Junqueras, entre la fe y el error

Unos le ven como un monje benedictino impartiendo su homilía a la independentista feligresía. Otros, como un culto maestro rural narrando a sus alumnos una historia de Cataluña. No es extraño que citase el Virolai. Cataluña y la fe forman parte de Montserrat. Gente que le conoce bien asegura que Junqueras es hombre de fe y esa fe le mueve a mantenerse fiel a determinadas actitudes, consciente de que puede equivocarse. Mounier, filósofo francés padre del personalismo, diría que Junqueras está en política porque es cristiano pero no tanto que como cristiano. Siguió con el referéndum consciente, le cuenta al oyente quien vivió aquellas jornadas, que la apuesta, que otros definen como desafió a la legalidad, no saldría bien. Erró optando por la escenificación de la proclamación de la república en un vodevil que ha tenido como desenlace el drama que se representa ahora. Dijo el procesado que el problema de Cataluña no se soluciona metiendo gente en la cárcel. Obviamente, tampoco se soluciona vulnerando la ley.

Su error fue uno más a sumar a los errores de Esquerra Republicana a lo largo de sus 88 años de historia, “sin corrupción” según nos recordó Junqueras. Del error de Company en 1934 le salvó ante la historia la impiedad franquista al fusilarle. Con la democracia llegaron los sí pero no del partido en la redacción del Estatut, los líos con los dos tripartitos, su estar-no estar con la corrupta Convergència transmutada en el patio trasero de Puigdemont… Todo eso forma parte de Junqueras, con su grandeza y miseria, según quienes le conocen… Un exconseller que sufrió a Esquerra Republicana con los dos tripartitos opina que el problema del partido radica en que tiene mucho de republicano y poco de izquierda.

¿Se equivocó Junqueras al no responder al interrogatorio del fiscal? Estaba en su derecho a no hacerlo pero deja en manos del silenciado fiscal toda la carga acusatoria en su informe final sin que haya podido rebatirle aunque fuese mintiendo, porque todo procesado tiene derecho a perder la memoria y a mentir. Un abogado me cuenta que un delincuente común le dijo que no iba a responder al fiscal para no contradecirse. No sé si ese fue el motivo de Junqueras. Al delincuente se lo cepillaron.