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Columna
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Aquí Botsuana

Es el país con más rápido crecimiento económico del planeta. Hay una gran desigualdad social, como en España, pero su sistema educativo ha sido reforzado con un presupuesto que, en proporción, dobla al de nuestro país

Manuel Rivas

He oído a alguna gente muy ofendida porque en el último informe de Transparency International sobre corrupción, España aparece en los niveles de países como Botsuana. “Hombre, corrupción, si, algo hay, ¡pero compararnos con Botsuana!”. Tengo entendido que en Botsuana el sentimiento es recíproco: también están muy ofendidos con la comparación, sobre todo los bosquimanos. Siempre se dice que el nacionalismo se cura viajando, pero no es ninguna garantía. Hay paletos muy viajados que todavía creen que el mundo se divide entre The West y The Rest. Así que este viaje abismal por el mapa de la corrupción puede tener alguna consecuencia positiva. Botsuana es una república parlamentaria y el país con el mayor incremento del mundo en renta per capita,unos 15.000 dólares por habitante. Es también el país con más rápido crecimiento económico del planeta. Hay una gran desigualdad social, como en España, pero su sistema educativo ha sido reforzado con un presupuesto que, en proporción, dobla al de nuestro país. En 1966, cuando Botsuana obtuvo la independencia de Reino Unido, los británicos no se echaron a llorar: era un inframundo de pobreza, una pesadilla prendida al gran desierto del Kalahari. Competía por ser el país más pobre del mundo. En la historia contemporánea de la república parlamentaria de Botsuana hay un episodio heroico: el día en que le dieron una patada en el trasero a los cerebros cosmopaletos del FMI. En el destino trazado por los carteristas de la mano invisible, estaba llamado a ser un yacimiento catastrófico, después de chuparle los diamantes. Botsuana se acerca a España porque cada vez hay menos corrupción. España se acerca a Botsuana porque cada vez hay más corrupción. Hay en Botsuana un cine de producción modesta, que lucha por existir. Pero todavía no han conseguido que su ministro de Hacienda diga que es un desastre de cine.

 

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