La mujer que diseña el interior de tu coche
Esta es la historia de una revolucionaria de los interiores de los automóviles. La portuguesa Telma Fernandes comanda el equipo creativo que pretende convertir en referentes de sofisticación los modelos de Cupra, la antigua gama deportiva de Seat, que ahora se estrena como firma propia.
Los europeos pasamos un promedio de 9 horas y 35 minutos dentro de un coche de lunes a viernes, según el estudio elaborado al alimón por la consultora de mercados francesa Ipsos y The Boston Consulting Group. Con estos datos está claro que la idea del vehículo como expresión de identidad ya no es un asunto reservado a locos del volante y fanáticos del tuneado. Por eso, el diseño de sus interiores responde hoy prácticamente a los mismos razonamientos que la moda. Y una de las figuras que está revolucionando este sector es Telma Fernandes, experta en color & trim, que en el argot automovilístico quiere decir todo aquello que se ve y se toca en un vehículo.
“Antes, un coche era un mero utilitario, mientras que en la actualidad se contempla como un objeto que te identifica y con el que te identifican. Por eso, como ocurre con los teléfonos móviles, a la hora de elegir un modelo somos más exigentes con lo que deseamos transmitir. Y se trata de una tendencia que, en mi opinión, irá a más en los próximos años”, expone Fernandes. A sus 33 años, es la portavoz del equipo creativo de Cupra, desde febrero flamante submarca deportiva de Seat, tras dos exitosas décadas como versión de alta gama sport de la escudería española.
Fernandes, que lleva cinco años trabajando para Seat, asegura que la belleza, la elegancia, la innovación y la exclusividad son ahora, tanto como la tecnología y la sostenibilidad, parte del discurso de una industria que en España ha vuelto a ver caer su producción por primera vez desde 2012. Y aunque este descenso suponga apenas un 1%, representa su peor bache después de la crisis.
Mientras tanto, en Cupra ultiman el modelo Ateca, que echará a rodar en noviembre y en el que exhibirán sus propuestas de diseño. Será el primero de los siete coches que la recién independizada enseña pretende lanzar en los próximos tres años, al calor del récord de ventas global de la casa madre: 468.000 unidades en 2017, de las que 10.000 corresponden a la otrora gama deportiva. La idea, según ha expuesto el presidente de Seat, Luca de Meo, es reconquistar a aquellos conductores que quizás ahora mismo “no se sienten atraídos por la marca, pero a los que les gustan los vehículos sofisticados y deportivos”.
Ahí es donde el equipo de Fernandes entra en juego, proponiendo espacios exquisitos y glamurosos revestidos de materiales nobles como la madera, el cobre y el cuero, en refinado azul cobalto o elegante negro, con pinturas mates que ofrecen texturas sorprendentes y un logo que evoca los tatuajes tribales en ese intento de crear un sentimiento de pertenencia a un exclusivo clan. “Cuando explico mi trabajo suelo decir que es como vestir a una persona, otorgándole diferentes temperamentos. Es lo que me gusta del diseño de automoción, que puedes darle vidas distintas a un mismo habitáculo, a una misma arquitectura, pensando solo en el concepto”, dice la creadora de origen portugués, formada en el Centre Universitari de Disseny de Barcelona y que esbozaba artículos infantiles hasta que decidió dar un volantazo a su carrera.
Por supuesto, idear la estética de un coche no es igual que concebir una prenda. Hay normas rígidas de seguridad a las que atenerse, los espacios son limitados y universales, y son tantos los procesos necesarios que desde los bocetos iniciales hasta que salen los primeros vehículos de la cadena de montaje pueden pasar años. Por eso no resulta extraño que las marcas utilicen los servicios de empresas especializadas en anticipar tendencias, ajenas a la industria del motor, que les revelen lo que se llevará en el futuro.
“Diseñar con esas limitaciones por normativa o por espacio es un reto. Además, no se trata de algo efímero como un artículo de moda”, continúa Fernandes. “A veces, nos anticipamos tanto con un diseño que es posible que, cuando salga, no sea aceptado por el público, más receptivo a tendencias a corto plazo”.
“Concebimos el coche como una persona. Imaginamos dónde viviría, por dónde se movería y cuáles serían sus gustos”
En la sede de Cupra, a las afueras de Barcelona, el estudio de creación se afana por encontrar el equilibrio entre innovación y riesgo. Como en los talleres de los diseñadores de moda, las paredes también aparecen empapeladas con todo tipo de recortes y fotografías que utilizarán como referencias. Son los llamados moodboards o paneles de inspiración. “La primera pregunta a la que tenemos que responder es: ¿Qué queremos sentir con el resultado final?, ¿qué vamos a transmitir? Puede decirse que esa es la parte que más disfrutamos, porque trabajamos con las ideas, con la imaginación. Materializar emociones es lo que más me gusta”, dice Fernandes. Ella explica que el coche se concibe “como una persona, con sus características, su personalidad. Incluso imaginamos dónde viviría, por dónde se movería y cuáles serían sus gustos”.
Si bien, tampoco puede obviarse que del dicho al hecho, en cuestiones de creatividad automovilística, va un largo trecho. Que el resultado final difiera sobremanera del boceto original es algo muy común. Además, la última palabra, también en términos estéticos, la tiene el comprador.
“Nosotros diseñamos pensando en múltiples posibilidades. El coche te puede quedar más amigable, más duro, más deportivo… Aunque es el consumidor el que termina de redondearlo”, concluye la creadora. “Seas como seas, seguro que te llevarás el vehículo acorde a tu personalidad”.
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