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La primera construcción humana la hicieron los neandertales

Hace 175.000 años, esta especie levantó unos enigmáticos círculos de piedra en las profundidades de una cueva del sur de Francia

Un investigador estudia las construcciones de la cueva de Bruniquel, en Francia ETIENNE FABREFoto: reuters_live
Nuño Domínguez

Europa, hace unos 175.000 años. Los neandertales dominan el continente. Por razones totalmente desconocidas, un grupo se adentra en una profunda cueva del suroeste de Francia. Exploran las galerías hasta que la luz del día se extingue y luego quedan maravillados por las caprichosas formaciones calcáreas que iluminan con sus antorchas. En lo más profundo de la gruta empiezan a romper las estalagmitas que crecen en el suelo y las disponen de forma cuidadosa, como siguiendo un plan. Forman un gran círculo de más de seis metros de ancho y otro similar de menor tamaño. Dentro y fuera del gran círculo apilan varios montones de piedras.

Después, la entrada de la cueva queda sepultada y funciona como una enorme cápsula del tiempo que será abierta y explorada por Homo sapiens del año 1990. Por primera vez, una especie humana contempla los extraños anillos construidos por otra y se pregunta: ¿quién construyó todo esto y por qué?

Un estudio publicado hoy intenta responder a esa pregunta. Investigadores de Francia, Bélgica, China, Reino Unido y EE UU han realizado 18 dataciones de las estalagmitas y su entorno, situadas en la cueva gala de Bruniquel. También han datado varios fragmentos de huesos quemados. Su conclusión es que los círculos de piedra tienen 176.500 años, 2.000 años arriba o abajo. En aquella época, los neandertales eran los únicos que habitaban la zona así que estamos ante las construcciones más antiguas jamás atribuidas a estos homínidos y posiblemente a cualquier otra especie humana, incluida la nuestra.

En total hay unas 400 estalagmitas, 2,2 toneladas de piedra

La construcción tiene en total unas 400 estalagmitas, 2,2 toneladas de piedra, según el estudio, publicado en la revista Nature. Las mayoría tiene unos 30 centímetros aunque también hay fragmentos más pequeños que se usan para rellenar huecos. En algunos puntos hay hasta cuatro niveles apilados. En las seis formaciones, sobre la piedra, hay marcas de fuego. En otro punto hay un hogar con huesos quemados. Y todo a 336 metros de la entrada, en una oscuridad total.

Los autores señalan que esta construcción “no tiene precedentes” por su antigüedad y complejidad. “Hasta ahora no se conocían pruebas de que los neandertales se adentrasen en cuevas”, dicen, ni por supuesto construcciones en puntos tan profundos donde no llega la luz del día. Incluso en los tiempos muy posteriores cuando los primeros humanos modernos, los Homo sapiens, llegaron a Europa, hace unos 45.000 años, las construcciones de este tipo son muy escasas y sencillas, aseguran.

Levantar estos anillos requirió una organización del trabajo, una complejidad social “más desarrollada de lo que se pensaba hasta ahora” y que, a juzgar por las fechas que arrojan las dataciones, “surgió antes de lo que se pensaba”, dice el trabajo.

Carbonell: “estas construcciones deben tener un sentido simbólico o ritual"

La pregunta más interesante sobre este hallazgo es también la más difícil de responder. “Basados en la mayoría de incursiones en cuevas conocidas en el Paleolítico Superior podríamos asumir que se trata de un comportamiento simbólico o ritual, pero, ¿podrían haber servido para usos domésticos desconocidos o como simple refugio? Nuevos estudios intentarán responder a estas preguntas”, concluyen los autores con cautela.

Conclusiones polémicas

Otros expertos ajenos al estudio plantean dudas de que estemos ante verdaderas construcciones humanas. “Esto es tan distinto de todo lo que conocemos de la historia de los neandertales que da que pensar”, comenta Antonio Rosas, investigador del CSIC. “Especialmente porque estas construcciones se habrían hecho unos 100.000 años antes de las más antiguas conocidas hasta ahora” hechas por los sapiens. En su opinión, la hipótesis de que estas construcciones sean un simple producto de la naturaleza “no se ha contemplado lo suficiente”. “En otras cuevas se conocen formaciones similares, piscinas y marmitas que se forman por los procesos geológicos”, dice. “Pudo haber un terremoto, que se formasen más o menos estas estructuras y después alguien entrase a hacer fuego, es una pequeña duda dentro de que estamos ante un descubrimiento muy atractivo”, opina. Rosas también descarta que, de ser una construcción humana, se trate de un corral. “La ganadería comienza muchísimo después, hace unos 10.000 años”, resalta.

Para Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca, la interpretación es muy diferente. Este paleoantropólogo dirige las excavaciones en el Abric Romaní, cerca de Barcelona, donde se han encontrado los restos de un antiguo asentamiento neandertal de hace unos 50.000 años. Las excavaciones han demostrado que esta especie dividía su espacio en diferentes estancias y dedicaba algunas exclusivamente a dormitorio, por ejemplo. La única construcción humana que podría rivalizar en antigüedad con las de Francia es un pequeño refugio de piedra hecho en Olduvai (Tanzania) hace unos 800.000 años, aunque es un caso controvertido, explica. En el caso de Bruniquel, la autoría humana es mucho más concluyente. Para Carbonell “estas construcciones deben tener un sentido simbólico o ritual, no pueden ser una cabaña, pues no tendría sentido construirla en un punto tan profundo”.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

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