10 fotos20 toneladas de arroz por horaEl consumo del cereal crece en África a un ritmo anual del 3%, pero el continente no lo produce a la velocidad necesaria, por lo que se ve obligado a importarloEl PaísNigeria - 15 mar 2019 - 00:00CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLabana Rice Mills es una de las principales compañías de producción de arroz de Nigeria: abastece a todos los rincones del país. En la imagen, trabajadores cierran sacos con el producto de desecho del arroz.Thomas Imo (GIZ)Un operario de la firma Labana Rice Mills, en Kebbi State (Nigeria), maneja las máquinas donde se lava el arroz. Esta compañía es capaz de procesar hasta 20 toneladas a la hora, pero pronto alcanzará las 40 convirtiéndose en una de las primeras de África, según asegura Alhaji Abdullahi Zuru, propietario de la empresa.Thomas Imo (GIZ)El consumo de arroz crece a un ritmo anual del 3% en África, pero el continente no lo produce a la velocidad necesaria por lo que está obligado a importarlo. Un claro ejemplo es Nigeria, el país más poblado de África donde el 45% del arroz procede de agricultores locales y el 55% restante lo compran en el exterior. En la imagen, descarga de un camión de arroz en una fábrica en Kebbi State, al noroeste de Nigeria.Thomas Imo (GIZ)El Gobierno nigeriano aspira a lograr la autosuficiencia de arroz en 2021. La Iniciativa para un Arroz Africano Competitivo (CARI, según sus siglas en inglés) apoya a los agricultores locales para la mejora de su productividad y estimula la creación de vínculos con las empresas transformadoras. En la imagen, trabajadores de Labana Rice Mills, una de estas compañías, en Kebbi State.Thomas Imo (GIZ)Las empresas transformadoras de arroz forman a los agricultores, les dan semillas, abonos, fertilizantes, químicos e incluso crédito. A cambio, compran el arroz que producen. Desde que comenzó la iniciativa CARI, las máquinas de Labana Rice Mills, en Kebbi State, están a pleno funcionamiento. En la imagen, un joven empleado carga un saco de arroz sobre su cabeza.Thomas Imo (GIZ)La iniciativa CARI vela por la sostenibilidad de los cultivos de arroz. Sólo promueven el uso de pesticidas cuando es estrictamente necesario y siempre el producto genérico menos dañino, empleando la menor cantidad posible y de la manera más sana para el entorno. En cuanto a los fertilizantes la opción recomendada es la orgánica. En la imagen, mujeres de Arugungo, en Kebbi State, separan los granos de arroz de la planta.Thomas Imo (GIZ)Un formador de CARI, en primer plano, planta arroz en una parcela durante una sesión de formación en Arugungo, en el noroeste de Nigeria. Gracias a las nuevas técnicas aprendidas, los agricultores nigerianos han triplicado su producción, pasando de dos toneladas de arroz por hectárea a seis, lo que hace que se incrementen sus ingresos de manera notable.Thomas Imo (GIZ)Alhaji Umar Abubacar y sus trabajadores disfrutan con el agua que brota en su arrozal en Suru, al noroeste de Nigeria. Antes, obtenía unos 30 sacos de arroz que destinaba a la alimentación de su familia, ahora llega a los 80 y vende el excedente. Esto le ha permitido mejorar su situación económica e incluso cumplir un viejo sueño, viajar a La Meca.Thomas Imo (GIZ)La iniciativa CARI también forma a las mujeres que procesan el arroz de manera tradicional para que el producto final sea de mejor calidad. En un pequeño patio al aire libre de la localidad de Jega, a la sombra de un árbol, 13 mujeres se afanan separando los granos y moviéndolos entre varias ollas de gran tamaño. Hadiza Adamu es la presidenta de este grupo de mujeres. “Nos han enseñado a hacerlo al baño maría, eso requiere menos agua y menos fuego, el arroz queda mejor y el proceso es más rápido”, asegura.Thomas Imo (GIZ)Casi todos los cultivadores de arroz de Kebbi, en el noroeste de Nigeria, son pequeños propietarios, nueve de cada diez tienen una hectárea o menos. En el pueblo de Arugungo, Alhassan Sany les muestra los brotes de arroz y les explica cuándo es mejor aplicar las dosis de fertilizante. Una de las primeras lecciones es mostrarles cómo medir sus parcelas para que puedan calcular las dosis necesarias y la cantidad de trabajadores que necesitarán.Thomas Imo (GIZ)