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Las innovaciones solares que se avecinan y que cambiarán nuestra vida

Algunas de las ingenios con los que puedes haber fantaseado ya existen, incluso algunos que nunca llegaste a imaginar

En la primera secuencia del capítulo Black Museum, de la serie Black Mirror, una chica sale de un descapotable vintage, saca del maletero un panel solar y lo despliega, cual tapete, para cargar el vehículo. No es un artilugio tan futurista como puede parecer. Si bien ese ingenio aún no existe, hay otros que nos aproximan a esa realidad, y a otras mucho menos inquietantes que los episodios de la serie británica, aunque igualmente sorprendentes.

No solo están inventadas ya las placas solares domésticas del tamaño de una teja, los cargadores solares de coches eléctricos, las placas que alimentan luminarias, semáforos, termos de agua, sino que se pueden comprar fácilmente cocinas y duchas solares domésticas, cargadores, y mochilas solares con los que recargar el móvil, la tablet, y el ordenador, un invento que está dejando su huella en nuestro cuerpo.

Algo nuevo bajo el sol

Ricardo Puerto, socio de Olokuti, un comercio online que vende estos productos, lo explica: "Hace unos años hubo un boom de productos a los que se le aplicó la energía solar. Muchos se han hecho un hueco en el mercado y los consumidores aprovechan sus virtudes. A menudo, el interés viene motivado por criterios ecológicos, pero un aparato solar solo se mantiene en el mercado si su funcionamiento es práctico y útil”.

Por ello, muchos de los que inicialmente se lanzaron a cubrir este nicho de negocio no han acabado de convencer a un público suficiente y han tirado la toalla. “Se mantienen los que tienen más proyección, como los cargadores solares, los juegos educativos y las soluciones de iluminación de exterior”, añade este experto. “Ahora poseemos unas 50 referencias solares, menos que hace unos años”, detalla.

“Los que menos me convencen -prosigue- son las soluciones sencillas que requieren de mucha energía para su funcionamiento constante (como la radio solar), o que hay que cargarlos constantemente, como un reloj con energía solar como única fuente”, aclara Puerto. Los que más me convencen “son los cargadores portátiles de gran capacidad para teléfonos, tabletas u ordenadores portátiles y las luces solares de exterior”, opina Alfonso González, experto de la tienda online Ekoideas.

Puerto coincide: “Los cargadores proporcionan energía para pequeños dispositivos en zonas de difícil acceso a la energía eléctrica, es más cómodo y rápido que una carga a través de un enchufe. Y no solo para los viajes a los sitios más raros y apartados, sino para muchos profesionales que trabajan en zonas remotas”.

Más de lo que pudiera parecer

El sol también da de comer. Jordi Miralles, presidente de la Fundación Tierra, pionera en España en la divulgación de la ecología práctica y los aparatos solares, explica que "las cocinas solares parabólicas de 140 centímetros de diámetro aportan 600 vatios y permiten cocinar a 200 grados centígrados. Se puede preparar una paella para 25 comensales en solo un 20% más de tiempo que con una cocina de gas. Y también son útiles en proyectos de cooperación internacional”.

“Se empezó a divulgar en España en 1998 pero no fue hasta 2001 que se amplió esa difusión con las parabólicas Ksol, diseñadas por el ingeniero alemán Dieter Seifert”, pormenoriza Miralles. “Nuestra fundación ganó el premio Eurosolar 2004 por su campaña de difusión en escuelas. En 2006, con la ONG norteamericana Solar Cooking International organizamos el mayor evento mundial de ellas con 200 expertos de más de 30 países”, recuerda.

Sol sobre ruedas

El coche solar es también una realidad. No solo Tesla liberó, en 2014, 200 de sus patentes de autos eléctricos para centrarse en los solares. En España, la empresa malagueña Evovelo ha creado el Mö, un pequeño vehículo solar urbano de tres ruedas con capacidad para dos personas, que cuesta unos 4.500 euros y posee una autonomía de 50 kilómetros.

Un ingenio similar a los minitaxis eléctricos de Mellowcabs, cuya flota de 50 vehículos, lanzada en septiembre de 2016 ayuda a resolver el transporte de primera y última milla en ciudades sudafricanas. Es una alternativa viable a los vehículos privados y a los contaminantes taxis diésel, que ya están disponibles en Johannesburgo, Ciudad del Cabo, o Stellenbosch. Los pasajeros pagan una tarifa plana en un radio de cuatro kilómetros, un sistema más transparente y responsable que los servicios ordinarios.

Inteligencia natural

Aunque usar la luz solar para alimentar los aparatos eléctricos aún pueda parecer futurista, esta referencia en el campo de las energías renovables es la fuente natural y gratuita por excelencia que alumbra el planeta y a todos sus seres. El origen reciente del esplendor actual de estos artículos se sitúa hace cuatro o cinco años, relata González: “Hubo una eclosión. Muchos derivan de otros desarrollados para ayudar en el tercer mundo dónde no hay red eléctrica disponible. Aquí se venden como gadgets”, señala.

En India, Nigeria, Camboya, Filipinas, Vietnam o Zambia, en regiones propensas a inundaciones, barcos solares albergan aulas que garantizan el acceso todo el año a educación primaria de calidad y, además, capacitan para adaptarse al cambio climático que ha aumentado unas inundaciones que afectan a millones de personas. Esas escuelas flotantes, de horario flexible, posibilitan a los agricultores compatibilizar sus estudios y obtener ingresos, lo que les permite huir de la pobreza. Gracias al sol, poseen salón con acceso a Internet, biblioteca y linternas solares de recompensa al buen desempeño.

Otro ejemplo es la empresa Sol Chip, que ha desarrollado una batería solar sin mantenimiento y un microchip que actúa como un módulo de comunicación de IoT (Internet de las Cosas, por sus siglas en inglés) de baja potencia que proporciona suministro continuo de energía incluso sin luz disponible. No solo reduce los costes más del 60%, sino que elimina la necesidad de reemplazar las baterías.

Este ingenio se está integrando en farolas inteligentes en Israel, donde el objetivo es darles su propia dirección IP y la opción de instalar sensores de movimiento, de medición de la contaminación, cámaras, etc. También tiene aplicaciones en sectores como la salud, y se están desplegando por China, Japón, Eslovaquia, España, Suiza, Países Bajos o EE UU.

“El aprovechamiento del sol en captación del calor (cocinas solares, termos...) o de radiación lumínica también ha dejado un sin fin de aplicaciones domésticas e industriales”, recapitula Miralles. “Hoy se puede acumular el calor del sol durante la noche y utilizarlo cuando no hay luz solar. Hay vehículos, barcos, aviones solares que han demostrado el poder del sol. Más que un invento concreto, la clave en el desarrollo solar está en estar convencidos de su potencial, algo que aún algunos ponen en duda”.

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