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La contaminación ha matado a 93.000 personas en España en una década

Investigadores de la Escuela Nacional de Sanidad ponen cifras al impacto de las emisiones de los coches en las ciudades

Manuel Ansede
Un panel luminoso en la M-30 indica la activación del protocolo anticontaminación en Madrid.
Un panel luminoso en la M-30 indica la activación del protocolo anticontaminación en Madrid.Víctor Sainz
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Pollution has killed 93,000 people in Spain in the last decade

“Hay que restringir el tráfico”, sentencia la bióloga Cristina Linares, investigadora de la Escuela Nacional de Sanidad, en Madrid. No es una propuesta, sino un llamamiento desesperado a la acción. El equipo de Linares acaba de calcular que la contaminación atmosférica ha provocado la muerte prematura de unas 93.000 personas en España a lo largo de una década. Son los primeros estudios con datos de todas las provincias españolas.

Las grandes ciudades españolas han incumplido sistemáticamente las normativas europeas de contaminación en los últimos años. Las nuevas investigaciones ponen precio a esos excesos. Solo el dióxido de nitrógeno ha sido culpable de 6.085 muertes evitables cada año en España, según uno de los trabajos, publicado en la revista especializada Environment International. “Ha habido una dieselización del parque español de vehículos. Y los diésel son los que más dióxido de nitrógeno emiten”, lamenta Linares.

El dióxido de nitrógeno, emitido por los vehículos diésel, estaría detrás de 6.085 muertes cada año en España

El dióxido de nitrógeno, liberado en la combustión de motores y calefacciones, supone “graves riesgos sanitarios” al empeorar el asma y la insuficiencia respiratoria, según alerta la Organización Mundial de la Salud. Bruselas tiene abierto un expediente contra España por el incumplimiento crónico de los niveles de dióxido de nitrógeno, principalmente en Madrid y Barcelona. Hace un mes, finalmente, la Comisión Europea decidió no demandar a España ante el Tribunal de Justicia de la UE, dando por suficientes de momento los planes contra la contaminación presentados por los ayuntamientos de Manuela Carmena y Ada Colau.

A las 6.085 muertes anuales por dióxido de nitrógeno se suman otras 499 por ozono troposférico, según un segundo estudio publicado en Atmospheric Environment. El ozono a nivel de suelo —ingrediente de las nieblas tóxicas características de las megalópolis— se forma por una reacción con la luz solar de las emisiones de vehículos e industrias. El exceso de ozono genera problemas respiratorios, como el asma, y puede provocar enfermedades pulmonares. Un tercer trabajo, publicado el año pasado en la revista especializada Environmental Pollution, cifró en 2.683 las muertes prematuras anuales por la contaminación por partículas en el aire, también procedentes de los tubos de escape.

Las tres investigaciones analizan datos del periodo 2000-2009 facilitados por el Instituto Nacional de Estadística y el Ministerio de Medio Ambiente. Son los últimos datos validados y comparables, según recalcan los autores. “El 3% de la mortalidad anual en España es atribuible a esta contaminación atmosférica”, subraya Julio Díaz, jefe del Departamento de Epidemiología de la Escuela Nacional de Sanidad. Esta institución depende del Instituto de Salud Carlos III, adscrito a los ministerios de Economía y Sanidad.

El epidemiólogo Julio Díaz insta a evitar que los coches invadan las ciudades, “con peajes o como sea”

Díaz se muestra atónito por la falta de concienciación de las autoridades y de la sociedad en su conjunto ante el problema de la contaminación atmosférica. “Esta mortalidad equivale cada año a unas ocho veces la producida por accidentes de tráfico”, alerta. El equipo de Díaz y Linares emplea potentes herramientas informáticas para establecer asociaciones estadísticas entre los picos de contaminación y los picos de mortalidad. Sus tres estudios solo tienen en cuenta la mortalidad a corto plazo, dejando fuera los casos de cáncer. Los fallecimientos, insisten, son solo la punta del iceberg. “La mortalidad prematura atribuible a la contaminación suele ocurrir en personas de edad avanzada, pero la consecuencia más importante de la polución es una reducción de la calidad de vida: un empeoramiento de asmas y alergias, bronquiolitis en niños, favorecimiento de infecciones virales”, expone Linares, que este año ha sido elegida para formar parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas.

Madrid se convirtió el 29 de diciembre de 2016 en la primera ciudad española que restringía el tráfico por la contaminación, cerrando el paso a los vehículos con matrícula par. “Son planes para cumplir la legislación, no son planes para proteger la salud. Nosotros proponemos medidas estructurales, no coyunturales”, afirma Díaz. El científico propone reforzar el transporte público, multiplicar los aparcamientos disuasorios en las afueras y evitar que los coches entren en la ciudad “con peajes o como sea”. El nuevo protocolo de contaminación por dióxido de nitrógeno del Ayuntamiento de Madrid —que prevé limitar la circulación de vehículos en función de los distintivos ambientales de la Dirección General de Tráfico— va, según Díaz, “por el buen camino”.

Baile de cifras

La Agencia Europea del Medio Ambiente ha cifrado en 30.000 las muertes prematuras cada año en España a causa de la contaminación, más del triple que los 9.300 fallecimientos anuales calculados por el equipo de Julio Díaz y Cristina Linares. Este baile de cifras tiene una explicación, según detalla Díaz. Los dos trabajos emplean las denominadas funciones dosis-respuesta: cuánta mortalidad se atribuye a un determinado incremento de un contaminante, en este caso dióxido de nitrógeno, partículas y ozono. En el estudio europeo, los autores emplean funciones dosis-respuesta estimadas en otros países y extrapoladas a España. Las investigaciones de la Escuela Nacional de Sanidad han calculado, por primera vez, esta función dosis-respuesta para cada capital de provincia, teniendo en cuenta factores como sus pirámides de población, sus temperaturas y sus características socioeconómicas. Para Díaz, es esencial explicar estas discrepancias, para que los estudios no pierdan credibilidad.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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