Madrid suma en el debate hacia ciudades más verdes
Estas son las lecciones aprendidas del ambientalista británico Chris Baines tras su paso por La Casa Encendida
Se sabe que unos pocos minutos de contacto con entornos naturales reducen el estrés y la tensión. Por ello, los espacios silvestres accesibles en las zonas próximas a nuestras viviendas y hogares pueden marcar una diferencia significativa para tener una vida saludable. Además, las rutas verdes hacia la escuela y el trabajo fomentan los desplazamientos a pie, mientras que la presencia de vegetación en el lugar de trabajo puede aumentar la productividad, reducir el ausentismo e impulsar la eficiencia económica. Por ello, debemos naturalizar los entornos donde desarrollamos nuestras actividades cotidianas.
Chris Baines es uno de los ambientalistas independientes más importantes de Reino Unido, pionero impulsor de los jardines urbanos y de construir ciudades cada vez más verdes. En el año 2003, se proyectó en La Casa Encendida su documental 'Bluetits and Bumblebees', grabado en 1985. Se programó dentro de la primera edición del Festival de TV sobre ecología urbana, y en aquel momento, era un documental de referencia. Hoy, sigue teniendo vigencia ya que, aunque hemos avanzado bastante en los últimos años, aún queda mucho camino por recorrer en la naturalización de las ciudades.
La Casa Encendida ha vuelto a reencontrarse con Chris Baines en el marco de los Café Scientifiques que coorganiza junto al British Council de Madrid. Baines conecta con las personas que se acercan a él. Trasmite tranquilidad y, cuando nos cuenta cuales son las propuestas que lleva haciendo más de 30 años, nos arrastra a intentar ponerlas en práctica. A lo largo de su presentación, nos va aportando ideas que hacen sencillo lo complicado que es transformar un espacio ajardinado en un espacio salvaje en donde la fauna silvestre encuentra una mejor acogida dentro de los entornos antropizados. Su compromiso con la vida silvestre urbana, y los métodos que la favorecen, junto a su dilatada experiencia tanto en la acción como en la gestión y asesoramiento, hacen de él un referente en la mejora ambiental de nuestras ciudades.
Baines afirma que la fauna es una parte esencial de la cultura británica. En sus ciudades es fácil observar a los zorros campar por la noche en busca de alimentos. Han perdido el miedo a la ciudad como otras tantas especies que ya no rehuyen el contacto con las personas. Incluso hay gente que los alimenta, aunque la administración debe gestionar la fauna silvestre y aconseja a los ciudadanos no hacerlo. Nos sugiere que para la avifauna es importante la colocación de cajas nido que permiten sacar adelante a las aves sus puestas. En los bosques, los nidos los hacen en los huecos de los árboles más viejos y deteriorados, pero en las ciudades eso puede constituir un peligro y se talan para evitar su caída.
La demanda de los ciudadanos para instalar en sus jardines y viviendas comederos para las aves ha generado un incremento de los modelos que se ofertan para las diferentes necesidades alimenticias de las aves. Ahora es fácil encontrar en los comercios esos comederos cuando hace unos años solo se podían adquirir en establecimientos especializados. Lo mismo está ocurriendo en los viveros que disponen de una gran variedad de especies vegetales que podemos adquirir y plantar en los jardines que permiten a las mariposas poder acercarse a ellos para libar y realizar sus puestas. Lo que supone un gran beneficio para la biodiversidad urbana.
Otro elemento fundamental en las nuevas configuraciones urbanas es la realización de estanques que permiten a los anfibios, insectos y aves disponer de espacios para desarrollarse incrementando la presencia de naturaleza salvaje en nuestro entorno más próximo. En las nuevas infraestructuras que se construyen desde la administración, Chris Baines aporta, junto a otros especialistas, las medidas correctoras que deben incorporarse en su ejecución para favorecer las condiciones de vida de la fauna.
Comenta que, en estos momentos, en Reino Unido, con la presión agrícola sobre las zonas rurales, se ha producido un desplazamiento de parte de la fauna salvaje hacia los territorios urbanos. A eso se añade la mayor conciencia ambiental de los ciudadanos que transforman sus jardines en pequeña reservas de flora y fauna silvestre. Un aspecto extremadamente importante del movimiento ecologista en las ciudades del Reino Unido y en otros lugares es la oportunidad que ofrece para el compromiso público. De todos los habitantes del hoy en día, casi uno de cada cien vive en las Islas Británicas, y la gran mayoría - alrededor del 90% - vive y trabaja en pueblos y ciudades. Esto puede hacer que el acceso al campo rural sea incómodo y costoso, por lo que los espacios salvajes cercanos al hogar son muy importantes. De hecho, son la única opción fácil para la gran mayoría de niños y ancianos.
Un enfoque más naturalista para la gestión de espacios verdes urbanos ha brindado a muchas personas la oportunidad de disfrutar el acceso a la naturaleza a diario. Hay muchos ejemplos de áreas de enseñanza natural dentro de la escuela, mientras que algunos parques urbanos están alentando a las comunidades locales a ayudar con el manejo de prados de flores silvestres, jardines de abejas y mariposas y esquemas de nidos para pájaros. Los jardines domésticos probablemente han sido el elemento de los pueblos y ciudades de Gran Bretaña donde el cambio de énfasis ha tenido el mayor impacto.
Hace cuarenta años, la vida silvestre en el jardín generalmente se consideraba una amenaza: una plaga, una enfermedad o una hierba. Ahora esa actitud ha cambiado, y muchas familias gestionan activamente sus jardines privados, patios y balcones con el objetivo de atraer más aves, mariposas y otros.
Pedro Rubio, coordinador de Medio Ambiente de La Casa Encendida.
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