Un día cualquiera bajo el azote del monzón
EL UNIFORME, calado hasta los ojales. El pelo, chorreando desde la frente hasta la nuca. Los pies, ocultos, apenas se intuyen bajo la alfombra de agua que cubre la calle. Y en la cara, el esbozo de una sonrisa. A pesar de las fuertes lluvias, la vida continúa imperturbable en Calcuta. Hay quien se atreve, incluso, a ir en moto y quien permanece estático bajo un paraguas, como si el diluvio escampara apenas en unos minutos. La imagen fue tomada en la ciudad india el pasado 25 de septiembre, durante la recta final del monzón. Un fenómeno crucial para la agricultura y la economía del país.
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