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Migrados
Coordinado por Lola Hierro

Las múltiples caras de la inmigración

Bajo el título 'Y sin embargo, se mueve' expertos africanos y europeos analizan en una jornada de debates en Madrid los movimientos de personas en y desde África. Planeta Futuro moderó una de las mesas

Un hombre recién rescatado de una embarcación hinchable atestada de migrantes en el Mediterráneo por la ONG española Proactiva Open Arms, a unas 60 millas al norte de Libia.
Un hombre recién rescatado de una embarcación hinchable atestada de migrantes en el Mediterráneo por la ONG española Proactiva Open Arms, a unas 60 millas al norte de Libia. Olmo Calvo (AP Photo)
Lola Hierro
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La inmigración es inherente a la naturaleza humana, ha existido siempre y siempre existirá. El 3% de la población mundial está integrada por migrantes: unos 180 millones de personas sin contar los más de 24 millones de desplazados internos. Por esta razón, de nada vale intentar frenarla. Esta es la política de los países de la Unión Europea con las personas que intentan llegar al continente desde países del sur, pero no funciona. ¿No sería mejor entender de una vez la naturaleza de este fenómeno para abordarlo de una manera en la que todo el mundo salga ganando? Esta reflexión y unas cuantas más han centrado el debate Y sin embargo, se mueve, organizado este miércoles por Oxfam Intermon y el Grupo de Estudios Africanos de la Universidad Autónoma de Madrid en La Casa Encendida. Durante toda la jornada, un grupo de expertos ha reflexionado e intercambiado ideas con la audiencia para tener un conocimiento más profundo de la realidad de los migrantes y refugiados, prestando atención a aspectos que no son tan conocidos y también buscando respuestas sobre cómo lograr que la gestión política de estos flujos que sea más eficiente y, ante todo, humanitaria.

1. Los ciudadanos de países ricos también migran: Se suelen perder de vista las migraciones de sur a sur, es decir, entre África, América Latina y Asia. Pero mucho más se ignora el hecho de que desde los países del norte existen migraciones. Por ejemplo, a raíz de la crisis económica en Europa, Angola ha recibido muchos portugueses. "África es también un continente de destino: de portugueses, de chinos... África puede ofrecer muchas cosas también", señala Papa Demba, profesor en la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar.

2. La migración es un fenómeno positivo: Y no solo para el que se va:  Mboyi Kabunda, del Grupo de Estudios Africanos (GEA) de la Universidad Autónoma, solicita que se deje de hacer una lectura negativa de migraciones. Por ejemplo, con las remesas que aumentan los ingresos de muchos ciudadanos africanos. Pero no solo las económicas: "También las sociales y culturales. Los africanos que han venido aquí han aprendido nuevas ideas y, a su regreso a casa, poseen una especie de mestizaje cultural que enriquece las realidades locales", destaca. También es interesante el proceso de democratización que refuerzan: "Quiénes han vivido en Europa no están dispuestos a someterse a dictaduras locales, regresan con capacidad para poner en tela de juicio los poderes establecidos", indica el experto.

Imagen de un grupo de personas migrantes recién rescatadas de un bote a la deriva en el Mediterráneo por la ONG española Proactiva Open Arms el 18 de febrero de 2018.
Imagen de un grupo de personas migrantes recién rescatadas de un bote a la deriva en el Mediterráneo por la ONG española Proactiva Open Arms el 18 de febrero de 2018.Olmo Calvo (AP)

3. La migración africana es, sobre todo, interna: Los datos que expone Papa Demba dicen que Europa solo recibe el 12% de los flujos migratorios, mientras que en África se mueve casi 82% de los flujos. "Contra lo que dice Francia de que no puede acoger todas las miserias del mundo, yo digo que nosotros, los africanos, nos encargamos de nuestra propia miseria", subraya Mboyi, que recuerda que su continente alberga a 40 millones de migrantes frente a los cuatro millones que recibe Europa. Y expone como ejemplo Sudáfrica, donde el 30% de la población es migrante.

4. Tendremos más migrantes ambientales: "No quiero asustarles —advierte Kabunda—, se había empezado con las migraciones políticas y económicas, pero con el carácter destructor del modelo de desarrollo adoptado a través del neoliberalismo, estamos asistiendo a un infarto ecológico del continente". El experto llama la atención sobre la destrucción de la cuenca del río Congo, que es la segunda mayor zona de biodiversidad del mundo tras la cuenca del Amazonas. "Hay que prepararse para recibir pronto a los pigmeos, porque han destruido su ecosistema. La cuenca es su biblioteca, su polideportivo, su universidad y su farmacia". Pierre Kandem, de la universidad de Poitiers, recuerda que el lago Chad ha perdido el 80% de su capacidad y que, de seguir así, en 2050 ya habrá perdido hasta el 90%. "Los países de la zona deben comenzar a proteger estos espacios. Existen leyes, pero falta voluntad política porque los intereses económicos y políticos son tan fuertes que los Gobiernos venden su capital verde insustituible para tener acceso a divisas".

Un posible modelo a seguir, y africano

Agatha Kolawole trabaja en la Organización Internacional de las Migraciones y explica un proyecto que han puesto en marcha con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao): el protocolo FMM. Su objetivo es maximizar el potencial de desarrollo de la libre circulación de personas y la migración en África occidental. Para ello, realiza la gestión de datos de migración y de fronteras, lucha contra la trata. Creemos que el protocolo garantiza algunos derechos humanos y oportunidades y que puede aportar una garantía contra la explotación. Yo tengo derecho a entrar en Senegal sin visado, solo con mi pasaporte. "La migración debe ser una elección, no una necesidad", destaca. Para Kolawole, el siguiente paso es implementar la posibilidad de que los beneficios de la seguridad social se puedan llevar de un país a otro. "Si trabajo en Senegal unos años y luego quiero volver a mi casa, debería poder llevar conmigo las garantías de la seguridad social por el tiempo trabajado", explica.

5. Hace falta un enfoque africanista de las migraciones: El enfoque africano que debe sustituir al eurocentrista para mejorar la situación de los migrantes. En la cumbre de París de 2017, donde la canciller Angela Merkel, el presidente español Mariano Rajoy y el primer ministro italiano Paolo Gentiloni se reunieron con los presidentes de Níger, Chad y Libia, el enfoque de las conversación consistió en vincular las migraciones con la seguridad. "Hay que convencer a los dirigentes africanos de que el problema no es la seguridad, hay que vincular las migraciones con el desarrollo. ¿Cuánto se ha invertido en el continente africano en lucha pobreza en serio? Nunca, todo han sido soluciones superficiales. Al fin y al cabo, los chavales que se dedican a yihadismo lo hacen por falta de alternativas", asegura Kabunda. Papa Demba coincide y profundiza en la incertidumbre de una población joven que quiere tener un futuro digno y no sabe cómo. Explica que realizó un estudio sobre la situación de los jóvenes en Senegal, con chicos de entre 18 y 30 años. A la pregunta de qué harían en los siguientes años si pudieran elegir, el 75% respondió que se iría al extranjero."Cuando tenemos 25 años y no tenemos la posibilidad de casarnos porque no tenemos medios para ello, nos podemos lanzar a cualquier riesgo, no hay nada que perder. Los jóvenes saben de los peligros de la inmigración irregular, pero prefieren una muerte física a una muerte social". Así, la migración se convierte en un rito de pasaje a un cambio que permita cambiar el estatus social de un chcio y ser útil a su país y a su familia.

6. Humanizar las migraciones para reducir la xenofobia: En un mundo multipolar donde todo circula a través del neoliberalismo que permite la libre circulación de materiales, materias primas y recursos, pero se opone a la circulación de personas. "Hay que civilizar esta globalizacion, hay que humanizarla para poder poner fin de una vez al mito sagrado de los visados y de los pasaportes y permitir la libre circulación de la gente", solicita Kabunda. Humanizar pasa por eliminar los prejuicios y la xenofobia, y se refiere este experto a los partidos de extrema derecha que vinculan las migraciones con miedo. "Se habla de invasiones, de que vienen a quitar trabajo a los nacionales y vinculan por ignorancia las migraciones con la inseguridad. Decía la señora Le Pen que todos los migrantes no son terroristas, pero que el terrorismo es de origen migrante. Es un mensaje claro de que los migrantes amenazan la seguridad y la estabilidad".

La UE dice 'Nunca vas a venir aquí y, si lo haces, será a costa de tus ahorros, tu dignidad y tu vida' Gonzalo Fanjul

7. África sufre la fuga de cerebros: Si bien es cierto que la inmigración puede ser positiva para África porque permite a sus habitantes tener acceso a remesas financieras, sociales y culturales, no hay que dejar de tener en cuenta que esta también supone una fuga de cerebros. "África necesita a los africanos para su desarrollo. Son jovenes en edad de producción y reproducción que abandonan el continente", lamenta Papa Demba.

8. El control migratorio no sirve: Lorenzo Gabrielli, miembro del grupo de investigación sobre migraciones (Gritim) de la universidad Pompeu Fabra, remarca que los flujos siguen persistiendo por muchas medidas que pongan. "Lo único que pasa es que se desplazan las rutas migratorias. Se da una optimización de obstáculos naturales, como que de los 14 kilómetros del Estrecho se pasen a cruzar los mil kilómetros de la costa occidental de África a las islas Canarias. Esto supone, al final, el aumento de la violencia y de las muertes en fronteras. "Dicen que es necesario controlar más para reducir los muertos, pero, si miramos los hechos, vemos que es al contrario: entre 1988 y 2014 han aumentado. Ocurre lo mismo con el argumento de la lucha contra los traficantes. Se dice que estas politicas son necesarias para luchar contra la trata de personas, pero cuanto mas contro migratorio haya, más van a tener que recurrir a traficantes y estos más dinero van a pedir".

9. Los que migran no son los más pobres: Lorenzo Gabrielli entra en la reflexión de que no se mueve el que no tiene nada, se mueve el que tiene algo. Ese algo requiere recursos. Esto viene al hilo de una investigación recientemente publicada que explica por qué enviar dinero a países en desarrollo no solo no frena la emigración, sino que la propicia.  "No se emigra por no tener incentivos para migrar, sino porque sus condiciones de partida o beneficios esperados lo permiten. Emigran las clases medias de las economías emergentes", añade Gonzalo Fanjul, investigador de la Fundación PorCausa.

El papel de Níger, Libia y Sudán

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"Son los tres países con los que la UE está dialogando porque lo que representan: Sudán es la ruta de salida de migrantes desde el cuerno de África, Níger de África occidental y Libia de los que se embarcan hacia Lampedusa y Sicilia", dice Sarah Prestianni, del observatorio de fronteras Migreurop, comenta lo bien que le viene a la UE que el presidente de Sudán, Al Bashir, haga de cancerbero para impedir el paso de migrantes eritreos y etíopes hacia Europa. En Italia pasaron de recibir 40.000 hace tres años a 5.000 en 2017. El control migratorio de la UE también se nota en Níger, donde antes los migrantes salían desde Agadez corriendo bastantes peligros, pero libres. Ahora tienen que esconderse de los controles policiales, que suelen concentrarse en los puntos de abastecimiento de agua. El resultado es que empiezan a evitarlos. "Esto les lleva a elegir caminos más peligrosos por el desierto. Ahora se muere también por deshidratación", explica la experta, que no duda en criticar también la firma del acuerdo entre Italia y Libia para enviar de vuelta a los migrantes a este último país, cuando se sabe que son encerrados en centros de detención donde sufren torturas. Igualmente, llama la atención sobre los verdaderos motivos por los que los militares italianos se hayan establecido en la frontera entre Níger y Libia. "Ejercer control fronterizo es la excusa a intereseses políticos, económicos y militares. Al control de materias primas como uranio y oro", añade.

10. Faltan líderes comprometidos: La sociedad civil ha realizado un diagnóstico muy ajustado y contundente de la realidad, de por qué lo que ocurre no solo es inmoral, sino también ilegal, por qué debemos reaccionar ante eso, "pero es muy difícil encontrar verdaderas alternativas y partidos políticos que sean capaces de proponer soluciones realistas", opina Fanjul. Para Pablo Socorro, activista, la sociedad está en franca derrota en esta lucha. En caso de España también; no estamos en posicion de plantear un combate democratizador y transformador de las políticas. "La lucha contra la externalización de las fronteras, por ejemplo, escapa de nuestras posibilidades".

11. Mejor las pequeñas iniciativas: Para Fanjul es mejor firmar acuerdos de confianza mutua que intentar sacar adelante compromisos entre 200 países. "Hemos identificado 200 iniciativas de movilidad temporal en contextos y escalas diferentes", asegura. Estos van desde programas de empleo de alta cualificación hasta los que ha desarrollado Nueva Zelanda para atraer no solo temporeros, sino estudiantes que pueden dedicar horas a trabajar, vacaciones con trabajo... "Ellos abren oportunidades y hacen algo clave: trasladan al migrante el mensaje de 'si tienes paciencia, tendrás tu oportunidad'. Es lo contrario de la UE, que dice: 'Nunca vas a venir aquí y, si lo haces, será a costa de tus ahorros, tu dignidad y tu vida'. Pablo Socorro cree que cuando hablamos de movimientos sociales se debe partir de la base de que hacen falta victorias que mejoren las condiciones de vida de los migrantes. "Por ejemplo, reforzando el servicio de salvamento marítimo español, que está rescatando naúfragos en el Mediterráneo todos los días".

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Sobre la firma

Lola Hierro
Periodista de la sección de Internacional, está especializada en migraciones, derechos humanos y desarrollo. Trabaja en EL PAÍS desde 2013 y ha desempeñado la mayor parte de su trabajo en África subsahariana. Sus reportajes han recibido diversos galardones y es autora del libro ‘El tiempo detenido y otras historias de África’.

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