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Cómo el despecho dio lugar al jarrón de cerámica más exótico de Sicilia

Dolce & Gabbana reinventa la clásica 'testa di moro' en una navideña colección de velas aromáticas en exclusiva para las galerías Rinascente

Cuando un terremoto arrasó Sicilia en 1693, los italianos respondieron a la tragedia con una sacudida de belleza y extravagancia. Levantaron grandes iglesias y palazzos con balcones flanqueados por querubines de enormes mejillas, máscaras carnavalescas que alejaban los malos espíritus de las ventanas y escalinatas con mosaicos que recogían el pasado de otras culturas. Una arquitectura fiel a su pasado aristocrático y hedonista. El barroco siciliano apenas duró 50 años, pero está tan presente en la identidad de Dolce & Gabbana que su esencia vitalista y colorida vuelve con fuerza cada temporada. Esta Navidad incluso se cuela en casa.

Las tiendas Rinascente de Milán y Roma recogen estos días el inabarcable imaginario de la firma. Dolce & Gabbana ha colaborado con las históricas galerías para celebrar juntos las fiestas. Imitando los clásicos teatros de marionetas, en los escaparates —dedicados por primera vez en exclusiva a una marca—, los títeres de Domenico y Steffano repasan su historia a través de escenarios que reflejan tanto su sentido estético como su forma de vida. En el interior, han recreado un auténtico mercado tradicional con una colección de ropa exclusiva de la firma, su fantástica línea de pequeños electrodomésticos para Smeg, placeres gastronómicos italianos como la pasta Pastificio Di Martino o el panettone de la pastelería Fiasconaro en Castelbuono; y, por supuesto, el objeto de deseo de la temporada: las exóticas cabezas sicilianas.

La 'testa di moro' en la que una amante plantó la semilla de su desamor

La pareja de diseñadores reivindica el legado artesanal siciliano con una nueva colección de velas aromáticas en jarrones de Caltagirone. Conocida como una de las capitales de la cerámica, los artesanos de esta pequeña ciudad han buceado en su pasado multicultural para crear auténticas piezas de arte que toman la forma de sus clásicas testa di moro (cabezas de moro). Precisamente, estos tiestos que a menudo cuelgan de los balcones de Palermo tienen un trágico origen árabe.

Dicen que cuando la isla estaba bajo dominio musulmán, un apuesto moro vio a una joven cuidando las plantas de su balcón. Ambos se enamoraron profundamente, pero el amor dio paso a la tragedia. La chica descubrió que él debía volver a su hogar, donde le esperaban su mujer y sus hijos. Dolida y muy enfadada, en la última noche que pasarían juntos, le cortó la cabeza a su amante. Con la testa hizo una maceta en la que plantó albahaca. Regada con sus propias lágrimas, la planta creció tan bien que sus vecinos no tardaron en imitarla. De nuevo, los sicilianos afrontaban la desgracia con una buena dosis de belleza. Los vitalistas cráneos, decorados con coronas, flores, frutas y demás ornamentos, pronto llenaron los balcones de Palermo y acabaron convirtiéndose en un icono de la decoración.

Dolce & Gabbana los recupera junto a otras piezas, un jarrón de fruta y un inquietante búho, que esconden esa vinculación entre la tradición italiana, la pasión por el arte y su identificable diseño. También conservan todo su aroma. Seis velas con un nombre y olor diferentes: Nuestro Jardín, Neroli, Caballero, Pino Mediterráneo, Incienso y Laurel. Pintados a mano por artesanos locales, la gama cromática recoge el azul clásico de las vajillas griegas, el amarillo de los limones y el verde de las hojas.

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