36 detenidos en una gran operación policial contra el robo de cobre en Madrid y Toledo
Unos 250 agentes y 50 coches patrulla de la Guardia Civil sitian el poblado chabolista El Gallinero en la Cañada Real.- Incautadas en una tornería de Getafe 100 toneladas de cobre ya triturado.- La mayoría de los detenidos son de nacionalidad rumana pero los vendedores eran torneros españoles
La redada en busca de cobre robado que ha tenido lugar durante toda la mañana en el poblado chabolista El Gallinero, junto a la Cañada Real Galiana en la A-3, ha concluido alrededor de las 12.30. Tras los registros practicados, los agentes se han incautado de 103 toneladas de cobre. Además, un autobús con 36 detenidos escoltado por varios todoterreno de la Guardia Civil ha dejado el lugar. Hay otros 11 imputados que ya estaban en prisión, y los agentes buscan a otros 40 implicados. Casi todos los detenidos, excepto ocho españoles, son de nacionalidad rumana.
Unos 250 agentes y 50 vehículos policiales de la Guardia Civil han participado en la redada desde primera hora de la mañana. Las fuerzas de seguridad han identificado a toda la población de las chabolas, la mayoría de origen rumano en una operación policial que se ha desarrollado de manera simultánea, además, en Yuncos (Toledo), en el distrito madrileño de Villaverde y en Getafe (donde se han detenido a siete empleados de una empresa de tornería. Son los únicos españoles). En esta última localidad han sido localizadas 100 toneladas de cobre, mientras en el poblado se han requisado otras tres.
Unos 15 secretarios judiciales han acompañado a los agentes en los registros de las infraviviendas para las que tenían orden, en las detenciones y en el decomiso del cable encontrado. Además, un helicóptero ha sobrevolado la zona para evitar que nadie pudiera huir y una dotación de agentes a caballo han acompañado el patrullaje en la zona. El poblado era el gran centro de pelado del cable robado a fin de ocultar su procedencia ilícita.
Tras una el 15 de este mes y otra ayer a las 9.30, esta es la tercera redada en los últimos 8 días en El Gallinero. Viven unas 400 personas, es uno de los más poblados de la zona en riesgo de exclusión social Cañada Real.
La ecuación es siempre la misma: cuanto más caro se cotiza el metal, más compensa robarlo. En enero del año pasado el cobre se pagaba a unos dos euros el kilo, un precio que ha ido creciendo hasta situarse, a 23 de noviembre, en poco más de seis euros, según la Bolsa de Metales de Londres (LME en sus siglas en inglés).
Los detenidos solían trabajar siempre de la misma forma y casi siempre en la misma zona de Andalucía. Sus objetivos prioritarios eran los tendidos de ferrocarril, incluidos los del tren AVE. Los ladrones de cobre partían en furgonetas en grupos de 20. El propio vehículo tenía el techo sobreelevado a fin de poder acceder más fácilmente a los cables.
Una vez cortados los cables, eran transportados hasta el poblado del Gallinero, donde se separaba el cobre de su camisa de plástico, ya que ésta es la principal huella de su procedencia.
Uno de los detenidos, residente en Yuncos (Toledo), recogía el material y lo transportaba hasta una chatarrería del barrio madrileño de Villaverde, donde el cobre era triturado y mezclado con otro de procedencia legal, o de recogida callejera. Esta chatarrería era regentada por ciudadanos españoles, algunos de ellos con antecedentes penales por receptación de objetos robados.
Triturado y mezclado, el cobre era transportado a una tornería de Getafe, también propiedad de ciudadanos españoles, donde volvía a ser mezclado con otro cobre callejero. Ya desde allí era vendido. Un total de siete personas han sido detenidos en esta tornería.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.