“Queremos ver más mujeres en los altos cargos de la ciencia”
La química Rosa Menéndez toma posesión como primera presidenta del CSIC centrada en recuperar científicos del extranjero y reducir la burocracia
Por primera vez en sus más de 75 años de historia —más de un siglo si se cuenta la institución predecesora que dirigió Santiago Ramón y Cajal y que desmanteló Franco tras la Guerra Civil— el mayor organismo público de investigación de España tiene una mujer como presidenta. La doctora en química Rosa Menéndez (Cudillero, 1956) acaba de tomar el timón del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un puesto en el que le han precedido 18 hombres.
“Queremos ver más mujeres en los altos cargos de gestión y espero que mi nombramiento sirva de engranaje para que otras compañeras puedan llegar a los mismos puestos”, ha dicho hoy durante un encuentro con periodistas en la sede central del organismo, en Madrid.
La nueva presidenta del CSIC asumió ayer su cargo con un discurso en el que señaló que uno de sus mayores retos será la propia renovación de la institución. La investigadora aseguró que ve al Gobierno “en disposición de apoyar la investigación científica” con un mayor presupuesto y confía en que “se plasme de forma inmediata”. Menéndez prometió su cargo con una mano sobre la Constitución —al otro había una Biblia, pero no un crucifijo como en el nombramiento de su predecesor, Emilio Lora-Tamayo, que lo pidió expresamente—. Después, Luis de Guindos, ministro de Economía, aseguró que el Gobierno busca ahora “un pacto de la ciencia con todos los grupos políticos para incrementar la financiación de la investigación y aumentar el número de investigadores”.
Experta en grafeno
Menéndez fue directora del Instituto Nacional del Carbón de Oviedo y vicepresidenta del CSIC entre 2008 y 2009. Ha dirigido más de 20 proyectos de investigación y recientemente ha abierto una nueva línea centrada en aplicaciones del grafeno en biomedicina y almacenamiento de energía.
La científica llega a una institución que ha perdido 1.800 trabajadores desde 2011, con un plantilla que tiene una edad media de 55 años y que tuvo que aplicar un plan de contingencia durante los años más duros de la crisis para evitar la quiebra. Según Menéndez las cuentas del organismo están ya saneadas y ahora su deseo es mantener la incorporación de científicos o incluso aumentarla. “Tenemos científicos muy cualificados que están en el extranjero y queremos establecer las condiciones para que puedan volver”, aseguró.
El CSIC, que agrupa a 122 institutos de investigación y 15.400 empleados, debe también trabajar para “flexibilizar” la gestión de los proyectos científicos ante la creciente burocracia impuesta por el Ministerio de Hacienda durante la crisis. “Se está sufriendo cada día”, dijo Menéndez y añadió que quiere “conseguir que Hacienda entienda la importancia de la investigación científica para la buena marcha económica de un país”.
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