Las argentinas Perotá Chingó interpretan ‘Paloma Negra’
Mostrar la canción “más de domingo” de artistas provenientes de todo tipo de géneros musicales es el objetivo de Malditos Domingos. Esas músicas, cargadas de una emotividad especial, son grabadas en plano secuencia y con audio directo. El País Semanal inicia hoy una colaboración con este proyecto.
Suena Paloma Negra en el lugar donde tal vez has llegado con el corazón roto. La canción, compuesta por el mexicano Tomás Méndez, lleva años acompañando a los que se cansan de llorar.
Al fondo a la derecha, junto a la barra de tu bar imaginario, no amanece. Has fantaseado con apagar todas las luces de la ciudad, quemar tu casa y beber hasta el último sorbo de tu propio olvido.
Pero de repente alguien la canta, ellas cantan: Dolores Aguirre y Julia Ortiz —Perotá Chingó—. Se hace el silencio en tus entrañas rojas. “No sé lo que hay detrás de tu voz”, “que cada cosa cruel sea tú que vuelves”, podría escribir en una servilleta Julio Cortázar después de admirarlas desde un rincón claroscuro de París.
Por su actitud, sin ganas de doblegarse, recuerdan a la Chavela Vargas que tantas veces desnudó en un escenario a la negra paloma: “Salí de los infiernos pero lo hice cantando”. O a la Frida Kahlo capaz de inmortalizar en el mismo lienzo caricias y clavos: “Donde no puedas amar, no te demores”. Su complicidad resucita aquellas mañanas en las que agarraban juntas el cielo con las manos.
No hay guitarra ni otro instrumento que acompañe la escena. No los necesitan. Sus voces tienen el desgarro de un violín más la contundencia del contrabajo. El frágil y compenetrado baile, posee algo del desasosiego de Pessoa, de cuando tienes miedo de “buscarle y encontrarle”.
Este vídeo de Malditos Domingos es un diálogo teatral cantando, una conversación de versos, un desnudo dentro de una canción. Existe un hilo imaginario hipnótico entre las dos mujeres que nos parte en dos.
En la vida real, la historia de Dolores y Julia, tiene aire de cuento. En 2011, mientras recorrían la costa de Uruguay, decidieron costear el viaje tocando en bares o playas. Sin planearlo, impregnaron de libertad su música y el público empezó a acompañarlas en cada paso del camino.
Actualmente, son un fenómeno en América Latina. Sus vídeos registran millones de visitas en Youtube, miles de “likes”. Más allá del éxito en la red amanece cuando cantan juntas.
Aquí son capaces de llegar sin adornos hasta el alma del corazón roto o del que sigue entero pero se protege para seguir vivo. “Y aunque te amo con locura, ya no vuelvas”, Paloma Negra.
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