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Red de Expertos Planeta Futuro
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La correcta redistribución de la riqueza

Las políticas de redistribución de renta son necesarias y justas No dotarlas de medios oportunos estimula el fraude

En su artículo La desigualdad es un lastre, el premio Nobel de Economía Paul Krugman ataca una idea según la cual ser amable con los ricos y cruel con los pobres es la clave del crecimiento económico.

Trabajo (por convicción) en ayuda al desarrollo desde hace más de 10 años, no le extrañará a nadie saber que estoy plenamente de acuerdo con la apología de la redistribución de riqueza que subyace del texto del economista americano.

Ayer comíamos varios colegas en un restaurante cercano a nuestra oficina. Conversábamos sobre la distribución de riqueza dentro de nuestros respectivos países. Una compañera mía de nacionalidad belga explicaba cómo en su país existen abusos al sistema de seguridad social que pueden desincentivar, por ejemplo, la búsqueda de empleo.

En Bélgica conocí a Bertrand (nombre ficticio), un músico cuyas confesiones refuerzan la teoría de mi colega: "En Bruselas, muchos músicos figuran oficialmente como desempleados mientras que llevan a cabo su actividad profesional artística en negro. Eso les permite cobrar el paro y, a la vez, cobrar por el trabajo que efectúan. Además, en Bélgica se cobra paro indefinidamente".

"En Francia está sucediendo algo parecido" comenta otro colega de nacionalidad francesa mientras finalizamos el almuerzo. "Entre otras cosas, eso es lo que explica el repunte de la extrema derecha en mi país".

En el entorno de la cooperación muchos han sentido como una contradicción el auge de la derecha radical en el país de la igualdad y de la fraternidad. Por eso, escuchando los comentarios de mis colegas, no puedo más que preguntarme con inquietud: "¿Está el mundo de la ayuda al desarrollo en contra de la redistribución de riqueza?" (La pregunta es pertinente porque: ¿qué es la ayuda al desarrollo sino una redistribución de riqueza a gran escala?). La respuesta en un claro y contundente NO.

La OCDE (Organización para la cooperación y el Desarrollo económicos), ha redactado un informe titulado La política fiscal como herramienta de desarrollo en América Latina. En él, y en lo que a la correcta redistribución de riqueza se refiere, la OCDE indica que la política fiscal puede servir de motor del crecimiento y de elemento de consolidación democrática. Además combate la pobreza, evita la exclusión social y genera una mayor igualdad de oportunidades.

Para una correcta redistribución, el gasto público debe proporcionar a toda la sociedad bienes y servicios de calidad

Para una correcta redistribución de riqueza, el gasto público debe proporcionar a toda la sociedad bienes y servicios de calidad. Si los sistemas de recaudación de impuestos son justos, podrán recaudar de manera eficiente y sostenible los fondos necesarios para proporcionar esos bienes y servicios. Para ello (en el caso de la región latinoamericana y siempre de acuerdo a la OCDE), habría que ampliar la base impositiva y diversificar las fuentes de ingresos. También se deberá tener en cuenta la magnitud del sector informal (o sumergido) de la economía.

Pero el objetivo que ha de buscarse es una redistribución de riqueza de calidad, eficaz y eficiente, que llegue allí donde se previó que llegara (y no a otro lugar) y que, en definitiva, no sea víctima de abusos ni de fraudes de ningún tipo.

Y puesto que de fraude hablamos, la abrumadora cantidad de casos descubiertos en los últimos años en el territorio español incita a analizar la situación en detalle.

Comparemos España con nuestros vecinos del norte y comprobaremos que en los países europeos con las economías más competitivas, como Dinamarca, Suecia o Finlandia, el porcentaje de funcionarios sobre la población activa es del 26% en el primer caso, de 22% en el segundo y de 19% en el tercero. En España, el número de empleados públicos es apenas del 13%: En nuestro país hay 6,5 funcionarios por cada cien habitantes, en Francia, 10,6.

La Agencia Tributaria Española tiene encomendada la aplicación efectiva del sistema tributario estatal y aduanero. Para el cumplimiento de sus objetivos lucha contra incumplimientos tributarios mediante actuaciones de control. Su labor se materializa en un amplio conjunto de actividades entre las que destacan, por un lado, la gestión, inspección y recaudación de tributos y, por otro, la colaboración en la persecución de determinados delitos contra la Hacienda Pública.

El número de trabajadores empleados por la Agencia Tributaria española es muy inferior al que emplean los organismos análogos en nuestros vecinos europeos. Esto se traduce, primero, en mayores posibilidades de defraudar y, segundo, en una peor calidad de la redistribución de nuestra riqueza.

El descontento de mis colegas belgas y franceses no puede constituir un espejismo: La realidad es que el fraude en la política de redistribución en Europa se constata mientras que en España puede pasar desapercibido más fácilmente.

Las políticas de redistribución de renta son necesarias y justas. Para obtener una redistribución ideal es necesario dotarla de los medios oportunos. No hacerlo estimula el fraude y termina por desincentivar la propia redistribución de riqueza.

Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisión de la Unión Europea. El propósito de este artículo fue escrito por el autor por su propio nombre y no refleja necesariamente el punto de vista de la institución para la que trabaja. El propósito de este artículo no compromete la responsabilidad de esta institución.

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