El español como herramienta de los ODS
Un centro de Secundaria canario lidera un proyecto de aprendizaje del idioma basado en las nuevas tecnologías que acerca a escolares de cinco continentes
Tessa Marrero se aclaró la voz antes de intentar explicar cómo funciona una romería, lo que significa el Carnaval para los canarios y qué sabores particulares se pueden encontrar en los platos de esta tierra fragmentada, desgajada en islas del borde de la costa africana. “Papas arrugadas con mojo rojo o verde, al gusto”, precisó, un poco nerviosa, a pesar de la reincidencia en la videoconferencia trasatlántica que atesoran ella y sus compañeros de clase en este último curso académico. Con la emoción, Marrero olvida describir cómo se encaman las papas, con la piel intacta, en sal gorda y cómo se dejan al fuego hasta que el agua se consume, vistiéndolas de blanco. O mencionar a lo que nos referimos cuando decimos “mojo” y cómo se distingue el sabor de esta salsa en las dos variedades que nombra.
Marrero respondía así a la pregunta de un chico camerunés que se presentó como Miguel y que expresó interés por las tradiciones de Canarias desde una sala del Centro Lingüístico Español de Yaundé, vía videoconferencia. Ella habló con los ojos fijos en la pantalla donde Miguel sonreía, sentada a su vez en la sala de videoconferencias de Casa África, en Las Palmas de Gran Canaria. La observaban 11 compañeros de su clase de cuarto de la ESO del Instituto de Educación Secundaria San Benito (La Laguna), mayoritariamente chicas, y dos profesores, Albano y Ana, todos llegados a Gran Canaria en el primer barco de la mañana desde la isla vecina de Tenerife. Gracias a la tecnología Skype, Marrero y sus compañeros pudieron intercambiar pareceres e informaciones con una veintena de alumnos de español sentados en sendas aulas de la Casa Escuela del Español en Ciudad del Cabo y en Camerún. Todos participan en el proyecto El español como puente, liderado por este instituto público de Tenerife. Intentan conocerse utilizando el español como vehículo y reconocerse escarbando en nuestra común humanidad, en nuestro patrimonio intangible a veces similar y en nuestras inquietudes compartidas.
El español como puente arrancó en junio del año pasado e implica a 32 centros escolares de 20 países
“Hablar con ellos es sencillo, porque como entienden el español podemos mantener conversaciones fluidas y no tenemos problemas para comunicarnos”, explicaba momentos antes de la videoconferencia Raúl Ramallo, uno de los compañeros de Tessa Marrero. “Es una manera diferente de aprender el idioma y de enriquecer nuestra cultura”, señalaba por su parte ella, también en el momento previo al ciberencuentro, ante los medios de comunicación presentes. “Dejas de lado la discriminación y los complejos que llevan muchos años con nosotros”.
El proyecto
El español como puente es un proyecto que arrancó de una comunicación entre La Laguna y Sao Paulo (Brasil) hace exactamente un año y que se ha expandido velozmente a 32 centros escolares repartidos por 20 países de cinco continentes. Participan en él 40 docentes y 1.200 estudiantes de lengua española y está presente en esquinas del planeta como Filipinas, Martinica, Portugal, Túnez o Benín. El único centro español que opera en esta red de intercambio de conocimientos es el lagunero, precisamente liderando el proyecto.
El español en África
Poco antes de comenzar el encuentro, Raúl Ramallo quiso resaltar que “en los centros africanos y en China tienen muy buen nivel de español”. Sin embargo, el hecho de que el español crezca, pujante, en el continente africano y de que el nivel de los estudiantes de esta parte del planeta sea muy alto no debería sorprendernos a estas alturas.
África subsahariana es la tercera región del mundo en aporte de estudiantes de español. El 6,5 % de las personas que aprenden nuestro idioma se encuentra en esta parte del planeta, donde hay países que cuentan con más de 100.000 estudiantes, como Benín, Costa de Marfil, Senegal, Guinea Ecuatorial, Camerún o Gabón. En total, lo aprenden aproximadamente alrededor de un millón y medio de africanos, aunque las cifras no son exactas ni están actualizadas. El Instituto Cervantes mantiene centros en Marruecos (Marrakech, Casablanca, Rabat, Tánger, Tetuán y Fez), Egipto (El Cairo y Alejandría) y Argelia (Orán) y un Aula Cervantes en Dakar que pronto "ascenderá" al único Instituto de África subsahariana. Países como Costa de Marfil se interesan en acoger a la institución, que también fue reclamada en el encuentro en Casa África por los estudiantes de español cameruneses, junto con becas y oportunidades para mejorar su español y conocer nuestras realidades.
Por otra parte, el profesor Javier Serrano, autor de un estudio sobre la enseñanza del español en África subsahariana publicado por La Catarata y Casa África en 2014, señalaba hace ya cinco años que en África se habla el 30 % de las lenguas del mundo: sólo en la parte del continente que queda al sur del Magreb prosperan 2.000 idiomas diferentes. Se trata del continente con mayor densidad lingüística, donde además el español es una lengua de prestigio, parte del programa educativo de muchos países.
Precisamente durante la videoconferencia de El español como puente, los alumnos cameruneses recordaban que su país, donde habitan poco más de 22 millones de personas, es cuna de más de doscientos idiomas y culturas diferentes y los sudafricanos, por su parte, desgranaban los entresijos de las once lenguas oficiales que florecen en su tierra. Alumnos y profesores canarios recordaban que 2019 es el año dedicado por la ONU a las lenguas indígenas y animaban a sus contrapartes africanas a preservar y hablar sus idiomas maternos, muchos no transcritos y exclusivamente orales, muchos en vías de extinción.
“A pesar de que parezca que el aprendizaje que damos a nuestros alumnos es tradicional, basado en los contenidos, el hecho de que puedan sentirse protagonistas y de que puedan utilizar su identidad y su cultura como vehículo de exportación les hace sentirse útiles para la comunidad internacional”, explicaba el director del proyecto, el profesor de lengua y literatura españolas Albano Alonso. “Les hace aprovechar las clases con más profundidad. Lo que estamos haciendo es eso: transformar nuestra forma de entender la enseñanza, dejar un poco de lado nuestros libros de texto y las metodologías tradicionales y que ellos se centren en proyectos que les ilusionen y que puedan conocer otras culturas y aprender de las diferencias para enriquecer la diversidad de su patrimonio cultural”.
El español adquiere, en este contexto, una dimensión de cooperación para el desarrollo y de herramienta para favorecer el avance de la Agenda 2030. “Entendemos la enseñanza como un instrumento erradicador de desigualdades en el mundo”, subrayó Alonso. “De ahí el especial interés que tenemos en que entren en el proyecto centros como uno de Anantapur, una zona desfavorecida de la India, rural, donde intentan incorporar a jóvenes al mundo laboral y colaboramos con la Fundación Vicente Ferrer". Y avanza que intentan que sus alumnos aprendan a reconocer la diversidad en el otro y a valorar la diversidad en nuestras aulas. "Especialmente aquí, en Canarias, en un territorio donde asumimos y nos relacionamos con alumnado extranjero constantemente”, remachó.
Alonso comentó que tienen especial interés en que se sumen al proyecto centros de continentes con los que normalmente no se hacen proyectos, “como es el caso de África”. “Son los eternos olvidados”, afirmó. “Se hace mucho proyecto con Europa, con países desarrollados donde se potencian el inglés y el francés, y nos olvidamos de estas otras identidades que están muy cerca y que pueden enriquecernos igualmente o incluso más”.
Las nuevas tecnologías son una parte esencial del proyecto y por eso, los alumnos del San Benito están recogiendo móviles y material que enviarán a países hermanados con ellos en esta iniciativa, como Benín, para ayudarles a mejorar las condiciones en las que aprenden nuestra lengua.
Los grupos en redes sociales, como Facebook, están floreciendo al calor de esta iniciativa. “Con Portugal, me enteré hace poco que tienen grupos en redes sociales”, dijo Alonso. “Es otra forma de aprender. De los iguales también se aprende, no sólo de los discursos de los profesores, que a veces estamos en una posición jerarquizada, hegemónica. Nos siguen viendo como representantes del poder y de la institución. El aprendizaje que les aportan sus compañeros de otros lugares del mundo, a veces, es mucho más significativo”.
Colaboración y nuevas tecnologías
El IES San Benito dió a conocer la iniciativa El español como puente, el pasado 23 de abril, en la sede de la Real Academia Española de la Lengua (RAE), en Madrid. Cinco alumnas analizaron párrafos de El Quijote, armadas con diccionarios, y trasladaron el lenguaje de Cervantes a nuestros días. Un grupo de chicos de un colegio bilingüe de Sao Paulo se unireron a la conversación sobre clásicos hispanos vía videoconferencia, analizando el trabajo de Inca Garcilaso de la Vega. Entre el público, además, figuraban alumnas y alumnos del colegio Parque de España de Rosario, Argentina.
Posteriormente, a mediados de mayo, tres alumnas tinerfeñas del proyecto y sus profesores se desplazaron hasta París para reunirse con el embajador delegado permanente de España en la Unesco, Andrés Perelló. El objetivo de esta visita era exponer la manera en que este proyecto trabaja en la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) a través de la lengua española. En esta ocasión, en cooperación con casi una veintena de estudiantes de un centro de Rabat, con los que se han comunicado por correo electrónico para poner en común retos medioambientales y lograr convertir este diálogo en algo exportable y duradero, que continúe "cuando los profesores no estemos, cambiemos de centro o simplemente estemos en otras labores".
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