Día Mundial del Sueño: Ser padres trabajadores y conseguir dormir
Cinco pautas que mejoran la calidad de vida del bebé y de toda la familia. Cambiar hábitos es complicado, pero para los expertos merece la pena
Si hay algo que conlleva la llegada de un recién nacido al hogar, además de felicidad y nuevas responsabilidades, es, en muchos casos, la falta de sueño, que afecta más a la madre. Esta idea la remarcaba hace unos meses la Academia Americana de Neurología, cuando afirmaba que “cuando un bebé llega al hogar o se convive con varios retoños, las horas de sueño de la progenitora se ven afectadas drásticamente -en el número-, más que las del padre”. Una realidad que merece un recordatorio este 16 de marzo, jornada en la que se celebra el Día Mundial del Sueño.
“Las conclusiones no solo muestran”, proseguían estos autores, “que las madres no duermen lo suficiente, sino que, además, afirman estar muy cansadas durante el día”. Algo que es lógico durante los primeros meses de vida del retoño, ya que la madre es la que alimenta al bebé, mediante la lactancia y muchas lo hacen a demanda, y además es la que suele contar con más permiso de maternidad, 16 semanas en el caso de las españolas. Los expertos aseguran que menos de la mitad de las madres llegan a dormir siete horas por noche, cifra que es aún peor con los bebés de seis meses. En este caso, solo un 5% de ellos consigue dormir ocho horas y un 20% de las nuevas mamás no duerme bien ninguna noche. Los niños suelen asentar su rutina de sueño en torno a los cuatro o seis meses. Pero cada niño es un mundo.
¿Qué ocurre cuando la mujer vuelve al trabajo? ¿Cómo le influye también al padre esta falta de sueño? En estos casos ya no funcionan los consejos como, por ejemplo, duerme cuando duerma el niño.
Cabe recordar que no dormir produce consecuencias negativas, como tener más riesgo de padecer un accidente; menor capacidad de concentración; padecer problemas de salud -problemas cardíacos, respiratorios, entre otros-; afecta a la conducta y al comportamiento; disminuye el apetito sexual y envejece la piel, entre otras. Pero todo esto se puede evitar mejorando las pautas de sueño, según los expertos. Te ofrecemos cinco pautas para mejorar la calidad de sueño y así vivir más relajados y tener relaciones familiares sanas.
1. Di adiós a la culpa: muchas mujeres y hombres se sienten culpables por no poder estar con sus hijos. Esta sensación de malestar puede hacer que descuides tus actividades cotidianas, como concentrarse en el trabajo o dormir por las noches.
2. Duerme cuando duerma tu bebé: Obviamente, no se puede hacer todo el día y menos cuando trabajas. Pero sí que los expertos recomiendan que si el niño se va a adormir, por ejemplo, a las 21.00 horas, hagas tú lo mismo, si sabes que se despierta a las 06.00. Es cierto, que muchos progenitores aprovechan para hacer cosas de la casa o estar juntos, cosas que no pueden hacer cuando el niño está despierto. Pero los expertos, recuerdan que dormir debe ser una prioridad y el mínimo de siete horas.
3. Crear rutinas de sueño muy marcadas: Acostar a tu hijo a la misma hora, crear rutinas constantes como: cena-baño-cama, no excitar al niño antes de dormir, son pautas que sirven.
4. Intentar despejarse cuando no podemos dormir. Rumiar pensamientos en la cama es un mal hábito. Encontrar algo que nos relaje y no obsesionarse con el insomnio, son técnicas recomendadas.
5. Buscar ayuda: contratar una cuidadora para tu bebé, si te es posible o hacer turnos con el padre que os ayuden a los dos a conseguir noches de sueño de calidad.
Marcar una higiene de sueño nueva es difícil porque somos animales de hábitos, pero intentar cambiarla puede marcar la diferencia a la hora de afrontar el día siguiente, menos exhaustos y de mejor humor, según los expertos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.