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Cuidado, Michael Phelps no es siempre un ejemplo a seguir

Con demasiada frecuencia, los deportistas de élite se convierten en vallas publicitarias de charlatanes y pseudociencias. Imite su tesón, deseche el resto

Michael Phelps, con su medalla de oro por los 200 metros combinados.
Michael Phelps, con su medalla de oro por los 200 metros combinados.

Los Juegos Olímpicos son el gran escaparate de fuerza, trabajo y constancia de los mejores entre los mejores en diversas modalidades deportivas. Ganar medallas implica un exhaustivo cuidado de la salud, pero si el oro se publicita como resultado del éxito de una pseudoterapia, la polémica está servida. Es lo que ha pasado con unos círculos amoratados grabados en una de las espaldas más cotizadas de las Olimpiadas de Río, la del laureado nadador americano Michael Phelps, que hoy se hacía con su cuarto oro en Brasil, tras haberse tratado con cupping, un pseudotratamiento que succiona la piel con ventosas. Esta práctica, que promete mejorar la circulación, aliviar los dolores musculares y activar el sistema inmune, entre otros múltiples beneficios, ya ha saltado a los medios de mano de otras celebrities como Gwyneth Paltrow, que se suele apuntar a tratamientos tipo detox, que no pasan de supercherías. Sin embargo, cuando un fuera de serie como Phelps, con 22 medallas olímpicas y las que sume este año, muestra en su espalda sus huellas, ponemos el grito en el cielo. ¿Los deportistas de élite pueden promocionar como hombres anuncio la medicina sin base científica? En plena controversia de magufería (que promueve o comercia con fenómenos psuedocientíficos) olímpica, el médico Manuel Castro, especialista en medicina preventiva y salud pública del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña y miembro del colectivo escéptico Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC); y el médico Vicente Baos, miembro del Círculo Escéptico, nos ayudan a despejar dudas.

"Quizá no sea muy razonable esperar que los deportistas, por lo general muy jóvenes y no necesariamente formados, sean un referente en cuanto a modo de vida. La referencia debería ser más el afán de superación y menos los métodos (en ocasiones incluso ilegales) que usan para mejorar. Lo hacen con el visto bueno de su médico, lo que es más preocupante y más triste", se lamenta Castro. “Hay muestras de que los deportistas de élite tienen muchos ritos alrededor de su preparación, y pueden ser muy susceptibles a escuchar a cualquiera que les prometa un plus de fuerza y recuperación, aunque sea por métodos pseudocientíficos", explica Baos.

"Si el cupping diese alguna ventaja, las autoridades deportivas adoptarían medidas en contra", Manuel Castro

Sin embargo, la imagen de los deportistas es muy poderosa y puede ser tan peligrosa como útil. "Los deportistas son un ejemplo social de trabajo, constancia y esfuerzo para conseguir altos fines, sin embargo, están rodeados de necesidades publicitarias que contaminan esa imagen cuando promocionan alimentos no saludables o dietas inadecuadas, o bien luciendo artilugios absurdos como las pulseras magnéticas, las tiras de colores o cintas Kinesio y, ahora, las marcas del cupping. Pero cuando colaboran en campañas que promueven hábitos saludables, los deportistas pueden ser grandes agentes de salud”, anota Baos.

Una sangría salvaje y sin beneficios

El rastro que deja el cupping, o ventosaterapia, se debe a la aplicación de vasos de vidrio o copas que crean un vacío local con el objetivo de aspirar la sangre de la piel "creando un vacío en las mismas, a partir de calentar el aire dentro de la copa (quemando un poco de alcohol, por ejemplo) o bien haciendo como una bomba, para lo cual pueden tener un orificio en su parte superior. Ya sea por vacío directo, o al enfriarse el aire contenido (que se contrae), el efecto es el mismo y el único demostrado: la succión. Como consecuencia, se produce extravasación y roturas de pequeños capilares provocando las marcas características”, describe Manuel Castro. Esta pseudomedicina, enmarcada entre las disciplinas que, como la acupuntura o la fitoterapia, entroncan con la Medicina Tradicional China y su búsqueda de reequilibrar el flujo de la “energía vital” o qi (chi), cuenta con dos versiones, una seca y una húmeda, con la diferencia de que la segunda provoca sangrado.

Sus practicantes y adeptos lo defienden como un tratamiento benigno y capaz de abarcar todo tipo de padecimientos, enfermedades, dolores, alergias, congestión bronquial, ansiedad, varices o el cáncer. Esos presuntos beneficios apenas se encuentran refrendados en la literatura científica. Las investigaciones científicas sobre el tema, como esta realizada por el reconocido investigador en medicinas alternativas Edzard Ernst, desembocan en la misma conclusión: el cupping no aporta ningún beneficio más allá del efecto placebo.

“Cualquier terapia que diga que cura casi todo ya muestra signos de ser una terapia sin fundamento", Vicente Baos

“Cualquier terapia que diga que cura casi todo ya muestra signos de alarma de ser una terapia sin fundamento. La aplicación de vacío local con ventosas sobre la piel provocando la ruptura de capilares y un hematoma superficial, sin efectos beneficiosos demostrados en estudios clínicos bien diseñados, forma parte más de un teatro pseudocientífico que de una terapia validada. Los riesgos de producir hematomas y un posible sangrado son claros en personas con problemas de coagulación y otras enfermedades sanguíneas. Producir sangrado mediante el pinchazo del edema de la succión no beneficia en nada, tanto como las sangrías indiscriminadas de la antigüedad. Una succión prolongada puede producir muerte de los tejidos superficiales y graves complicaciones”, advierte Baos.

Tanto por su aplicación como por su supuesto objetivo de eliminar toxinas, se asemeja a las antiguas sangrías. “Guarda enorme similitud con las prácticas que, durante un tiempo más largo de lo deseable, llevó a cabo una medicina sin pruebas, con sanguijuelas y demás medios. Se hace particularmente evidente en el cupping húmedo o hijama, donde se practican de forma previa unas pequeñas incisiones en la piel en el lugar donde luego se aplican las ventosas, las cuales se llenan de modo progresivo de sangre, células de la piel o a saber qué. Se podría denominar una sangría salvaje. Desde hace decenios, las sangrías mediante flebotomía con asepsia sólo están indicadas en la hemocromatosis [una enfermedad genética provocado por la acumulación de hierro en el organismo]”, indica Castro.

Comité Antidopaje Magufo en el deporte

¿Y qué podrían hacer las autoridades deportivas en contra de estas prácticas en el deporte de élite? Ambos expertos consultados se muestran escépticos con las posibles medidas que deberían adoptarse para evitar situaciones semejantes a las de Phelps. “No creo que las autoridades deportivas tengan el más mínimo empeño en entrar en este asunto, y es normal. Si realmente esta práctica del cupping diese alguna ventaja, entonces no hay duda de que lo valorarían. Podría ser considerado una forma de dopaje no descrita. El hecho de que permanezcan impasibles también da una idea de por dónde van los tiros”, observa Castro.

“En broma, diría que se podría crear un Comité Antidopaje Magufo para informar a los deportistas de lo que les ayuda a su rendimiento dentro de la legalidad y de la ciencia. Esta labor la están haciendo hoy las redes sociales y los medios de comunicación que incluyen diversidad de opiniones, entre ellas las críticas con estas prácticas. Espero que Phelps disfrute de sus bien merecidas medallas y no piense que el cupping tuvo algo que ver con ellas. Sobre todo, para que no se lance un mensaje a la opinión pública de que esta práctica es útil para el deportista”, concluye Baos.

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