Elecciones en RD Congo: sí, pero con condiciones y tras mucho sudor, lágrimas y hasta sangre
Organizaciones de la sociedad civil lanzan la plataforma digital 'electionsRDCongo.org' para vigilar los preparativos de un proceso electoral sin el actual presidente Joseph Kabila
El próximo 23 de diciembre están previstas unas elecciones presidenciales en la RD del Congo que serán muy singulares. Se trata de unos comicios que la sociedad congoleña ha conseguido gracias a su sudor, sus lágrimas e, incluso, su sangre; a cambio de su libertad, en muchos casos, y hasta de su vida. La fecha llega dos años después de que expirase el mandato del presidente Josep Kabila, que formalmente acabó en diciembre de 2016. Dos años en los que se han repetido las acciones de protesta, desde la diplomacia hasta las calles, pasando por las campañas en las redes sociales. Y otro de los elementos determinantes de los comicios: Kabila, que intentó cambiar la constitución para eliminar el limite de mandatos y demoró su partida, no será uno de los candidatos. Eso no quiere decir que su familia política no esté presente.
Los preparativos avanzan con paso decidido. Se ha hecho público el calendario y se ha proclamado la lista de partidos. Sin embargo, no ha desaparecido la desconfianza de la población ante las autoridades. Por eso, después del trabajo que ha costado que Kabila convoque y acepte no participar, los movimientos sociales no están dispuestos a dejar el proceso al azar. Un grupo de organizaciones muy dinámicas y activas en la resistencia a que Kabila se mantuviese en el poder ha puesto en marcha una plataforma digital con la que monitorizar el proceso de preparación electoral. Lutte pour le changement (Lucha), Filimbi, Les Congolais débout, la Association congolaise pour l’accès à la justice (ACAJ) y Agir pour des élections transparentes et apaisées (AETA) están detrás de la iniciativa electionsRDCongo.com.
Floribert Anzuluni, coordinador de Filimbi, recuerda una y otra vez que no basta con que se celebren unas elecciones, sino que deben ser “buenas”, y por ello justifica el lanzamiento de esta plataforma. “El proceso está adulterado y manipulado por el régimen de Kabila: controla la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI); ha manipulado el censo electoral porque hay diez millones de personas incluidas sin huellas dactilares, con huellas parciales o sin foto; y tenemos una grave situación de represión, con prisioneros políticos que no han sido liberados y con personas exiliadas”
Por su parte, Fred Bauma, uno de los militantes más carismáticos de Lucha, insiste en las dudas sobre la materialización de las elecciones y destaca el desequilibrio entre las cuestiones formales y las de contenido: “Por un lado, teníamos el calendario electoral definitivo, con plazos y fechas límite, que la CENI parecía seguir. Pero, por otro lado, la calidad de ese proceso no era demasiado claro. Por ejemplo, no estaba garantizado que la lista de partidos publicada fuera inclusiva, que todos los partidos aparecieran representados”. Ante esta preocupación, Bauma comenta: “Nos preguntábamos cómo podíamos garantizar que al final no tuviéramos solo a la gente introduciendo papeletas en una urna, sino que sea un proceso creíble que lleve a unas elecciones justas”. Las reticencias de estas organizaciones se sustentan en la resistencia de Kabila a abandonar el poder, intentando cambiar la constitución o negándose a convocar elecciones. “No podíamos confiar en que el poder actual tuviese la voluntad de organizar unas elecciones con todas las garantías”, sentencia Bauma.
Estas organizaciones de la sociedad civil han identificado diez condiciones previas sin las cuales no podrá considerarse que el proceso ha cumplido con todas las garantías. Estos diez puntos constituyen el “barómetro” de la calidad de las elecciones y son el plato fuerte de esta plataforma de vigilancia cívica. Unos se centran en las libertades individuales y los derechos fundamentales, como la libertad de manifestación, la liberación de los presos políticos y el regreso de los exiliados o la reapertura de los medios de comunicación privados clausurados. Otros hacen referencia a la transparencia del proceso, mediante el acceso de expertos independientes a los trabajos de la CENI, la transparencia en la gestión de los fondos para las elecciones, el sistema de voto y de recuento, la independencia de la justicia electoral o la elaboración de un censo electoral fiable. De momento, a poco más de tres meses de la celebración de las elecciones, solo dos de las condiciones previas exigidas se han cumplido: la publicación del calendario electoral y la declaración de Kabila de que no se volvería a presentar.
Las reticencias de estas organizaciones se sustentan en la resistencia de Kabila a abandonar el poder, intentando cambiar la constitución o negándose a convocar elecciones
“Lo que queremos con esta plataforma”, señala Anzuluni desde su exilio, “es poner de manifiesto las condiciones mínimas sin las cuales el proceso electoral no puede conducir a unas elecciones libres, transparentes, inclusivas y pacíficas. Sin ellas no podremos alcanzar un mínimo de estabilidad, política, de seguridad, económica y, en resumen, estabilidad social. Y sin esa estabilidad no acabará la actual crisis que tiene enormes consecuencias para nosotros, los congoleños, pero también para los vecinos de la región y, al final, para la seguridad global”.
Bauma añade que esta herramienta de seguimiento permite objetivar el cumplimiento de las garantías: “Ofrece a los congoleños, a los medios, a las delegaciones diplomáticas, a todos los observadores del proceso en RDC, las informaciones sobre el desarrollo del proceso electoral y su calidad, prácticamente en tiempo real. En cada momento, la plataforma muestra en qué punto del proceso nos encontramos, qué falta por hacer, cómo se están tratando las libertades individuales, qué está pasando con los presos políticos, cómo llevamos la transparencia en la gestión de la CENI, la credibilidad del censo electoral...”.
Para estos movimientos, el papel de la plataforma es informar para mantener la movilización. “Hoy sensibilizamos a la población congoleña y a todo el mundo, para que comprenda que las condiciones no son las adecuadas. Esperamos que entre todos exijamos no solo buenas elecciones, sino la marcha de Kabila y de su régimen para tener unas elecciones que nos conduzcan a un mínimo de estabilidad”, explica Anzuluni. Bauma añade: “El proyecto permite hablar de la calidad del proceso y animar el debate. Permite que los ciudadanos tengan una base sobre la que puedan lanzar sus reclamaciones y presionar al Gobierno en función del cumplimiento de los puntos que se han identificado como claves en la preparación”.
Las organizaciones sociales han lanzado un órdago en el que pretenden contar con los argumentos que les ofrezca esta plataforma. “A los diplomáticos, a los investigadores, a los periodistas la plataforma les ofrece una base de datos para tener una opinión sobre si el proceso es creíble, si hay que darle apoyo o si hay que exigir más transparencia antes de apoyar un proceso que no va desembocar necesariamente en unas elecciones libres, creíbles y pacíficas”, advierte el militante de Lucha. El coordinador de Filimbi es aún más explícito: “Necesitamos organizar buenas elecciones para alcanzar la estabilidad. Creemos que el régimen de Kabila ha demostrado sobradamente que no está dispuesto a organizar las elecciones libres, transparentes, inclusivas y pacíficas que necesitamos y pensamos que él y su régimen deberían ceder el sitio a otras personas que puedan organizarlas”.
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