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Habla lenta, confundido... Tu hijo puede tener borrachera de sueño

Un 17% de los menores padece despertares confusos. Suele afectar a los niños de menos de cinco años y se agrava en la adolescencia

Carolina García
 Niña pequeña en su cama abrazada a sus peluches
Niña pequeña en su cama abrazada a sus peluches Cordon Press

Un 17% de los menores del planeta sufre síntomas parecidos a los de una persona ebria cuando se despierta en mitad de la noche, de repente o por la mañana: habla lenta, pensamiento confuso, memoria pobre y respuestas sin sentido a preguntas cotidianas y directas, según han publicado este año investigadores de la Universidad de Granada. Este trastorno, conocido como despertar confuso o borrachera del sueño, en sus casos más extremos, está categorizado dentro de lo que se conoce en psicología como trastornos del sueño o parasomnia.

"Pese a que se puede dar en todas las etapas de la vida, es más frecuente en los niños", explicaron los investigadores. "Se estima que un 17% de los menores lo padecen y que en la mayoría de los casos es un trastorno benigno. Sin embargo, en los adultos está asociado a otros trastornos del sueño más graves", añadieron.

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Normalmente, las personas que lo sufren se sienten confusas y tienen un habla lenta, producida por un pensamiento incoherente, movimientos igualmente lentos y descoordinados, e incluso pueden volver a dormirse sin recordar lo sucedido pese a que el periodo despierto sea de varios minutos.

Cuando se produce un despertar confuso, el pequeño actúa de una manera extraña e imprecisa cuando se levanta -de forma física- o justo cuando despierta. No sabe dónde está y lo que hace. Los episodios pueden durar minutos u horas y el que los padece no recuerda lo ocurrido. Este tipo de despertares pueden producirse en todas las fases del sueño: cuando te estás durmiendo, mientras duermes o justo cuando te despiertas, aunque son más frecuentes tras el sueño profundo y en el primer tercio de la noche. Pueden suceder incluso tras una siesta veraniega.

Según explica un estudio de la revista , "el despertar confuso o borrachera del sueño se suele dar más en pequeños que padecen desajustes horarios frecuentes o se van a la cama agotados". "Se vincula con el estrés y la ansiedad que muchos niños experimentan a la hora de irse a dormir", añaden.

Estos episodios pueden parecer anormales y provocar por ello miedo en los padres que no entienden lo que está ocurriendo. El niño puede tener una mirada extraña, o incluso no fijar la mirada, y pueden alterarse si los padres se ponen nerviosos. Los despertares confusos no suelen provocar ni conllevar daño en el niño y son poco comunes en los mayores de cinco años. Normalmente, los que padecen este tipo de despertares tienden a ser sonámbulos cuando llegan a la adolescencia.

En el caso de los menores, los episodios pueden durar entre cinco y 15 minutos, pero este tiempo puede aumentar en los adolescentes, llegando hasta los 40 minutos.

Borrachera del sueño

Según los expertos, el tipo más severo de este trastorno se denomina inercia del sueño o borrachera del sueño y ocurre mayoritariamente cuando la persona se despierta. Esto sucede cada mañana y puede llegar a prolongarse en el tiempo, durante años. Provoca situaciones de estrés elevado y en los casos más extremos puede afectar a la conducción, provocando accidentes o lesiones.

En el caso de los adultos, este tipo de trastorno afecta a uno de cada siete adultos; a veces estos se despiertan hostiles o agresivos. Comportamientos que pueden afectar seriamente a la convivencia y relaciones familiares. Aunque estos episodios son poco comunes entre las personas que sufren este tipo de trastorno del sueño. No existe tratamiento farmacológico.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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