¿Por qué nos fascinan los reencuentros?
El hecho de revivir relaciones pasadas y el efecto nostalgia de las canciones nos atraen inexorablemente, dicen los psicólogos
Muchos seguimos con devoción en 2001 la primera edición de Operación triunfo, programa que, recordemos, se suprimió unos años más tarde por un notable descenso de espectadores. Si dejó de interesarnos, ¿porqué esta reunión de David Bisbal, Chenoa, Rosa López, Bustamante y otros ha disparado índices de audiencia en televisión y suscitado tanto interés en redes sociales?
El plato fuerte de este programa ha sido el morboso reencuentro de Chenoa y David Bisbal. Ambos cantantes vivieron un romance en sus últimos días en la Academia, que luego terminó; verlos juntos de nuevo —aunque sea en un escenario— hace que muchos se sientan identificados: según una encuesta realizada en 2012 en el Reino Unido, a una de cada cinco personas le gustaría volver con su primer amor.
Aunque idealicemos el amor en sus primeras manifestaciones, en realidad el que surge en la madurez es mejor para la salud emocional y afectiva. Como declaró anteriormente a BuenaVida la psicóloga Cristina Callao, el amor maduro “ha sido trabajado tanto a nivel individual como de pareja. La principal diferencia entre un vínculo de este tipo y uno adolescente se halla en el nivel de intensidad de nuestras emociones. Los más jóvenes se entregan hasta la saciedad y pierden la perspectiva”.
La nostalgia nos hace optimistas
Otra respuesta al renacido interés por Operación triunfo puede dárnosla un estudio de 2014 de la Universidad de Southampton (Reino Unido). Según sus investigadores, la nostalgia no es solamente una emoción relacionada con el pasado, sino que tiene un efecto positivo en el futuro. “Sabemos que aporta cierto confort psicológico”, declaró Tim Wildschut, uno de sus autores. “Hemos ido un paso más allá y descubierto que puede incrementar la sensación de optimismo respecto al futuro”.
Una de las pruebas a las que se sometieron los participantes de este estudio consistía precisamente en leer la letra de una canción que la mitad de ellos identificaron como “nostálgica”. Acto seguido se les pidió que expresaran cómo se sentían, y aquellos a los que les había parecido nostálgica mostraron niveles más altos de optimismo que el resto.
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