Esto es lo que ocurre cuando un adulto se alimenta a base de potitos (Jennifer Aniston lo ha hecho)
Sus defensores dirán que adelgazan 3 kilos por semana, pero los expertos difieren
Imaginación es lo más que nos sobra a la hora de encontrar métodos para adelgazar. Salen fórmulas mágicas para perder peso de debajo de las piedras, sobre todo durante el verano. A principios de esta estación, el diario británico Daily Mail publicó las declaraciones de una joven que aseguraba haber adelgazado considerablemente comiendo exclusivamente potitos (sí, comida para bebés) y recomendaba este método para las personas con obesidad. La dieta, que en Estados Unidos tiene el nombre de Baby Food diet, lleva paseándose por los medios desde 2010, respaldada por celebrities como Gwyneth Paltrow o Jennifer Aniston, que aseguró haber perdido de esta manera 3 kilos a la semana.
Los potitos son purés especialmente preparados para los niños pequeños. Para la versión adulta de esta forma de alimentarse, su creadora, la entrenadora de famosos Tracy Anderson, recomienda comer una media de 14 de estos tarros que sustituyan todas las comidas del día menos la cena, que consistiría en un plato de verduras (enteras) y carne. A priori, puede parecernos que comer comida para bebés no puede afectar negativamente a nuestro organismo pero, como todas las dietas que saltan a la palestra por la rapidez de sus resultados, sus beneficios nutricionales dejan mucho que desear.
"Con esta dieta se pueden desarrollar problemas de salud a largo plazo, baja densidad ósea o anemia por deficiencia de hierro" (Renée McGregor, nutricionista)
Anthony Warner, un chef de Estados Unidos conocido por su blog The Angry Chef, en el que critica la pseudociencia en la comida y los alimentos, afirma en un artículo en la revista New Scientist que este sustituto para la comida normal no tiene sentido: los potitos están dirigidos a las necesidades nutricionales de los lactantes, no de los adultos. En el texto, cita a la dietista británica Renee McGregor, que asegura que esta dieta "no aporta suficiente en energía, hidratos de carbono, proteínas, fibra o vitaminas. Cualquiera que la siga tendrá probabilidades de desarrollar deficiencias nutricionales crónicas que conducen a problemas de salud a largo plazo, baja densidad ósea o anemia por deficiencia de hierro".
Eduard Baladia, director del Centro de Análisis de la Evidencia Científica de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (CAEC-FEDN), coincide en su negativa de recomendarlos: “Tanto para los adultos como para los enfermos, existen adaptaciones que pueden hacerse de una dieta saludable normal o bien existen preparados específicamente diseñados para ellos”. El problema con estas dietas es que, efectivamente, adelgazan porque son hipocalóricas "y la gente se adhiere a ellas sin importar mucho el porcentaje de macronutrientes o la variedad de alimentos que introduce”, lamenta el nutricionista, que añade: “No hay estudios suficientes para determinar los efectos dañinos directos de estas dietas pero sí los indirectos, como el empeoramiento de la salud de los sujetos con obesidad. No someterse a un tratamiento con eficacia demostrada es una pérdida de oportunidad que puede llevar al empeoramiento de la salud y calidad de vida de estos enfermos”.
La dieta de los potitos lleva otro peligro añadido: no masticar es perjudicial para la digestión. "Por medio de la salivación y de los dientes se prepara el alimento para ser ingerido, pasar al estómago y continuar la digestión. Aunque nos olvidemos casi siempre de ella, masticar es fundamental para facilitar el proceso de la digestión, si no se hace de forma adecuada provocamos que el estómago trabaje durante más tiempo, lo que no solo produce gases sino que el efecto saciante de la comida es menor", explica Isabel Jimeno Sanz, nutricionista del Centro Médico Estético Felicidad Carrera, en Madrid.
No solo son peligrosas, las dietas milagro engordan
El portal de Salud de la Comunidad de Madrid advierte en su página web que las dietas milagro pueden llegar a provocar alteraciones a nivel neuro-psíquico, produciendo ansiedad, insomnio e irritabilidad. El efecto rebote es una consecuencia que se subraya cada vez que se disecciona uno de estos métodos de adelgazamiento. Es importante recordar que no son solo peligrosos para la salud, es que ni siquiera cumplen su objetivo: adelgazar y mantener el peso. Privar al cuerpo de algunos nutrientes durante un tiempo "hace que el metabolismo se adapte a vivir sin ellos. De manera que cuando los volvemos a introducir, el organismo no está habituado a utilizarlos y los acumulará directamente. Resumiendo: engordará", explicó a BUENAVIDA Cristina Lafuente, dietista y nutricionista en Alimmenta.
Ante cualquier dieta que prometa efectos mágicos, desconfíe. Los expertos son unánimes asegurando que la única manera de mantenerse en forma es mantener hábitos saludables, comer equilibradamente y evitar el sedentarismo. "Para las personas vulnerables y desesperadas por perder peso, estas dietas tienen un gran impacto. Los medios de comunicación tienen el deber de protegerlas y están fallando en esta tarea", concluye el nutricionista Anthony Warner.
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