Cómo respirar durante el sexo para sentir más placer (y en otras cinco situaciones intensas)
La respiración diafragmática tiene múltiples beneficios. Aprenda cómo inhalar y exhalar aire para sacar el máximo provecho en su día a día
Respiramos, de media, unas 20.000 veces al día. De manera involuntaria, nuestros pulmones envían el oxígeno recogido por nuestra nariz y boca y expulsan a la atmósfera dióxido de carbono. Ser consciente de cada uno de estos rápidos procesos sería tan ridículo e inútil como contar cada vez que palpita nuestro corazón o dedicar el día a medir la frecuencia de nuestro parpadeo, sin embargo, pararnos a sentir cómo entra y sale el aire de nuestro cuerpo puede tener aplicaciones terapéuticas. Aunque sea el primer acto instintivo que realizamos al nacer, nunca es tarde para aprender a respirar (bien).
Los beneficios son muchos: ayuda a la concentración, mejora el rendimiento deportivo, alivia los ataques de ansiedad e incluso puede ser un remedio para ciertos dolores de espalda. Pero, aunque no es una tarea difícil, romper un hábito involuntario es algo que requiere esfuerzo. Interiorizar la rutina de una buena respiración es el camino para obtener sus beneficios, pero, por lo pronto, le proponemos ejercicios que le ayudarán a afrontar determinadas situaciones de la vida cotidiana, que tendrán mejores resultados si respiramos mejor.
1. Un ataque de pánico o ansiedad
Instantes antes de hacer una presentación en público nota que pierde el control, el corazón se le va a salir del pecho, le falta el aire y piensa que le va a dar un infarto. Puede que haya tenido un ataque de pánico. “Es una respuesta intensa de miedo ante una situación que percibimos como peligrosa. Aparece de forma repentina con síntomas como palpitaciones, elevación de la frecuencia cardíaca, ahogo, sequedad de boca, sudores, temblores, miedo a morir o a volverse loco”, explica la psicóloga Rosa María Miguel García.
En estos momentos de ansiedad se tiende a hacer respiraciones cortas y rápidas, lo que consigue que expulsemos menos aire y así disminuya la capacidad para introducir oxígeno en los pulmones. La psicóloga considera que, para alejar la ansiedad, debemos espirar completamente, con respiraciones lentas y profundas. El procedimiento es el siguiente: durante un minuto inspirar y espirar en ciclos de seis segundos (tres para la inspiración y tres para la espiración). Al final de cada minuto (después de diez ciclos de respiración), retener la respiración durante diez segundos y después, reanudar los ciclos de seis. Siga respirando de este modo hasta que hayan desaparecido todos los síntomas de la hiperventilación involuntaria.
2. Un momento tenso en el trabajo
Últimamente se masca la tensión en la oficina. Atraviesa una de esas etapas profesionales en las que se siente continuamente preocupado. Una disputa con el jefe, malos rollos con los compañeros, una excesiva carga de trabajo o cualquier otra situación conflictiva le ponen al límite casi a diario. Necesita pensar más claro y buscar la calma. “Respire tres veces profundamente, relaje los músculos de la frente, el cuello y los hombros. Con este simple ejercicio para el relax, el cerebro puede pensar más racionalmente, porque una mayor cantidad de oxígeno envía la señal de que puede estar tranquilo porque no hay peligro”, aclara Neema Moraveji, responsable del Laboratorio de Tecnología Calmante de la Universidad de Stanford (EE UU) y cofundador de Spire, un wearable que monitoriza la respiración para aprender a relajarse y ser más productivos.
3. Una noche de insomnio
Le cuesta dormirse y por mucho que lo intenta no logra caer en los brazos de Morfeo. Es más, el reloj corre y los nervios afloran solo de pensar que toca madrugar. Este sencillo truco de respiración profunda le predispone a conciliarlo: concéntrese para inspirar cuatro segundos, después retenga el aire otros cuatro y, a continuación, espire durante el mismo tiempo. Así, dos minutos, recomienda Moraveji. Según un estudio publicado en la revista JAMA por investigadores de la Universidad de Southern California (EE UU), la respiración consciente ayuda a luchar contra el insomnio y a dormir mejor.
4. Una fecha de entrega próxima
La mayoría de las personas respiran solo con la parte alta de los pulmones, lo que provoca que los músculos abdominales no estén fortalecidos y no llegue suficiente oxígeno precisamente a esta parte en la que se acumula más sangre por la gravedad. “Cuando aprendes a respirar con el diafragma, llega más oxígeno y el sistema nervioso se relaja. Esto es importante para la digestión, la reproducción, el sexo y el fortalecimiento del sistema inmunológico”, afirma Neema Moraveji. Numerosos estudios constatan los beneficios de la respiración diafragmática, especialmente contra el estrés.
Además, una buena respiración ayuda a aumentar resultados. De ahí que algunas empresas ya estén invirtiendo en mejorar la productividad de sus empleados con técnicas de mindfulness y respiración consciente. “Está comprobado que involucrar al diafragma en la respiración nos relaja y nos hace ser más conscientes del momento, por eso muchas personas recurren a este tipo de respiración como práctica laboral”, subraya César Piqueras, coach ejecutivo. Para comprobar cómo está respirando, este experto recomienda poner una de las manos en el pecho y otra en el estómago (ombligo). Entonces empiece a inhalar y exhalar aire y observe qué mano se mueve. “Si es la del pecho, entonces la respiración le hará estresarse todavía más. Pero si es la mano del estómago, está siguiendo la respiración diafragmática, la que le predispondrá a trabajar mejor”.
5. Una sesión de sexo
"El tipo de respiración idóneo durante las relaciones sexuales dependerá del momento en el que nos encontramos y lo que deseemos conseguir o acentuar", comenta Diego Jiménez, responsable de Escuela Tántrica (Madrid): “En una primera fase de la relación sexual, una respiración profunda y pausada, llenando los pulmones por completo y dejando salir el aire lentamente por la boca entreabierta, nos ayudará a centrarnos en las sensaciones, en el cuerpo, en el presente, para disfrutar plenamente del momento”.
En el caso de una persona con dificultades para tener orgasmos, empezar con esta respiración pausada puede ayudarla a sentir más al comienzo, pero “sería recomendable que poco a poco fuera aumentando el ritmo respiratorio, cada vez más deprisa hasta llegar literalmente a jadear”. En el caso de un hombre con eyaculación precoz “es recomendable que, aunque se sienta muy excitado, permanezca con una respiración profunda y lenta. Esto disminuye en un punto la excitación, lo que le ayudará a prolongar la relación sexual”, detalla Jiménez.
6. Un momento de fatiga en el deporte
Carlos de Teresa Galván, doctor y vocal de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED/FEMEDE), explica que el inicio de la fatiga muscular provoca un aumento de la ventilación que puede conducir a detener el ejercicio de forma precoz. En estos casos, cuando se detecta ese aumento de la frecuencia respiratoria “se debe, en primer lugar, acentuar la utilización de la respiración abdominal: llenar el abdomen al tomar aire y meter barriga al expulsarlo”.
Cuando la musculatura respiratoria está muy sobrecargada y es necesario detener el ejercicio, una buena técnica para favorecer la entrada de aire es “flexionar el tronco hacia delante y apoyar las manos en las rodillas; así, al haber fijado los miembros superiores, es más fácil utilizar la musculatura respiratoria, tanto torácica como abdominal. Por último, la elevación de los brazos durante la inspiración ayuda a mejorar la ventilación”, apunta el doctor.
Entrene el diafragma
César Piqueras aporta estos consejos para entrenar la respiración diafragmática:
Empiece tumbado. Le será más fácil. Túmbese en una superficie plana y ponga una mano sobre su estómago. Cuando respire, céntrese en que su pecho permanezca estático y su mano en el estómago se eleve al inhalar y baje al exhalar.
Observe su respiración en cualquier momento. Por ejemplo, cada vez que se siente en su mesa de trabajo, antes de empezar con ninguna tarea, haga un par de respiraciones diafragmaticas para tomar conciencia del presente, de lo que tiene que hacer y de lo que es más importante, esto le hará centrarse. También puede utilizar esta técnica cada vez que suba a su coche, cuando llegue a casa o en cualquier otra situación.
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