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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Amas la naturaleza? Deja de tirar comida

La agricultura es responsable del 66% de las amenazas a las especies, mientras que cada año se tiran más de mil millones de toneladas de comida. Hay que reducir el desperdicio

Vista aérea de una plantación de aceite de palma en una zona deforestada de Sabah, Borneo, Malasia, en 2007.
Vista aérea de una plantación de aceite de palma en una zona deforestada de Sabah, Borneo, Malasia, en 2007.WWF
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En mi trabajo como conservacionista, me reúno con ministros, activistas, ejecutivos y otros actores, muchos de los cuales están comprometidos en la protección de la biodiversidad en todo el mundo. En estas conversaciones, a menudo les digo algo que no esperan oír: si te preocupas por la naturaleza, deja de desperdiciar comida.

Si bien es difícil estimar completamente los impactos que la pérdida y desperdicio de alimentos tienen sobre la biodiversidad a nivel mundial, sabemos que la expansión de la agricultura en áreas silvestres representa una presión excesiva sobre mamíferos, aves, peces y anfibios. La producción de nuestros alimentos abarca inmensas extensiones de tierra y gran cantidad de recursos naturales, lo que lleva a los hábitats silvestres al límite. Una vez trasformados para la agricultura, los hábitats en dichos suelos son fragmentados y a menudo destruidos permanentemente.

De hecho, la agricultura es responsable del 66% de las amenazas a las especies. Esto significa que dos tercios de las amenazas se deben a la producción de alimentos para los seres humanos. Y sin embargo, cada año más de mil millones de toneladas de ese alimento nunca es consumido. El desperdicio es increíble.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación estima que la expansión de los cultivos es la amenaza más grande en las zonas tropicales, que albergan la mayor riqueza de especies y endemismos. Por desgracia, estas tierras también proporcionan grandes oportunidades para la expansión de la producción agrícola mundial. Las tasas más altas de desperdicio y pérdida de alimentos conducen a un aumento de la demanda y, por lo tanto, aceleran la expansión de estas tierras, lo que pone en peligro la biodiversidad local.

Reducir la cantidad de alimentos desperdiciados es tener sentido común e incluso tener un buen instinto para los negocios. A principios de este año, Champions 12.3 publicó una investigación sobre la razón comercial para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos. El informe identificó razones convincentes para que actúen los líderes de los sectores privado y público.

A través de la evaluación de 1.200 negocios de 700 empresas de 17 países, el informe sugiere que casi todas las compañías evaluadas, que representan una amplia gama de sectores, lograron un retorno muy positivo, con un retorno medio de la inversión del 1.300%. Por cada dólar que las empresas invirtieron para reducir la pérdida de alimentos y residuos se ahorraron 14 dólares.

Las empresas se benefician financieramente de diversas formas, como el aumento de la proporción de alimentos que pueden vender a los clientes y la reducción de los costes de gestión de desechos de los alimentos. Por esta razón, reducir el desperdicio y la pérdida de alimentos es una gran oportunidad financiera para las empresas, cualquiera que sea su lugar en la cadena de producción, para reducir costes y aumentar los ingresos; además, esto puede ayudar a comprometer a los consumidores y construir la marca de la empresa, al mismo tiempo que se reduce la demanda de expansión de la agricultura y se protege la biodiversidad.

Por cada dólar que las empresas invirtieron para reducir la pérdida de alimentos y residuos se ahorraron 14 dólares

También es una oportunidad real para los Gobiernos, según demuestran los datos del Reino Unido. Entre 2007 y 2012, el Reino Unido redujo el desperdicio de alimentos domésticos en un 21%, como resultado de una iniciativa a nivel nacional liderada por el Gobierno, los comerciantes y la organización sin fines de lucro WRAP.

Esa reducción supuso un ahorro en los hogares del Reino Unido de casi 13.000 millones de libras en un período de cinco años, a través de la disminución del gasto en alimentos que de otra manera hubieran sido desperdiciados. Si bien el número de hogares que se beneficiaron fue abrumador, las autoridades locales también ahorraron 86 millones de libras en costes de disposición de los residuos alimenticios. En última instancia, por cada libra invertida, fueron ahorradas más de 250.

El éxito del Reino Unido en la reducción de los residuos alimenticios fue equivalente a retirar 1,4 millones de automóviles de la carretera, ahorrar 400.000 piscinas olímpicas de agua y eliminar la necesidad de una superficie de tierra agrícola del doble del tamaño de Luxemburgo.

Es fácil asumir, considerando el sólido argumento comercial para reducir el desperdicio y la pérdida de alimentos, que muchas empresas y países ya están actuando. Ha habido un progreso significativo en los últimos años, pero se deben adoptar muchas más medidas si queremos alcanzar la Meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que insta a reducir la mitad del desperdicio y la pérdida de alimentos hasta el 2030.

Este es un desafío en el que todos podemos estar implicados. El liderazgo de las empresas y el Gobierno al más alto nivel es fundamental. Y podemos tener un impacto individual, empezando por nuestras propias cocinas a través de la reducción de nuestro desperdicio personal.

Tenemos opciones y, si elegimos desperdiciar menos alimentos y ser más conscientes y comprometidos, podemos contribuir al tipo de acción global que se necesita urgentemente. Se trata de un problema con una solución que nos implica a todos.

Por eso, a cualquier persona que conozco le digo que si se preocupa por proteger la biodiversidad y crear un planeta mejor, debe dejar de desperdiciar los alimentos. Porque está claro que lo que comemos y lo que no, tiene un impacto en el mundo natural.

Yolanda Kakabadse es presidenta de WWF Internacional y exministra de medio ambiente del Ecuador. También es miembro de Champions 12.3, una coalición de líderes dedicados a inspirar ambición, movilizando la acción y acelerando el progreso hacia la Meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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