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El juez decidirá si Balotelli es padre

La exnovia del futbolista italiano lo lleva a juicio por la paternidad de su hija Pia A la primera audiencia, celebrada el jueves en Milán, no asistió ninguno de los protagonistas El 'enfant terrible' del 'calcio' asegura que no evadirá su responsabilidad, si esta existe

Mario Balotelli, el 15 de octubre de 2013.
Mario Balotelli, el 15 de octubre de 2013. Paolo Bruno (Getty Images)

Mario Balotelli va a juicio. Y no es por un caso de corrupción ni de impuestos impagados, como varios de sus colegas futbolistas. El atacante del Milan, de 23 años, de chute infalible y carácter rebelde, se sentará en el banquillo del Tribunal de Milán arrastrado por su exnovia Raffaella Fico. El 5 de diciembre de 2012, hace exactamente un año, la showgirl italiana fue madre de una niña, cuando ambos ya estaban separados. Desde el principio del embarazo, ella sostuvo que la pequeña Pia es hija del jugador y, tras idas y venidas durante los nueve meses que siguieron, Balotelli acabó negándose a reconocerla. La modelo, entonces, decidió llevarlo ante el juez de lo civil, que este jueves presidió la primera vista. “Si la niña es mía, no me escaquearé de mis responsabilidades”, mandó a decir a través de sus tres abogados la estrella irascible del fútbol italiano. El siguiente paso, un examen del ADN.

Balotelli, de origen africano, fue adoptado con dos años por una familia de Brescia y creció para convertirse en el enfant terrible del calcio, capaz de sacar que quicio a los entrenadores más imperturbables y de hechizar a millones de italianos con sus carreras hacia la portería adversaria; de provocar la antipatía más visceral y un segundo después la pasión desatada en los tifosi.

Su relación con la sensual morena de la pequeña pantalla procuró muchas alegrías a la prensa del corazón. Durante el tiempo que duró el romance hubo paseos en las calles del famoseo más chic de Milán, vacaciones exóticas en bikini y bañadores ceñidos, persecuciones de los paparazzi, besos frente a la cámara y portadas pactadas que mostraban abrazos apasionados. Hasta que el amor se apagó, supuesta infidelidad mediante, y la ruptura causó el vertido de otros litros de tinta en las revistas.

Y es que al poco tiempo de dejarlo, Fico declaró que estaba embarazada y que el hijo que esperaba era suyo, del Super Mario nacional. Tras contárselo al supuesto padre, este reaccionó con tanta energía que esa misma noche marcó dos goles contra Alemania en la Eurocopa de 2012, aliviando por un instante aquel complejo de inferioridad de los italianos frente a los teutones, que el otro Mario, el severo Monti, no lograba sanear por aquellas fechas.

Raffaella Fico, en Venecia, el pasado 2 de septiembre.
Raffaella Fico, en Venecia, el pasado 2 de septiembre.CORDON PRESS

Balo -que es muy hábil a la hora de regatear las líneas de la defensa adversaria, pero nada diplomático fuera de la cancha- nunca acabó de convencerse de que Pia, que el mismo día del juicio cumplió un año, era hija suya. La pequeña es regordeta, de piel mulata y aún no tiene padre. Como los exnovios no supieron llegar a una solución por la vía privada, a partir de ahora se encargará el tribunal. El jueves, ni la madre ni el posible padre presenciaron la vista. Ambos enviaron a sus representantes legales. Los letrados de Balo dejaron entender que el futbolista está listo para el examen del ADN. En el caso de que el mapa genético de la pequeña Pia encajara con el suyo, promete ejercer de padre.

Esta no es sin embargo la única resaca jurídica entre los escombros de un amor fallido. Fico denunció también por difamación por medio de la prensa a los padres adoptivos de Super Mario, Francesco y Silvia. El matrimonio replicó a una entrevista de su exnuera, donde la modelo tachaba a su hijo de “irresponsable" y lo acusaba de descuidarla tanto a ella como a su hija. Escribieron una carta, que fue publicada por la Gazetta dello Sport el pasado diciembre, que Fico considera “llena de consideraciones ofensivas”. Para ellos, por lo tanto, otro juicio.

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