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Las dos mayores asesinas de niños menores de cinco años

La diarrea y la neumonía son responsables de una cada cuatro muertes de niños en el mundo. Sólo 15 países aglutinan el 70% de los fallecimientos

Madres e hijos en el Hospital Rural de Gambo, aislado entre bosques a 245 kilómetros al sureste de Addis Abeba (capital de Etiopía).
Madres e hijos en el Hospital Rural de Gambo, aislado entre bosques a 245 kilómetros al sureste de Addis Abeba (capital de Etiopía).LOLA HIERRO
Pablo Linde
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Dos enfermedades matan cada año a 1,5 millones de niños menores de cinco años en el mundo. Uno de cada cuatro que fallece antes de esta edad lo hace por culpa de la neumonía (casi un millón) o la diarrea (algo más de medio). Más del 70% de estas muertes se producen en 15 países, por lo que centrarse en atajar esta sangría en ellos es clave para conseguir reducciones significativas de la mortalidad infantil, según señala un informe de la Universidad Johns Hopkins publicado esta semana.

Estas enfermedades tan comunes en los pequeños no son solo causa de muerte en los casos más graves: está demostrado que los episodios repetidos de cualquiera de las dos (o de ambas) pueden inhibir el crecimiento físico y el desarrollo mental de los pequeños y hacerlos más susceptibles a otras enfermedades. “Previniendo y controlando la neumonía y la diarrea, los países y las comunidades serán más saludables, fuertes y resistentes contra el círculo vicioso de enfermedad y pobreza”, enfatiza el estudio.

El informe se ha hecho público unos días antes del día mundial de la neumonía, el 12 de noviembre. También con este motivo se celebra este viernes en Nueva York la cumbre Objetivos de Desarrollo Sostenible en Acción: alianzas e innovación para poner fin a las muertes infantiles por neumonía. En ella, Unicef, la Fundación Bancaria la Caixa y la Fundación Bill & Melinda Gates, van a hacer un llamamiento a la implicación del sector privado para luchar contra la enfermedad. Para ello proponen las alianzas en innovación como fórmula para acelerar el acceso a nuevas tecnologías sanitarias relacionadas con el oxígeno y sus derivados.

"El número de niños que necesitan acceso al oxígeno es abrumador. La neumonía es una enfermedad prevenible y curable en países industrializados, pero sigue siendo mortal en algunos países en desarrollo, donde en 2015 causó una de cada seis muertes infantiles", afirma Javier Martos, director ejecutivo del Comité Español de Unicef.

10 indicadores en 15 países

El estudio de la Johns Hopkins se centra en 10 indicadores que miden el éxito en la lucha contra estas dolencias en 15 países que, pese a albergar al 50% de los menores de cinco años del mundo, registran el 70% de las muertes: Afganistán, Angola, Bangladesh, Chad, China, República Democrática del Congo, Etiopía, India, Indonesia, Níger, Nigeria, Pakistán, Somalia, Sudán y Tanzania. En ellos analiza si se dispensan los distintos tipos de tratamiento que existen para estas enfermedades y cómo se aplican medidas preventivas como vacunas, lactancia materna o aporte de micronutrientes esenciales.

Las conclusiones no son del todo esperanzadoras: “Aunque los 15 países están consiguiendo importantes progresos en lo que se refiere a vacunación y cobertura de la lactancia materna, se quedan atrás en lo relativo al tratamiento. Reconocemos las dificultades, pero hay que subrayar que nueve países no han alcanzado ni un solo objetivo”.

La diarrea y la neumonía no solo matan: los episodios repetidos de cualquiera de las dos (o de ambas) pueden inhibir el crecimiento físico y el desarrollo mental de los niños

Los resultados reflejan qué porcentaje de metas en estos 10 indicadores se cumplen. La media de este año ha sido un 46%; ninguno ha llegado a la puntuación del 86%, que se consigue cuando un país alcanza los objetivos mínimos para cada indicador; 11 superan el 43%, que significa alcanzar la mitad de las metas; los cuatro que no lo hicieron son Somalia (19%), Chad (23%), Nigeria 30% y China (38%). En el otro lado de la clasificación están Tanzania (69%), Sudán (65%) y Bangladesh (64%).

Tras todos estos porcentajes existen casos concretos que ejemplifican bien cómo se están desarrollando los progresos en estos países. Uno muy claro es cómo la nutrición influye en la prevención de estas enfermedades. El aporte de zinc y suero de rehidratación oral son intervenciones en diarrea grave que pueden detenerla y, a su vez tener un efecto sinérgico sobre la neumonía. Es un círculo vicioso: la desnutrición está identificada como un factor de riesgo para la diarrea y la neumonía; a su vez, los episodios de diarrea pueden predisponer aún más a los niños desnutridos a infecciones como la neumonía. Tanzania ha conseguido liderar la clasificación en la intervención contra la diarrea gracias, en buena parte, a un programa gubernamental dirigido a aportar zinc y micronutrientes que ha llegado al 18% de los niños con diarrea, según el estudio.

También hay un círculo vicioso —o virtuoso, según se mire— similar entre estas dos enfermedades y el sarampión, así que cuanto mayor sea la cobertura de vacunación, mejores tasas de mortalidad infantil se obtendrán, no solo por la inmunización al virus: “La neumonía, la diarrea son causas frecuentes de complicaciones y mortalidad por sarampión, del mismo modo que este provoca a menudo neumonía y muertes por diarrea”. En los últimos 15 años, hemos visto que la cantidad de niños que mueren cada día por sarampión desciende de 2.000 a 400 gracias a las vacunas. En 2016, por primera vez, se registraron menos de 100.000 muertes por este virus.

Más allá de estos diagnósticos, el informe de la Johns Hopkins hace cuatro grandes recomendaciones para abordar el problema:

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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