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El astronauta que pensaba que ser ministro era una broma

Pedro Duque, que ha viajado al espacio en dos ocasiones, es un activo defensor de la ciencia y un látigo de la pseudociencia

El astronauta Pedro Duque, tras su regreso a la Tierra el 28 de octubre de 2003, en Arkalyk (Kazajistán).Foto: atlas
Manuel Ansede

“¡Hala! ¡Salgo ministro en la porra de un prestigioso diario!”, tuiteó el astronauta español Pedro Duque el 3 de noviembre de 2016. Se refería a una noticia falsa de la publicación satírica El Mundo Today, que lo situaba como ministro de Asuntos Exteriores. Hoy, la broma se ha hecho realidad. El nuevo presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, ha nombrado a Pedro Duque nuevo ministro de Ciencia, Innovación y Universidades.

Duque, nacido en Madrid en 1963, es una de las caras más conocidas de la ciencia española. El 29 de octubre de 1998, despegó de Cabo Cañaveral a bordo del transbordador Discovery y permaneció nueve días en el espacio, como responsable de una treintena de experimentos científicos, relacionados con temas como el crecimiento de plantas y el envejecimiento humano fuera del planeta Tierra. Ocho millones de españoles siguieron en directo su primera aventura espacial. En 2003, Duque volvió al espacio, a bordo de una nave rusa Soyuz, y pasó 10 días en la Estación Espacial Internacional, a unos 400 kilómetros de altura.

“Si continuamos no invirtiendo en el futuro, se hundirá el país para siempre”, ha dicho Pedro Duque

El madrileño acabó ingeniería aeronáutica en 1986 en la Universidad Politécnica de Madrid, con matrícula de honor. En 1992, fue seleccionado por la Agencia Espacial Europea como astronauta. Duque se había presentado a las pruebas tras ver el anuncio en un periódico. Desde entonces, ha recibido multitud de galardones, como la Orden de la Amistad entregada por el presidente ruso Boris Yeltsin en 1995 y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1999.

Duque es un activo defensor de la inversión en ciencia y educación. “Si continuamos no invirtiendo en el futuro, se hundirá el país para siempre”, proclamó en 2013, durante las mayores movilizaciones de científicos contra los recortes del Gobierno de Mariano Rajoy. "La educación pública y realmente gratuita es la base para el desarrollo", aseguró hace solo unos meses.

También es un crítico durísimo de las pseudociencias. “Por mucho que la industria de la homeopatía consiga, con no sabemos qué artes, que la Unión Europea o los gobiernos la amparen, eso no cambia nada. No funciona. No hace nada. Al menos nadie nos obliga a pagarles las chuches esas que venden”, tuiteó el 28 de abril.

El astronauta también conoce bien la vertiente industrial de la ciencia. En 2006 pidió una excedencia a la Agencia Espacial Europea para ser presidente ejecutivo de la empresa Deimos Imaging, que el 29 de julio de 2009 envió al espacio el primer satélite español de observación de la Tierra, el Deimos-1.

"Creo obvio que la educación primaria, la universitaria y la promoción de la ciencia son inversiones porque se pueden esperar de ellas rendimientos futuros", ha escrito Duque

“Creo obvio que la educación primaria, la universitaria, la promoción de la ciencia y la de la tecnología son inversiones porque se pueden esperar razonablemente de ellas rendimientos futuros. Veo con mucha preocupación que se trate estas partidas como si fueran gastos”, escribió en 2012 en una carta abierta en EL PAÍS.

“Una escuela de calidad es la garantía de que los mejores talentos se desarrollarán y producirán una generación de científicos y tecnólogos dentro de 10 o 20 años. La Universidad accesible a todos, según sus méritos y su esfuerzo, asegura la continuidad de este proceso para dentro de cinco o 10 años. Y las inversiones en fomento de la ciencia y la tecnología promocionan la conversión de todo ese talento en innovación que revertirá en nuevos productos, patentes, servicios y, en general, en sólida exportación en plazos aún más cortos”, reflexionaba entonces el hoy ministro de Ciencia, Innovación y Universidades.

“La ciencia recupera la posición en el Consejo de Ministros que nunca debió perder”, aplaude Nazario Martín, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), que agrupa a 82 sociedades españolas. Martín urge al nuevo ministro a poner en marcha la Agencia Estatal de Investigación, creada en 2015, pero paralizada de facto por el Ministerio de Hacienda. “Ahora es Hacienda quien decide cuándo se sacan las becas y los proyectos de investigación. La ciencia, para ser operativa, tiene que estar fuera del ciclo político”.

“Cuando pensamos en Pedro Duque, todos los españoles pensamos en una especie de supermán, en un héroe que logró una plaza para viajar al espacio. Es un ingeniero con notas brillantes, formado en EE UU y en la Agencia Espacial Europea y habla varios idiomas, incluido el ruso. Son todos los ingredientes para ser optimistas”, opina Martín.

Los retos del ministro astronauta

“En una legislatura corta hay que centrarse en las cosas que son factibles”, reflexiona Jorge Barrero, director general de la Fundación Cotec para la innovación. A su juicio, el nuevo ministro tiene ya sobre la mesa “cuatro puntos calientes”:

1. La burocracia que está impidiendo el gasto en los organismos públicos de investigación y universidades.

2. Diseñar políticas basadas en créditos a empresas e instituciones que sean factibles y mejoren la ejecución presupuestaria, que es muy baja.

3. La Ley 40/2015 obliga a poner una fecha de desaparición de todas las agencias estatales. Es decir, en 2019 desaparece la Agencia Estatal de Investigación y también entidades como el CDTI y el CSIC ven afectado su estatus, con lo cual hay que reinventárselos. “Hay que escribir unos estatutos que garanticen su autonomía e incluso la refuercen”, subraya Barrero.

4. Recuperar políticas de recursos humanos que reviertan el actual envejecimiento de las plantillas. “Hay que mejorar la capacidad del sistema para atraer y retener talento”, recalca Barrero.

“Queremos felicitar a Pedro Duque y desearle mucha suerte. Su trayectoria profesional es sin duda una garantía para enfrentarse al entorno complejo y exigente de la política. Más allá de su carrera como astronauta, destacamos su vinculación a la universidad pública, su experiencia emprendedora y su compromiso en la lucha contra las pseudociencias”, subraya el responsable de la Fundación Cotec.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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