Jugar con un móvil mientras se combate una enfermedad olvidada
Las nuevas tecnologías y la ciencia ciudadana son muy valiosas en el control de las enfermedades tropicales, cada vez más globales
Con un teléfono, puedes jugar a buscar un Pokémon o a detectar el parásito de la malaria y contribuir a acercar el diagnóstico a poblaciones remotas. Ya no hay vuelta atrás. La salud global, y en particular el control de las enfermedades tropicales (como la leishmaniasis o el Chagas), que afectan a 1.000 millones de personas en todo el mundo, cuentan contigo y con tu móvil. La innovación en la salud internacional pasa por el trabajo coordinado, interdisciplinar y científico. Equipos de médicos, físicos, técnicos de laboratorio, veterinarios, informáticos, y cualquier ciudadano con un móvil.
Se trata de buscar soluciones “sostenibles, integrales, escalables”, palabras que se repitieron como mantras en la última reunión bianual de la SEMTSI (Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional), celebrada en Barcelona el pasado 14 de octubre.
Es el momento de la ciencia ciudadana y el big data como respuesta ante el zika o el dengue. Pero ojo, también el de las adaptaciones de las nuevas pruebas de diagnóstico a condiciones extremas y contextos remotos. Un escenario ideal, como señaló la doctora Nines Lima, de Médicos sin Fronteras, sería contar con pruebas rápidas y más sencillas para un personal de poca cualificación; tomar una muestra rápida de sangre en un lugar remoto de Congo, enviarla con la ayuda de un teléfono móvil y obtener un resultado fiable en un tiempo breve.
La respuesta procedería de expertos, conectados en línea en un laboratorio de referencia, pero también de ciudadanos formados específicamente en la detección de algunas enfermedades. Suena arriesgado y audaz. Pero no se trata de una hipótesis naíf.
Miguel Luengo-Oroz, investigador de la Universidad Politécnica de Madrid lo ha hecho posible mediante el MalariSpot, un juego colaborativo para smartphones en el que miles de personas identifican parásitos de malaria en imágenes digitalizadas de muestras de sangre reales. Luengo-Oroz afirma que 20 personas jugando a MalariaSpot pueden detectar esos parásitos con la misma eficacia que un técnico en el laboratorio, lo que es de gran utilidad en contextos sin un sistema sanitario óptimo.
Como primer científico de datos de la iniciativa Global Pulse de la ONU, Luengo-Oroz opina que “el uso de datos generados por los ciudadanos con sus dispositivos evolucionará de manera que puedan servir para respuestas a emergencias o de salud pública sin que se comprometa la privacidad del usuario. Y no deberían ser datos que se comercialicen”.
En España hay un buen ejemplo de colaboración ciudadana mediante teléfonos móviles para el control de los mosquitos tigre y de fiebre amarilla
En España hay un buen ejemplo de colaboración ciudadana mediante teléfonos móviles para el control de los mosquitos tigre, como posibles vectores de dengue, chikungunya y zika. Mosquito Alert es una aplicación por la que los usuarios pueden interactuar con entomólogos y otros expertos en la búsqueda del mosquito. La participación ciudadana a través de esta iniciativa de ICREA (CEAB-CSIC y CREAF), ha aportado una información muy valiosa y complementaria a la que ofrecen los métodos de vigilancia tradicionales.
Por otro lado, la investigación de nuevos métodos de diagnóstico, como los basados en la técnica LAMP, frente a las más conocidas de PCR, avanzan hacia a una mayor precisión y rapidez en contextos con limitaciones de recursos y de difícil acceso. El doctor Pedro Fernández-Soto del Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Salamanca (CIETUS), resaltó su utilidad en el diagnóstico de la helmintiasis, una de las 17 enfermedades olvidadas clasificadas por la OMS. Otros ejemplos son las autopsias mínimamente invasivas (MIAs) que investiga el doctor Mikel Martínez, de ISGlobal-Hospital Clínic de Barcelona, y que permiten, mediante una punción, biopsiar órganos claves y contar con un diagnóstico bastante preciso de la causa de muerte (especialmente en el caso de enfermedades infecciosas) en un contexto con pocos recursos.
Otros buenos ejemplos los dan los resultados del uso de pruebas rápidas para la detección de miocardiopatías causadas por el mal de Chagas que lleva a cabo la fundación CEADES en Bolivia.
Aún se está muy lejos de que las nuevas pruebas se adapten a las condiciones precarias de algunos contextos
Sin embargo, ante otros avances en el diagnóstico molecular, Israel Cruz, de la Fundación FIND, que investiga nuevos métodos, opta por poner los pies sobre la tierra y recordar que aún se está muy lejos de que las nuevas pruebas se adapten a las condiciones precarias de algunos contextos. “Los exámenes tienen que ser asequibles, fáciles de usar, robustos y rápidos, con poco equipamiento y que puedan distribuirse a quienes los necesitan. Y los países tienen que ser capaces de adquirirlos a bajo coste. De momento, los diagnósticos moleculares son más una ilusión que una realidad”. afirmó.
Una nueva vacuna contra el Zika
Los desafíos de las enfermedades tropicales e infecciosas son globales, como lo ha evidenciado recientemente el zika. Miriam Navarro, secretaria de la SEMTSI e investigadora de la fundación Mundo Sano, informó sobre el proceso actual del desarrollo de una vacuna contra el zika que impulsa desde Argentina la fundación, junto a un consorcio internacional de varias empresas internacionales. Gracias a la tecnología recombinante, el proyecto ofrecerá una vacuna más barata, segura y eficaz. “Además, sus características permitirán producirla con mucha rapidez ante un posible brote masivo”. Actualmente se encuentra en fase pre-clínica. De momento, los resultados de los estudios son alentadores, en espera de su materialización en un plazo de dos a tres años.
La doctora Navarro fue una de las primeras becadas por la Sociedad Española de Medicina Tropical (SEMTSI), y destaca este programa como un gran incentivo para investigadores españoles en el campo de la Salud Internacional. El programa les permite realizar su trabajo durante varios meses en el terreno, en centros sanitarios de Mozambique o Etiopía, por ejemplo.
En la X reunión de la SEMTSI se confirmó que la clave de la investigación en el campo de la Salud Internacional pasa por el trabajo en grupos interdisciplinares que adapten diagnósticos y tratamientos a la realidad del terreno. Igualmente, se señaló la tendencia de hacer del teléfono móvil un instrumento con el que poder aprender y hacer ciencia, además de poder controlar brotes y epidemias.
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