De exitosos colaboradores de prensa a “pobres empresarios”

Dario Adanti y Edu Galán trabajaban en prensa y se quedaron en paro en 2010. ¿Qué hicieron? Prepararon una revista satírica propia: Mongolia. Ese es el ejemplo de resiliencia a la crisis económica que estos dos periodistas apuntan en el marco de #100resiliencias, la campaña de Acción contra el Hambre (ACH) y el Servicio de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO) que pretende poner en valor el significado de esta palabra hasta el próximo Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre), centrándose en uno de los epicentros del hambre: la región del Sahel, donde más de 11 millones de personas viven bajo la sombra de este problema.

¿Cómo han desarrollado su resiliencia las personas en el Sahel? "Se ha basado siempre en su capacidad de adaptación al medio, gracias a un profundo conocimiento del entorno que les permitía gestionar sus recursos naturales", explica Bárbara Frattaruolo, experta en Seguridad Alimentaria y Medios de Vida de ACH. "En las últimas décadas, sin embargo, un conjunto de factores han perturbado esta capacidad de adaptación: una población creciente tiene que gestionar y compartir recursos naturales siempre más escasos y además hay que tener en cuenta los choques relacionados con el mercado y los conflictos: los precios de los cereales están sujetos a variaciones más grandes que los del mercado internacional, y una serie de conflictos en la zona y en los países limítrofes amenaza la estabilidad en la región".

ACH trabaja para aumentar la capacidad de adaptación de los habitantes del Sahel actuando desde varios flancos para reducir la desnutrición que esta situación provoca. El primero es responder a las catástrofes protegiendo a los más vulnerables (especialmente niños y mujeres embarazadas), el segundo, acompañar a las familias más vulnerables (más pobres y más dependientes de unos medios de vida frágiles) durante el periodo más difícil del año en la víspera de la cosecha y el tercero es mejorar de forma duradera la seguridad nutricional de las comunidades más vulnerables.

Cultivos adaptados a la sequía

Gracias a la investigación desarrollada por agrónomos y centros de agronomía locales hemos podido fomentar cultivos mejor adaptados a la sequía cruzando variedades tradicionales. Esta evolución es clave para la adaptación al cambio climático en el Sahel.

Desarrollar la resiliencia en el Sahel es difícil, pero también lo son las situaciones de otras muchas personas. Para demostrar que hay miles de maneras de salir adelante, ACH quiere conocer otros ejemplos de resiliencia y anima a los internautas a compartir su testimonio a través de la web 100ejemplosderesiliencia.org y de las redes sociales con el hashtag #100resiliencias. Y tú, ¿cómo demostraste tu capacidad de resistir?