Javier Cárdenas propaga el bulo de que las vacunas causan autismo
El presentador, cuyo programa de radio tiene más de un millón de oyentes, alude a un estudio desmentido hace años
El locutor de radio Javier Cárdenas ha contribuido este miércoles a propagar el desmentido bulo que relaciona el uso de las vacunas con el aumento de los casos de autismo. Desde su programa en Europa FM, Levántate y Cárdenas, con 1.120.000 oyentes, el presentador ha hecho un alegato de los peligros que entraña vacunar a los niños: “Ya lo dijo incluso Obama: el autismo se ha convertido en una epidemia. Para que veas hasta qué punto algo se está haciendo mal, seguro, desde un punto de vista de las vacunas”.
Los expertos no relacionan el mayor número de casos de autismo en EE UU con la vacunación, sino con la mejora del diagnóstico
Según Cárdenas hay muchas personas que sostienen “una teoría apoyada en hechos importantes: que [las vacunas] tienen metales pesados que los niños no saben absorber, que su cuerpo no lo sabe absorber”. Para apoyar su afirmación ha aludido al aumento de “casi un 80%”, sin citar fuentes, de los casos de autismo en Estados Unidos. A continuación, Cárdenas ha introducido un audio de una mujer —una mujer a secas, no ha citado ni su nombre ni su profesión ni si tiene alguna especialidad científica— que apoyaba la teoría que enarbolan los movimientos antivacuna: que las vacunas pueden ser las responsables del autismo y de hacer enfermar a niños que nacen sanos.
- Pero todo el alegato de Cárdenas es falso:
1. Las vacunas y el autismo
La falsa teoría proviene de un estudio erróneo del médico británico Andrew Wakefield, publicado en 1998 por la revista The Lancet. La investigación, realizada en 12 niños, concluía que la vacuna de la triple vírica (sarampión, rubeola y paperas) era causa directa del autismo. Finalmente, se descubrió que Wakefield había manipulado el estudio para obtener estos resultados, el Colegio General Médico Británico lo expulsó por actuar de “forma deshonesta e irresponsable” y The Lancet retiró de sus archivos la publicación.
Un estudio posterior, de 2015, realizado a 95.000 niños, determinó que ni siquiera en los casos de riesgo, los de niños con hermanos afectados, se puede establecer una relación entre la triple vírica y el trastorno de autismo.
2. Los metales pesados de las vacunas
Algunas vacunas contienen timerosal, compuesto por etilmercurio, que se utiliza como conservante. Sin embargo, según ha certificado la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo supone un 0,1% de las fuentes de mercurio a las que está expuesto el ser humano. No obstante, la OMS defiende el uso de estos conservantes porque “evitan el crecimiento de bacterias y hongos contaminantes que se pueden introducir durante el uso repetido de los viales multidosis”, si bien por precaución el timerosal ha sido retirado de muchas vacunas.
Según la Fundación Autismo Diario, “si desde el 2002 aproximadamente, en la larga lista de países que retiraron el tiomersal de las vacunas pediátricas la prevalencia del autismo no decayó, pues es que no era el tiomersal”. Por eso, según esta fundación, que defiende el uso de las vacunas, al descartar el tiomersal los movimientos antivacuna han puesto el foco en la presencia de aluminio en los viales. Pero solo está presente en cantidades inferiores al 1%, por debajo del aluminio que contienen algunos alimentos.
3. El aumento de casos de autismo en Estados Unidos
Según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de EE UU, los casos con trastorno del espectro autista (Autismo, Asperger y Trastorno del desarrollo no específico) han aumentado un 30%. Sin embargo, los expertos no relacionan el mayor número de casos con la vacunación sino con la mejora de las técnicas de diagnóstico.
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