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Redefinir los básicos para la generación ‘millennial’

Valentino y Hermès rejuvenecen sus colecciones en la semana de la moda de París

Las modelos desfilan vestidas de Valentino este lunes en la Semana de la moda de París.
Las modelos desfilan vestidas de Valentino este lunes en la Semana de la moda de París.GETTY IMAGES
Carmen Mañana
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Hacer de lo ordinario algo extraordinario. Ese era el objetivo que perseguía Pierpaolo Piccioli el domingo en París. Y también el zeitgeist -el clima, el espíritu- que sobrevuela este otoño las semanas de la moda. Como Nina Ricci o Bottega Veneta, Valentino –la firma que capitanea el italiano- plantea sobre la pasarela una cuestión estratégica: cuáles son las prendas esenciales que definirán la base de su discurso creativo y de su futuro comercial. Y con esenciales no se refieren a una americana y un pantalón negro. Aunque también. Porque en la cita francesa al menos tres diseñadores –Stella McCartney, Nadège Vanhee, y JW Anderson- osaron incluir simples camisetas blancas en sus propuestas.

La modelo Lex Herl desfila vestida de Valentino.
La modelo Lex Herl desfila vestida de Valentino.GETTY IMAGES

Los nuevos básicos son hoy las piezas que resumen la identidad de una marca. Por eso, la capacidad de síntesis cotiza al alza esta temporada. De Prada a Balenciaga, se percibe una tendencia hacia la simplificación. Y Piccioli engrosa esta corriente con una colección en tres actos. El primero, protagonizado por prendas deportivas interpretadas, según dice, desde una perspectiva distinta: cortavientos sin capucha, gabardinas y tops deportivos en ante. Un trabajo que busca rejuvenecer sin disimulo el perfil de su marca. Porque apelar a la generación millennial se ha convertido en la gran obsesión de la industria actual, como prueban, entre otras, las propuestas de Giambattista Valli y Dior.

Valentino da por fin rienda suelta al bordado preciosista en la segunda parte de su desfile, para finalizar con una exquisita colección cápsula donde revisita los iconos de la marca. Empezando por un vestido de escote bardot en rojo Valentino -trasunto de las míticas piezas creadas por el fundador de la marca- y terminando por una sotana blanca, como con las que Piccioli y su compañera hasta 2016, Maria Grazia Chiuri, definieron la última era de la casa.

Así, la colección reivindica las prendas que fueron imprescindibles en el pasado de Valentino, pero no responde a la pregunta de cuáles lo serán en el futuro. Quizá el resultado sería distinto si Piccioli hubiese seguido el camino trazado por la magnífica colección que mostró hace tres meses y donde sí sentó las bases de un nuevo vocabulario para la a veces estancada alta costura.

Las modelos desfilan vestidas de Hermès este lunes en la Semana de la moda de París.
Las modelos desfilan vestidas de Hermès este lunes en la Semana de la moda de París.AFP

En Hermès, la masion que se precia de vivir al margen de las tendencias, también pudo apreciarse una ambición rejuvenecedora. Hubo camisetas y pantalones mínimos. Todo giró en torno al cuadro, omnipresente en los estampados de vestidos camiseros, el trenzado de cuero de las faldas, el patchwork de las cazadoras toreras y el tejido de los pantalones de punto. No faltó, por supuesto, un clásico de la marca: las piezas elaboradas con sus míticos pañuelos Carré. Pero, como siempre, el trabajo de Nadège Vanhee necesita ser puesto bajo la lupa para descubrir la riqueza que esconde su aparente sencillez. Los milimétricos bordados étnicos de sus túnicas, el trabajo de costura de la piel en increíbles piezas puzle o las delicadas técnicas de tintado de la lana de sus ponchos. Imposible apreciar tanto virtuosismo artesanal a través de Instagram.

La modelo McKenna Hellam desfila para Stella McCartney.
La modelo McKenna Hellam desfila para Stella McCartney.

También Stella McCartney hizo del menos es más su lema. Este lunes, junto a los trajes de chaqueta sobredimensionados que tan buenos resultados le dieron la temporada pasada, la británica recuperó los vestidos largos de punto con patrón de camiseta de tirantes y una versión de sus famosos monos-esmoquin. McCartney se sumergió en los ochenta para confeccionar vestidos con mangas jamón y escote corazón. También trajo de vuelta una de las tendencias más denostadas de la época: los vaqueros nevados. En esta ocasión teñidos de verde flúor. Con este tejido dio forma a cazadoras masculinas y por supuesto pantalones de tiro alto, que aún están indisolublemente unidos a la permanente y los smilies en la memoria colectiva. Sin más ambición que la de saltar directamente de la pasarela a la tienda, esta colección encuentra su contrapunto en los sugerentes bolsos retro de falso cocodrilo con lo que la diseñadora complementa sus piezas.

Valli en reconstrucción

C.M.

El diseñador italiano Giambattista Valli celebró este lunes su desfile en un destartalado bajo en obras a las afueras de París. Entre los invitados se encontraba François-Henri Pinault, presidente de Kering, el conglomerado de empresas de lujo que controla Stella McCartney y Gucci. Hace tres meses, el Grupo Artemis, la sociedad de inversión que pertenece a su familia y que posee, entre otros, la casa de subastas Christie's y los viñedos Château Latour, entró a formar parte de Valli. El objetivo: apoyar su estrategia de crecimiento a través de nuevas líneas de complementos. No es el único cambio que afronta la marca. Sobre la pasarela, el director creativo desplegó una colección mucho más juvenil que lo que viene siendo habitual en él, con faldas cortas plisadas y chalecos de aire colegial. Aunque el protagonismo recayó sobre una serie de vestidos-bata, como recién salidos de un boudoir, que, al paso de las modelos, se hinchaban con sus colas flotando en el aire.

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