“Soy católica, pero la mujer debe tener derecho a decidir si aborta”
Bianca Jagger, defensora de los derechos humanos, pide al Gobierno de España y a la UE que apoyen al pueblo nicaragüense para echar al presidente Daniel Ortega, entre otras reivindicaciones
"Hablo como Bianca Pérez Mora, o como Bianca Jagger, como me quiera llamar. Soy defensora de los derechos humanos y no dependo ni estoy aliada con ningún partido. Ni en Nicaragua, ni en Inglaterra". Las entrevistas suelen empezar con unas breves presentaciones y, sobre todo, con una pregunta. Pero Bianca Jagger (Managua, Nicaragua, 1945) tiene algo que decir antes de comenzar la conversación. Apenas llega a la cafetería del hotel Palace de Madrid, donde se aloja durante su visita en Madrid para participar en un encuentro sobre liderazgo femenino, saluda, toma asiento, pide una manzanilla y expande un montón de papeles sobre la mesa y el sofá, algunos informes subrayados y con anotaciones a los márgenes, y unas hojas con las ideas que quiere destacar escritas de su puño y letra. Solo después de leerlas, responderá a las cuestiones. Sobre Nicaragua, los derechos de las mujeres, el Brexit... Directa, contundente. "Con una gran libertad", apunta.
Como parte del consejo asesor de Amnistía Internacional, ha viajado en dos ocasiones con la organización a su país natal. Lo hizo en 2017 y también en 2018 para documentar las violaciones de los derechos humanos por parte del presidente Daniel Ortega. "Es importante aclarar a quien todavía le percibe como un líder de la izquierdas, que su Gobierno, con sus pactos con los más corruptos de la extrema derecha y familias poderosas, introdujo políticas neoliberales en Nicaragua". Para él, no escatima calificativos: dictador sanguinario, opresor, tirano, pederasta (en referencia a las acusaciones de abusos sexuales por parte de su hijastra)... "No tiene ningún escrúpulo en asesinar, secuestrar, torturar, encarcelar a la gente inocente simplemente porque se opone a su Gobierno. Uso las palabras con el peso que se requiere", justifica.
Consciente de que Nicaragua no está entre las preocupaciones de la comunidad internacional, como Venezuela, Jagger no desaprovecha ocasión para atraer la atención hacia su tierra. "Somos un pequeño país de seis millones de personas, no tenemos petróleo. Tampoco un líder como Juan Guaidó ", reconoce. Pero pide a la comunidad internacional, al Gobierno de España, la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea que ayuden al pueblo nicaragüense justo ahora que Ortega ha abierto un proceso de diálogo con la oposición tras casi un año de crisis y está liberando presos políticos. "Lo hace como quien negocia con carne humana", denuncia.
He sido, soy y seguiré siendo progresista
"No se dejen engañar. Este diálogo es para ganar tiempo. Lo que debemos de negociar es la salida inminente de Daniel Ortega, que se respeten los derechos humanos, que haya elecciones libres, que saquen a todos los presos, que se permita que la prensa haga su trabajo y que aquellos que están exiliados —70.000 en Costa Rica, más los que hay en España y en Estados Unidos— regresen. Eso es lo que necesitamos, no un falso diálogo". No se refiere, aclara, a una intervención militar. "Estoy en contra. Como defensora de los derechos humanos creo que tenemos que agotar todas las formas pacíficas". Eso es lo que les ha dicho al expresidente Felipe González y al eurodiputado Ramón Jaúregui, con quienes se ha reunido durante su estadía en Madrid.
Pese a la dureza de su discurso, por unos segundos se emociona al hablar del sufrimiento de los nicaragüenses del que ha sido testigo: de los campesinos perseguidos por su oposición al Canal Interoceánico, de los estudiantes asesinados y detenidos en las protestas que comenzaron en abril de 2018, de las mujeres que son encarceladas por sufrir abortos espontáneos, los periodistas en prisión o en el exilio. Para ella, son héroes. Como su amigo Levi Artola, de 21 años, estudiante universitario que participó en las últimas movilizaciones contra Ortega y que está en la cárcel acusado de terrorismo. "Le torturaron porque quería cantar el himno nacional en prisión", se indigna. "Antes de ser detenido, cuando estaba encerrado en una iglesia, me decía: 'Doña Bianca, ayúdenos, nos están matando".
—¿Cómo se define ideológicamente?
—He sido, soy y seguiré siendo progresista. Pero sobre todo soy una defensora de derechos humanos. Muchas veces me han preguntado si quiero ser política. Nunca he dicho claramente que no, pero me pregunto dónde soy más efectiva.
Ella cree que lo es en la lucha contra las injusticias. Por eso creó la fundación que lleva su nombre y colabora con numerosas organizaciones. También es muy activa en redes sociales, sobre todo en Twitter. ¿Cómo llegó a esta conclusión? "Fue por mi madre, que fue discriminada por ser una mujer divorciada, por tener que trabajar, porque se casó a una edad muy joven, no tenía estudios y no estaba preparada. Y haber nacido y crecido bajo la opresión de los Somoza me hizo saber el valor de la democracia, de los derechos humanos y la libertad de prensa", detalla.
Por muchos años, nosotras las mujeres prominentes temíamos definirnos como feministas. Pero hemos superado ese momento
A Madrid ha venido, de hecho, a defender especialmente una de estas causas. Participante en la Santander WomenNow Summit, toca hablar de la situación de las mujeres.
—¿Se considera feminista?
—Por muchos años, nosotras, las mujeres prominentes, temíamos definirnos como feministas. Pero creo que hemos superado ese momento. Sí, soy feminista y siempre lo seré. Lucho contra el abuso sexual, la violencia de género. He impartido numerosas ponencias y participado en muchas marchas en defensa de los derechos de la mujer.
Me han contado que aquí en España ustedes tienen el término de feministas radicales.
—Se usa para atacar a las feministas…
—Es extraordinario. En Inglaterra no nos acusan de feministas radicales. No entiendo lo que quiere decir. Somos feministas y tenemos derecho a luchar por la igualdad, para que se cierre la brecha de género. En las marchas en las que hablo, digo que no entiendo por qué, en lugar de ser cientos, no somos cientos de miles…
—El pasado 8M, en Madrid, hubo 375.000 personas en las marchas por el Día de la Mujer. Y, por segundo año, se convocó una huelga general de mujeres.
Se le enciende un brillo en sus pequeños ojos. Pide un papel en blanco, se pone sus gafas y comienza a anotar. "Imagínate que hiciéramos una huelga general, pero no solo de un día. ¡Qué importancia y qué impacto tendríamos para avanzar en nuestras demandas y reivindicaciones!", comenta. Con genuino interés, Jagger pregunta cuántas mujeres fueron asesinadas en 2018. Fueron 47, solo aquellas que fueron víctimas de sus parejas o exparejas. "¿Y en lo que va de 2019?"
"Tenemos que luchar por nuestros derechos. No solo es cuestión de los hombres, que nos concedan derechos. Nosotras somos madres y educamos a nuestros hijos con prejuicios respecto a las mujeres. Nosotras mismas nos minusvaloramos. No digo que no sea importante lo que llevo puesto. Claro que sí. Me interesa el estilo, no la moda. Pero ¿qué es lo más importante que puede haber en mí? Es mi compromiso", alega.
—En este sentido, ¿cómo de harta está de que tantas mujeres sean la ex de… la esposa de…?
—Lo encuentro vergonzoso. ¿Por qué tenemos que ser la exesposa de alguna persona? ¿Por qué no se reconoce la contribución a la sociedad de las mujeres? Estamos en el siglo XXI, ya llegó el momento en que se nos vea por lo que aportamos, por la importancia de nuestro trabajo.
Estamos en el siglo XXI, ya llegó el momento en que se nos vea por lo que aportamos, por la importancia de nuestro trabajo
Se toma unos cuantos minutos para buscar unos datos que quiere sacar a colación. Son los recogidos en el último informe sobre desigualdad de género del World Economic Forum. "Cuando es cuestión de política, según el estudio que hicieron en 147 países, solamente tenemos 17 mujeres que están a la cabeza del Estado, 17% de ministras y 24% de parlamentarias. En el ámbito económico, apenas un 34% están en posiciones de dirección. Es increíble. Solamente cuando logremos tener acceso al poder y posiciones de liderazgo económico, podremos ver cambios e implementados los derechos de la mujer".
—En Nicaragua, el aborto está prohibido en todo caso, ¿cuál es su posición en este sentido?
Vuelve Jagger a mentar a Ortega: "Hizo un pacto con el cardenal Obando, que lo apoyó en una de sus elecciones. Después de haber sido unas de las figuras contra el sandinismo, de pronto lo vimos apoyando a Ortega. Pero el precio por ello fue que se prohibió el aborto en todas las circunstancias, incluso cuando las mujeres han sido violadas".
—¿Cuál es su posición?
—Soy católica, verdaderamente católica, no solo de palabra. La religión es importante en mi vida. No estoy predicando el aborto, pero creo que la mujer debe tener el derecho a decidir. Prefiero que haya planificación familiar, que se haga todo lo posible para evitar que haya abortos, pero no cuando estamos hablando de que se lo niegas a niñas que han sido violadas o que van a tener un bebé. Eso no. En varios países, como en Nicaragua, es terrible que metan en la cárcel a muchachitas por ello, incluso a las que han tenido un aborto espontáneo.
La charla, de una hora y media, concluye con un alegato en contra de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Residente en Londres, Jagger no evita tomar posición. "Estuve en las marchas contra el Brexit del pasado sábado", afirma. "Para mí, como nicaragüense que, por mi matrimonio, me convertí en británica, ser europea es muy importante. La idea de que el Gobierno de Theresa May logre sacar adelante el Brexit es inconcebible".
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