contrato del que pocas veces somos conscientes porque es virtual, solo lo vemos en la pantalla y lo aceptamos maquinalmente haciendo clic; ese "acepto" que antecede al alta en una red social, la descarga de una app o la apertura de una cuenta de usuario. El reglamento europeo de protección de datos dice varias cosas respecto a la edad en la que un joven puede prestar ese consentimiento a los "servicios de la sociedad de la información" de forma válida y sin encomendarse a nadie: en principio se fija en 16 años; entre los 13 y los 16 cabe fijar otra edad a elección de cada Estado miembro (España ha elegido los 14 años); con 12 años o menos no es válido, salvo que los padres o responsables lo supervisen y autoricen. Así pues, si tienes hijos que aún no han cumplido los 14 y quieren, por ejemplo, descargarse unos juegos o una aplicación, no hay problema siempre que lo hagan con su permiso. No descuides la educación digital de los menores.

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