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Un ingrediente estrella para la última cena del verano

Sin calorías ni gluten, de alto valor energético y con grasas beneficiosas. Diga adiós al calor con este alimento saludable

La elaboración del surimi es una técnica milenaria que nace en Japón bajo el nombre de kamaboko, que significa “modo de conservación de pescado”. Los nipones descubrieron que los lomos de pescado una vez lavados, mezclados con sal y cocinados al vapor, se conservaban durante más tiempo. Su expansión a España no tardó en llegar. Todo tiene una explicación: nuestro país, junto con Japón, es uno de los lugares del mundo con un mayor consumo de pescado, según los datos del Panel de Consumo Alimentario en los Hogares, presentados por el Ministerio de Agricultura. Aquí se consume, aproximadamente, un kilo de surimi por habitante al año, una cifra en constante crecimiento que dista mucho de los 15 kilogramos que ingiere, en el mismo periodo, cada individuo en Japón, según un estudio realizado por Krissia.

Para elaborar surimi en casa, el primer paso consiste en utilizar las partes más nobles del pescado, es decir, los lomos. “Hay que tener en cuenta que para conseguir un kilo de surimi son necesarios cinco kilos de pescado, imprescindiblemente, muy, muy fresco”, asegura Elen Orcolaga, directora de márketing de Angulas Aguinaga. Tras picar el pescado sin espinas, se le añade agua para limpiar sus impurezas y eliminar la grasa, dejando solo la pura proteína del pescado, es decir, el surimi. A esta proteína se le añade pimentón, que otorga ese color naranja tan característico de las barritas.

Vanesa Sanz, directora deportiva de Caroli Health Club Madrid y experta en nutrición, asegura que la diferencia nutricional entre el surimi comprado y el hecho en casa depende de la procedencia del pescado. "El más idóneo es el de carne blanca, como la pota o el calamar, pero sobre todo hay que escoger peces magros", añade.

Respecto a las ventajas que aporta su consumo, cabe destacar su alto valor energético, ya que al tratarse de pura proteína de pescado se digiere muy fácilmente. Además, tiene un alto contenido en aminoácidos esenciales, en particular, de ácidos grasos poliinsaturados Omega 3. De hecho, la distribución de los diferentes tipos de ácidos grasos es muy favorable, siendo el 62 % de ácidos grasos monoinsaturados, un 29 % de ácidos grasos poliinsaturados (incluyendo Omega 3) y solo un 9 % de ácidos grasos saturados. Presenta pocas calorías (100 Kcal/100 g) y no tiene gluten, por lo que es un alimento apto para personas celiacas. "Dado su contenido en sal, que se añade para conseguir la textura de gel del surimi, es importante que personas con hipertensión, insuficiencia cardíaca o retención de líquidos no abusen de estos derivados", asegura Sanz. "Su consumo evita que ganemos peso y es ideal también para prevenir algunos trastornos de salud, como las digestiones pesadas, el colesterol o los problemas de tensión arterial baja", añade.

Estas cualidades nutricionales junto con su rapidez de preparación y versatilidad hacen del surimi un alimento muy atractivo para incorporar en la dieta. Se puede encontrar en el supermercado en barritas, rallado, en colas, tronquitos... Para Vanesa Sanz, es el producto estrella de cada verano, por su frescura y versatilidad para platos variados. "Desde ensaladas, rellenos de croquetas, empanadas, acompañamientos de pastas o arroces, pero también como tentempié único con algún fruto seco", enumera.

Ideas para su última cena de verano

Ensalada de barritas con frutos secos

Lavar la ensalada, cortar el aguacate en láminas, cortar las barritas de surimi. Mezclar en un plato con frutos secos, aliñar con aceite, sal y vinagre y servir.

Milhojas de rallado de surimi y mozzarella

Cortar el tomate y la mozzarella en lonchas finas. Colocar en el plato un lecho de lechuga y montar las milhojas con capas sucesivas de tomate, mozzarella y rallado de surimi. Aliñar cada lámina con unas gotas de vinagreta previamente elaborada con el aceite, el vinagre y la sal. Decorar la parte superior con rallado, rábano en láminas y una rama de eneldo.

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