Por qué no vuelven los científicos exiliados
Una encuesta entre investigadores expatriados en Alemania muestra que el 70% quiere regresar a España, pero solo el 8,5% lo ha conseguido
Soy hijo de la suerte, pensé una vez. Pude estudiar lo que quería y nunca me faltó de nada. Al menos así recuerdo mi juventud, como perteneciente a esa generación a la que sus padres decidieron regalar todas las oportunidades que ellos nunca pudieron tener. Terminé mi carrera en la universidad y no dudé en comenzar mi doctorado gracias a una beca del Ministerio de Ciencia e Innovación. Fui el resultado de una paradoja histórica: el incremento de inversión en ciencia en España y el comienzo de la crisis financiera. Bajadas de sueldo, contratos temporales y luego a la calle; movilidad forzada, problemas de conciliación familiar y congelación de plazas. Al terminar el doctorado me fui de España en la primera oportunidad que me salió porque en mi país no tenía posibilidades de seguir investigando. Y no he sido el único.
Desde que comencé la tesis he ejercido de científico nómada, pastoreando mis artículos en diferentes campos de conocidos terratenientes. Recientemente, una beca Marie Skłodowska-Curie ha conseguido llevarme de la mano a Alemania en un romance de verano, de esos que sabes que cuando llega el invierno se terminan.
Mi historia es una de tantas en el universo de investigadores españoles que trabajan en el exterior. Según una pequeña encuesta que hemos realizado en la sociedad de científicos e investigadores españoles en Alemania (CERFA), al 70% nos gustaría volver a España. De hecho hay un 40% de científicos que lo han intentado, pero solo un 8,5% lo ha conseguido de forma satisfactoria.
La llegada de Pedro Duque al recién creado Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades es un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la ciencia. Además, iniciativas constructivas como Ciencia en el Parlamento y la reciente creación de la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior (RAICEX) son indicadores de que estamos ante una oportunidad histórica para decidir qué modelo productivo quiere la sociedad Española. Si queremos un país moderno basado en el conocimiento y la innovación o queremos seguir siendo sol y playa.
Los investigadores españoles en Alemania contestaban en una encuesta que la insuficiente inversión o la endogamia del sistema científico español hacen que no quieran volver
¿Qué es lo que falta en España? Nos preguntaban en una reciente reunión con la comisión de ciencia, innovación y universidades del Congreso de los Diputados. Desde RAICEX lo dejamos claro. Primero hay que arreglar el sistema para que sea atractivo y sólido, y que luego ya se podrá atraer al talento, tanto español como extranjero. Por su parte, los investigadores españoles en Alemania contestaban en la encuesta que la insuficiente inversión, falta de atractivo y la endogamia del sistema científico español hacen que no quieran dar el paso para volver. En otras palabras, arreglemos la casa antes de traer invitados.
Sigamos entonces las recomendaciones de Ramón y Cajal y “hagamos vibrar las neuronas cerebrales adormecidas con la emoción de lo nuevo e infundámosles nobles y elevadas inquietudes”, y no perdamos esta oportunidad única. Seamos constructivos, no reinventemos la rueda y miremos a los países vecinos. Por ejemplo, el sistema híbrido de financiación pública y privada a través de fundaciones hace que el sistema de investigación alemán sea sólido y a largo plazo.
Pero ya que estamos seamos mejores. No copiemos el modelo individualista de inestabilidad laboral y movilidad forzada. No olvidemos que la ciencia excelente se hace con tejido denso de todas las clases como gestores, técnicos investigadores y conciliación familiar. Valoricemos los doctorados y regularicemos la figura del postdoctoral.
Nos gustaría decirle al ministro que estamos ilusionados, que cuente con nosotros y que vamos a apoyarle. Pero que somos cautos, no queremos que dentro de unos años digan “son los problemas de siempre”. Porque al fin y al cabo son los políticos los que tienen que tomar las decisiones ahora, no los investigadores. Las familias españolas y en especial mi madre os lo agradecerán.
Pablo Lanillos, investigador del proyecto Selfception en Inteligencia Artificial y Robótica en la Universidad Técnica de Múnich y vicepresidente de CERFA.
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