Un respiro para los refugiados
Los 60 países reunidos en Londres han acordado una generosa ayuda para los desplazados
Como dijo el primer ministro británico, David Cameron, el dinero no es la solución a la grave crisis de los refugiados sirios, pero ayuda a salvar vidas. Por primera vez en muchas semanas hay que celebrar una buena noticia en relación a esta crisis que ha puesto a prueba la solidez de la cohesión europea. A diferencia del año pasado, cuando apenas se logró cubrir el 43% del dinero solicitado por la ONU, esta vez los 60 países reunidos en Londres, en la conferencia destinada a recabar fondos para los desplazados, se comprometieron a casi 9.000 millones de euros (con una mínima aportación por parte de España).
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Conscientes de su fracaso por no ser capaces de acordar un mecanismo conjunto de gestión de la política de asilo, esta vez han sido lo suficientemente generosos como para poder aliviar de forma sustancial la deplorable situación de los 4,6 millones de refugiados que se encuentran en Líbano, Turquía y Jordania. Es indispensable si se quiere evitar que emprendan un éxodo a la desesperada hacia Europa, donde al menos saben que podrán recibir comida y, en el caso de los niños, educación. Por eso es urgente que una parte de la ayuda se canalice para garantizar la escolarización de los menores.
El acuerdo sobre la ayuda humanitaria se produjo un día después de que se suspendieran, hasta el 25 de febrero, las negociaciones de paz de Ginebra. La perspectiva de un acuerdo es todavía remota, por lo que es difícil que los 13,5 millones de desplazados que ha causado el conflicto puedan regresar a su hogar. Ante esta evidencia, es de vital importancia facilitar unas condiciones de vida dignas y medios para la educación y la inserción laboral de los refugiados en otros países. La línea de crédito de 35.000 millones aprobada para que los países limítrofes de acogida puedan crear puestos de trabajo no solo redundará en beneficio de los refugiados, sino de la sociedad que les acoge.
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