Guía para ser solidario... todo el año
La Navidad se asocia a buenos sentimientos, como la bondad. Pero nunca es mal momento para empezar a ayudar a otros. Aquí te contamos cómo hacerlo
El espíritu navideño hace aflorar (en general) los buenos sentimientos. Además de los encuentros familiares, las comilonas y el consumismo desenfrenado, estas fechas suelen despertar la solidaridad dormida durante el resto del año. Pero, motivos religiosos aparte o quizá por ellos, cualquier momento es bueno para empezar a ayudar a los demás. ¿Cómo hacerlo? ¿Qué opciones hay? El menú es amplio y está disponible hoy, mañana o el mes de marzo. Más allá de apoyar a personas cercanas, como familiares y amigos, se puede colaborar con organizaciones que trabajan aquí al lado o a miles de kilómetros para mejorar la vida de los más vulnerables; empezar a cuidar el medio ambiente como regalo a las futuras generaciones, o cambiar hábitos dañinos por otros más justos. Aquí ofrecemos algunas alternativas y consejos para elegir a gusto.
Colaborar con alguna ONG
Hay muchas formas de implicarse con alguna causa a través de organizaciones ya existentes. Donar una cantidad de dinero suele ser la más extendida, bien sea a través de una aportación periódica —normalmente mensual— o algo puntual. Para recaudar fondos, las entidades sin ánimo de lucro también suelen organizar conciertos de Navidad, obras de teatro, mercadillos, loterías... Otra de las opciones, cada vez más de moda, es realizar un voluntariado. Sea cual sea tu elección, la Fundación Lealtad, que acredita el buen funcionamiento de ONG, recuerda que es necesario informarse bien antes, durante y después de colaborar con alguna. Estas son algunas de las recomendaciones que destacan para que la ayuda sea eficaz.
Elige tu causa. Para definir cuál es tu prioridad, es útil que contestes a estas tres preguntas: ¿Qué colectivo deseo apoyar? ¿Qué problema me preocupa? ¿En qué zona geográfica?
Selecciona una organización. Una vez respondidas las anteriores cuestiones, es importante comprobar qué entidades trabajan en el campo, con las personas y en el lugar que hayas escogido. Antes de lanzarse a la donación, es recomendable comprobar quién está detrás de la ONG, cómo se financia y a qué dedica cada euro.
Seguimiento. Después de donar, no te desentiendas. "Consulta la información que la organización facilite a través de boletines, memorias, o en su web, para conocer el impacto de tu colaboración.
Recogida de juguetes. Si en vez de dinero, prefieres regalar diversión para los pequeños a los que Papá Noel o los Reyes quizá no les lleven nada, selecciona previamente la organización que recibirá los juguetes y confirma a qué perfil de usuarios va destinado —edad de los niños, si tienen alguna discapacidad...— para adaptarte a sus necesidades.
Donación en especie. Además de juguetes, se pueden entregar ropa o alimentos para los más desfavorecidos. En este caso, es importante asegurarse de que lo que ofreces es necesario y está en buen estado. Y comprobar qué organizaciones gestionan este tipo de aportaciones. No todas tienen la capacidad y logística para recoger bienes y llevarlos a sus destinatarios. Entidades como Cruz Roja, Cáritas o los bancos de alimentos son las más conocidas en este sentido, pero hay otras muchas, locales y globales. Búscalas y, si tienes dudas, infórmate.
Voluntariado. La gama de actividades en las que se puede regalar tiempo es bien variada, desde cocinar para comedores sociales hasta acompañar a personas mayores. Quienes lo prueban, dicen que es más lo que reciben que lo que dan. Eso sí, cerciórate de que los talentos que ofreces son de ayuda más que un estorbo. No a todo el mundo se le dan bien los fogones, pero sí son buenos en muchísimas otras cosas como escuchar, escribir, los números, hacer reír. Piensa en qué eres bueno, dónde y para quién puedes ser útil y ofrece lo mejor de ti a las organizaciones especializadas en cada campo.
Regalos justos y sostenibles
La solidaridad no solo se expresa donando tiempo y dinero, sino también tomando buenas decisiones en el momento de las compras. Y la Navidad es, por excelencia, la época del consumo desenfrenado. Si te encanta dar y recibir regalos, o compartir copiosas comilonas como manda la tradición, hay muchas opciones para contribuir a un mundo mejor al mismo tiempo. La más evidente es adquirir juguetes, presentes, comida... de comercio justo. "Una alternativa responsable que garantiza los derechos humanos y laborales de quienes producen los artículos y que eviten la degradación del medio ambiente", defiende la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. En España existen 78 tiendas de Comercio Justo y 11 tiendas online, gestionadas por las organizaciones miembros de este organismo, que para promocionar este tipo de consumo han puesto en marcha un concurso de selfies (autoretratos). Solo tienes que compartir la fotografía junto con tu adquisición con la etiqueta #SomosComercioJusto antes del cuatro de enero de 2017. ¿El premio a la imagen más votada? Una cesta de productos valorada en 200 euros.
Si no te entusiasma o no puedes tirar de tarjeta, échale imaginación a tus regalos y posibilidades. En el blog Alterconsumismo encontramos cuatro atractivas sugerencias. Haz trueque de juguetes, seguro que en tu barrio, tu pueblo o ciudad hay mercadillos de intercambio. Recicla. "¿Qué importa que no sea nuevo?", se pregunta la autora. Aquí no solo se trata de que hermanos o familiares se puedan regalar ropa u objetos usados, sino que con materiales desechables puedes crear verdaderas maravillas. En Internet y las tiendas de manualidades hay multitud de tutoriales para que te apuntes al hazlo tú mismo. Juega (en vez de comprar cosas): esto va de pasar tiempo con tus hijos... o mayores. Y regala algo importante en vez de millones de chorradas.
Firma, comparte y presiona
Los derechos humanos no se donan, ni regalan, ni conceden, se respetan. Desde Amnistía Internacional nos recuerdan con su campaña #JusticiaPorNavidad que lo que necesitan muchas persona no es material, es justicia. Y puedes apoyarles en sus reivindicaciones con tu firma, con la presión a los mandatarios o las empresas para que cumplan sus promesas, para que tomen sus decisiones en favor de las personas. Y puedes aprovechar la cena de Nochebuena o la comida de Año Nuevo para animar a tus familiares a que se sumen a la defensa de la justicia social frente a la caridad. El debate está asegurado.
Cambia de hábitos en tu lista de buenas de intenciones
Son muchos los que con la llegada de un nuevo año elaboran listas de propósitos. Además, de los habituales "volver al gimnasio" y "ponerme a dieta", ¿por qué no incluir algún cambio de actitudes para ser más respetuosos con el medio ambiente, por ejemplo? Algunos consejos para conseguirlo son bien sabidos: coger menos el coche, reciclar más, comprar alimentos de cercanía a productores locales y desperdiciar menos... En definitiva, consume menos, contamina menos. Todo el año.
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