Los exadministradores de Johnny Depp, investigados por el Departamento de Justicia de EE UU
El actor les demandó por negligencia profesional y ahora la empresa está bajo la lupa de la Administración Federal por un posible caso de fraude y blanqueo de dinero
Después de todo puede que la demanda que Johnny Depp interpuso contra sus exadministradores por “negligencia profesional, incumplimiento de deber fiduciario, fraude en el engaño, ocultación fraudulenta, fraude constructivo, tergiversación negligente, enriquecimiento injusto, exclusión ilícita, y fallos en la contabilidad” no fuera tan descabellada. Según una reciente investigación publicada por The Wall Street Journal la compañía The Management Group (TMG), propiedad de Joel y Robert Mandel, tiene abierta tres investigaciones por fraude.
La situación se pone peliaguda para la empresa dedicada a administrar los negocios y carreras de algunas estrellas de Hollywood, pues el Servicio de Impuestos Internos y del Departamento de Justicia de Estados Unidos está investigando conjuntamente un posible fraude y blanqueo de dinero. Mientras, la Comisión de Bolsa y Valores averigua de qué manera TMG administró el patrimonio de Depp.
Los problemas para la empresa de los administradores comenzaron en enero de este año con el intérprete de Piratas del Caribe como protagonista. El actor presentó entonces una demanda en la que reclamaba 23 millones de euros a la compañía de los hermanos Mandel, con quienes había trabajado los últimos 17 años. En la denuncia les acusaba, entre otras cosas, de negocios turbios que le costaron millones. Los abogados de Depp, de 54 años, afirmaban que habían descubierto pruebas adicionales "de conducta ilegal por TMG en torno a préstamos bancarios".
La empresa rápidamente salió a su defensa. Teniendo en cuenta que el actor no atravesaba un buen momento –su imagen estaba manchada tras el escandaloso divorcio de Amber Heard, quien lo acusó de maltrato físico; además su mala conducta había afectado el rodaje de la última entrega de Piratas del Caribe, y declaraciones como: “Si quiero comprar 15.000 bolitas de algodón al día, es mi problema” no ayudaron mucho a creer en su versión- TMG aprovechó para revelar el alto tren de vida de Depp y culparlo del mal manejo de su dinero. Según la empresa, la estrella cinematográfica derrochó a diestro y siniestro su fortuna y ese gasto exagerado fue lo que lo llevó a la ruina. “Durante las últimas dos décadas ha gastado a un ritmo de 1,8 millones de euros al mes. Entre esos gastos se incluyen la compra de un yate por 16,6 millones de euros, 45 coches de lujo y un gasto de casi 640.000 euros al mes entre vinos, aviones privados y el mantenimiento de una plantilla de 40 personas”, suscribía la declaración judicial con la que la compañía se defendía de la denuncia de Depp.
Pero esta nueva investigación da un giro, al menos en lo que a opinión pública se refiere, del caso. Las pesquisas que corren a cargo del Servicio de Impuestos Internos y del Departamento de Justicia están lideradas por la división que se encarga de delitos criminales. Pero según explica el periódico estadounidense puede que estas averiguaciones no den como resultado cargos en contra de la empresa o sus propietarios. “Muchas veces los investigadores federales persiguen casos donde podría haber una posibilidad de lavado de dinero guiándose por casos en los que se habla de fondos malversados”.
“En 30 años en el negocio nunca un cliente o excliente ha acusado de nada a TMG. El único ha sido el señor Depp”, ha dicho a The Wall Street Journal el abogado de la compañía. Ya en mayo de este año The Management Group, contraatacó la demanda que Depp había interpuesto contra ellos y, en un documento de 109 páginas presentado a los juzgados de Los Ángeles, la empresa aseguraba que el intérprete padece de un “desorden compulsivo del gasto”. Incluso los abogados de TMG sugirieron a la corte que sometieran al actor a una evaluación mental. “Los gastos extravagantes de Depp están relacionados con su impulsividad. Todo apunta a que Depp pueda sufrir de algún tipo de desorden de gastos compulsivos, lo que podría probar con un examen mental y el análisis psicológico de algún experto”, recoge el documento. Antes habían publicado una serie de mails que dejaban en evidencia que la empresa gestora advirtió al actor de su preocupante situación económica y de la que él hizo oídos sordos.
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