_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ponerse en lo peor

En la actualidad, en España, denunciar la corrupción supone prácticamente un acto de heroísmo

Sandra León
Protesta ciudadana contra la corrupción en el Partido Popular.
Protesta ciudadana contra la corrupción en el Partido Popular.Marcos del Mazo (LightRocket via Getty Images)

España es un país relativamente corrupto en comparación con los países de su entorno. Aquí la corrupción suele implicar mucho dinero y pocas personas. Y las elecciones, como ocurre en otros países, no siempre sirven para castigarla. Hace más de dos siglos que Madison advirtió que la dependencia de los votantes no sería suficiente para controlar al Gobierno. Por eso propuso establecer mecanismos adicionales de control, como la división de poderes.

¿Cuáles serían los mecanismos adicionales para frenar la corrupción, más allá de las elecciones? Uno es prevenir la corrupción reformando las instituciones que la favorecen. Sobre ello hay mucho escrito y poca iniciativa política. Se sabe, por ejemplo, que el diseño del gobierno local en España concentra el poder y contribuye a fusionar el interés de los gestores públicos con el del partido que gobierna. Y que la heterogeneidad y el reducido tamaño de los municipios impiden la comparación y auspician las redes clientelares.

Los expertos insisten asimismo en lo poco costoso que sería reforzar el control interno de la Administración mediante la protección a las personas que informen sobre prácticas corruptas. En la actualidad, denunciar supone prácticamente un acto de heroísmo.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

También puede ampliarse el control externo mejorando el acceso a la información pública de los ciudadanos. Se trata del derecho a saber. Por ejemplo, conocer qué contratos firma la Administración y con quién, o cómo se toman las decisiones que afectan a derechos individuales. La ley de transparencia está muy lejos de conseguir tal objetivo. Las excepciones al derecho de información son excesivamente generales, no hay sanciones en el caso de que no se facilite la información, la Administración no está obligada a explicar su falta de respuesta y no está claro qué entidades deben cumplirla.

Las instituciones representativas se construyeron sobre el supuesto de que los políticos no eran ángeles. Sobre la prevención que se deriva del ejercicio de ponerse en lo peor. En España sobra actualidad para ponernos en el peor escenario, pero falta iniciativa para prevenirlo. @sandraleon_

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_