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“Pensar que podemos vivir 1.000 años es una cifra conservadora”

El ingeniero es uno de los referentes de una minoría creciente de pensadores que defienden que el principal objetivo de la ciencia es derrotar a la muerte

Ana Carbajosa
Álvaro García

Las teorías de Aubrey de Grey (Londres, 1963) desconciertan al escucharlas por primera vez. Pero a medida que este célebre biogerontólogo, que trabaja en una técnica de recuperación de tejidos que asegura que nos permitirá vivir 1.000 años, las desgrana, van cobrando más y más sentido. De Grey, que dirige la Fundación para la Investigación de la Senescencia Negligible Ingenierizada (SENS, por sus siglas en inglés), se explaya con entusiasmo pedagógico en los márgenes de una conferencia magistral en la Analistas Financieros Internacionales en Madrid, donde propone una aproximación a la vejez radicalmente distinta de la tradicional: ni el envejecimiento es una enfermedad ni hay por qué morir de viejo.

Pregunta. Usted sostiene que envejecer no es algo natural ni tampoco inevitable.

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Respuesta. Envejecer es un proceso natural y es inevitable, pero solo en ausencia de medicina. Lo que usted realmente quiere decir y lo que yo pienso es que esa medicina es posible y que hay muchas posibilidades de que la desarrollemos en los próximos 20 años.

P. ¿Por qué envejecemos?

R. El envejecimiento es lo que le sucede a cualquier máquina que tenga partes, puede ser un coche o un avión. Es una cuestión física. Cualquier máquina que se mueva rápido se va a deteriorar y el daño se va acumulando. El cuerpo humano es una máquina, pero muy compleja, y por lo tanto arreglarlo es un proceso complejo pero no imposible.

P. Si sus pronósticos se cumplen, nuestros hijos vivirán en una era diferente.

R. Si alguien tiene ahora 50 años, estaría a tiempo de beneficiarse del rejuvenecimiento. Cuanto más tarde en hacerse, más difícil porque hay más daño que reparar.

P. Hace décadas que los gerontólogos trabajan en esa dirección sin que haya habido avances significativos. ¿Qué nos falta por comprender?

R. La gente ha intentado luchar contra las enfermedades de forma individual y no ha funcionado. Yo lo comparo con la aviación. La gente que quería aprender a volar fracasaba porque quería imitar a los pájaros, moviendo las alas. Hay que pensar de forma indirecta, más lateral. Hay que pensar en arreglar los daños acumulados de forma global y eso solo se ha empezado a hacer hace 15 años; muy poco tiempo en ciencia.

“Envejecer es un proceso natural e inevitable, pero solo en ausencia de medicina”

P. ¿En qué consisten esas reparaciones?

R. Se trata de restaurar la estructura del cuerpo. He clasificado los tipos de daños, que se podrían agrupar en siete categorías, para hallar terapias genéricas. Por ejemplo, los desechos que se acumulan en las células como consecuencia de su funcionamiento. Cuando son en grandes cantidades, la evolución ha creado sistemas para excretarlos. Pero cuando se crean a un ritmo lento y en pequeñas cantidades, se acumulan y hay un envejecimiento. La arterosclerosis es un ejemplo. La solución es encontrar especies que tengan la capacidad de destrozar esos residuos. Normalmente son bacterias, y podemos encontrar los genes que les permiten hacer eso y ponerlos en células humanas.

P. Harán falta recursos.

R. Estas terapias son preventivas y funcionan mejor en personas que no están enfermas, ni muy jóvenes ni muy mayores. Y eso es complicado, porque la mayoría de la gente no cree en los tratamientos preventivos, piensan: si no estoy enfermo, por qué tomarme algo que igual me provoca daños, y prefieren esperar a estar enfermos. Además, como cualquier nueva terapia va a ser cara, pero los beneficios van a ser astronómicos en términos de prosperidad y de reducción del sufrimiento.

P. Las dietas, el ejercicio, ¿no sirven para nada?

R. Un poco. La principal razón por la que la gente muere de forma prematura, con 50 o 60 años, es por una dieta mala o por cierto estilo de vida. La cuestión es cuánto vivirías si haces todo lo que tu madre te recomienda. La respuesta es que la diferencia es muy pequeña, no más de dos años adicionales de vida sana. Es mejor que nada, así que yo no desanimo a la gente a que lleve una vida saludable, pero cuando les dicen que con este remedio o este otro van a vivir más, no les explican a cuánto más se refieren.

P. Si no morimos y seguimos naciendo, no cabremos todos en el planeta y Malthus habría tenido razón.

R. Las tesis de Malthus estaban equivocadas entonces y ahora. El argumento original tenía que ver con los excrementos de caballo. Si todo el mundo iba a caballo y los excrementos aumentaban a medida que las ciudades crecían. Pero la tecnología logró resolver ese problema. Todavía contaminamos mucho, por eso hay que desarrollar mejores energías renovables. Pero pronto estaremos en una posición de generar menos residuos y en el planeta habrá espacio para más gente que contamine menos.

P. ¿Y el consumo? Habrá que producir mucha más comida.

“No le damos a la gente las suficientes habilidades para sacar lo máximo de estar vivos”

R. La agricultura ocupa mucho espacio y produce muchos residuos, pero ya se está produciendo carne artificial. A la gente le gusta porque no se matan animales y es más barata. Puede ser de soja, o de células animales que crecen en el laboratorio. Por ahora no sabe muy bien, pero es inconcebible que no tengamos carne artificial que sepa igual o mejor que la real dentro de 20 años.

P. Luego está el aspecto psicológico. Hay gente que simplemente está cansada de vivir, no quiere que esto se prolongue eternamente.

R. Se trata de tener la opción de vivir más. Pero además, hay que ver por qué la gente se cansa de vivir. Una de las razones es que no invertimos lo suficiente en educación, no le damos a la gente las suficientes habilidades para sacar lo máximo de estar vivos. Es también un problema físico. La gente mayor tiene menos energía, y menos motivación para salir a explorar, y eso es exactamente lo que queremos arreglar, queremos mantener a la gente joven.

P. Usted es un científico atípico. Procede del mundo de la informática, es ingeniero y biólogo. ¿Cómo influye su formación en su trabajo?

R. Este es un asunto muy importante, porque al final, es una cuestión de mentalidad. Los científicos estudian la naturaleza para comprenderla, y el ingeniero, el médico la estudia para manipularla. Yo soy un ingeniero pero tengo una formación científica. Yo busco soluciones. Si estudio un cuerpo humano es para hacer que se comporte como yo quiera. Los gerontólogos estudiaban el envejecimiento como los sismólogos, que saben que hay terremotos y que son malos para las personas, pero no saben qué hacer para que no sucedan. Abordar el envejecimiento desde un punto de vista ingenieril y utilizando la biología marca una gran diferencia.

P. Usted cree que podemos llegar a vivir 1.000 años.

R. Yo lo que digo es ¿Cuánto viviríamos sin envejecimiento?. Si miramos las estadísticas de cuánta gente muere siendo joven, podemos calcular cuál es la probabilidad de que muramos con 27 años y esa cifra es muy baja en casi todo el mundo occidental. Y francamente, la única razón por la que la gente joven tiene más posibilidades de vivir que la mayor, es debido al envejecimiento. Si quitas ese factor de riesgo y le sumas la probabilidad de morir por ejemplo en un accidente, te das cuenta de que estimar que podemos vivir 1.000 años es una cifra conservadora, porque los riesgos de morir por otras causas irán disminuyendo. Por ejemplo, las muertes por accidente de tráfico se reducirán con los coches sin conductor. Por eso digo que vivir 1.000 años es una cifra realmente conservadora.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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