Postrimerías
Los pulpos gigantes que atacaban a Ulises son hoy los miles de millones de toneladas de plásticos que flotan sobre el espíritu de las aguas


Aquel día ya lejano en que en un restaurante de moda pedí unos salmonetes de roca y descubrí que uno de ellos llevaba una colilla de Winston en la tripa, supe que el fin del mundo, tal como lo habíamos conocido, estaba cerca. Entonces atribuí a un capricho el que hubiera salmonetes que fumaran rubio, pero hoy los peces no solo fuman, se tragan el humo y lo expulsan por las agallas, también comen ya toda clase de plásticos y compresas con absoluta normalidad. Hubo un tiempo en que las barcas de arrastre del Mediterráneo pescaban ánforas y en casos de más fortuna sacaban a flor de agua en las redes entre peces plateados algunas divinidades naufragadas. Eran aquellos días dorados cuando gran parte de la mitología y de la historia se hallaba en el fondo del mar y pensar en el abismo aún servía para purificar la mente. Ahora un creciente albañal de detritus ha invadido el lugar que antes ocupaban los mármoles de nuestros dioses sumergidos junto con los arrecifes que formaban los trirremes fenicios, las goletas sarracenas, las carabelas y paquebotes de descubridores y piratas. Los pulpos gigantes que atacaban a Ulises son hoy los miles de millones de toneladas de plásticos que flotan sobre el espíritu de las aguas y amenazan con crear nuevos continentes. El mar podrido es ahora el espejo deformante donde se refleja nuestro inconsciente colectivo. El fin del mundo no llegará con una lluvia de fuego anunciada por las trompetas del arcángel ni será producto de las enormes calabazas de una guerra nuclear. Este planeta puede acabar ahogado bajo el insondable cúmulo de mierda que expele la humanidad. Nuestra alma es biodegradable, pero el plástico es inmortal. La catástrofe vendrá acompañada de algunos prodigios. Estará uno feliz en el chiringuito y de pronto saldrán del mar algunos salmonetes con un cigarrillo en la boca a pedirte fuego.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Sheinbaum, en un mensaje de Navidad: “Que esta Nochebuena nos abrace como nación, y el amor por nuestra tierra nos dé mucha fuerza”
Una jueza absuelve a Daniel Arizmendi ‘El Mochaorejas’, el secuestrador más sanguinario de los noventa en México
El conservador Nasry Asfura, abanderado de Donald Trump, proclamado presidente electo de Honduras
Lea íntegro el discurso del rey Felipe VI
Lo más visto
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- El líder groenlandés responde a Trump: “Groenlandia es nuestro país. Nuestras decisiones se toman aquí”
- Juan Carlos Ferrero: “Más que dolor, siento pena; los finales siempre son tristes”
- La cúpula de Vox votó por unanimidad la destitución de Javier Ortega Smith
- Los ‘whatsapps’ de Mazón a Feijóo del día de la dana: “Un puto desastre va a ser esto presi”





























































