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leandre escorsell / estilismo de anna vallès

El pueblo de Calce, en el Rosellón francés, es generoso y permite que sus cepas se expresen con franqueza.

CALCINAIRES blanco 2017 dibuja los perfiles de una tierra, de su gente, del clima del año y de sus cepas con espontánea naturalidad. Muestra la seriedad de la uva macabeo y la alegría contagiosa de la moscatel de Alejandría. El corazón de las nueces verdes es también el de la chardonnay. Brotes de grosella negra, alborozo y primavera. Tres uvas, cada una con sus gracias, se unen en la botella bajo la dirección discreta de Lionel Gauby, viticultor. Su visión de las suaves laderas se une a una comprensión íntima de los viñedos que cultiva. Su sonrisa es el escaparate de un corazón libre: ojos que son tierra, manos que saben a uva. Hierbaluisa y verbena junto a la bodega. Con el vino en la copa, los sentidos transportan a los naranjos en flor: azahar y toronjil. Avellanas crudas para los niños, flor de jazmín y una sensación única en el trago: intensidad y volumen, corporeidad y solidez acompañan a una ligereza llena de argumentos. 

Ficha técnica

Domaine Gauby, Calcinaires blanco 2017
– Côtes Catalanes (Indication Géographique Protégée), 12,5%. En territorio de Calce (Rosellón francés), la arcilla y la cal acogen cepas tratadas en biodinámica. Moscatel, chardonnay y macabeo (50%-30%-20%) son prensadas directamente y fermentan con levaduras propias en acero inoxidable. Se estabiliza con frío y se embotella sin filtrar. Precio: 19,55 euros.
Sensaciones
– Hay vinos que te dicen con una sonrisa en los labios quién, cómo, dónde y cuándo. Calcinaires blanco de Gauby es así.
A través del cristal
– Fuente redonda de porcelana de IDdesign. Copas serie Attitudes de Cristal de Sèvres.

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