Rajoy, Aznar y Zapatero asisten a los velatorios de los siete españoles fallecidos en Irak
Los féretros fueron recibidos anoche por autoridades y familiares en un acto solemne en Torrejón
Las capillas ardientes de los siete militares del servicio secreto español muertos el sábado en una emboscada en Irak han quedado instaladas esta tarde en el Hospital Central de Defensa, el antiguo Gómez Ulla, en Madrid, tras realizarles la autopsia. Por expreso deseo de las familias, la prensa no tendrá acceso a ninguna de las siete salas individuales que acogen los restos mortales de los militares.
El ministro de Defensa, Federico Trillo, ha sido el primer miembro del Gobierno que se ha acercado al hospital para acompañar a las familias de los militares muertos. A su llegada al hospital, Trillo, ha explicado el deseo de las familias de velar a sus allegados en la intimidad. Posteriormente, el presidente del Gobierno, José María Aznar, ha visitado los velatorios. Numerosas personalidades civiles y militares han compartido el dolor de las familias, entre ellos el director del CNI, Jorge Dezcallar; el secretario general del PP, Mariano Rajoy; el vicepresidente segundo del Gobierno, Javier Arenas; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; el portavoz parlamentario socialista, Jesús Caldera, y el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.
Durante esta mañana se han practicado las autopsias a los cuerpos de los agentes fallecidos en una emboscada a unos 30 kilómetros al sur de Bagdad. El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, ha explicado en la Cadena Cope que los funerales no se celebrarán hasta mañana para que dé tiempo a analizar los cuerpos de manera que se conozca el origen de la combustión de los vehículos. El ministro no ha descartado "que incendiaran los cuerpos con posterioridad a los asesinatos".
Los cuerpos de Alberto Martínez González, de 43 años y jefe del equipo; Carlos Baró Ollero, de 36; José Merino Olivera, de 49; José Carlos Rodríguez Pérez, de 41; José Lucas Egea, de 42; Alfonso Vega Calvo, de 41, y Luis Ignacio Zanón Tarazona, de 36 llegaron ayer en un Airbus A-310 de la fuerza aérea junto con José Manuel Sánchez Riera, el único que sobrevivió al ataque. En el avión también viajaban, procedentes de Kuwait, el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa y el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Jorge Dezcallar.
Los familiares de las víctimas esperaban la llegada de los féretros a pié de pista, junto con los vicepresidentes primero y segundo del Gobierno, Rodrigo Rato y Javier Arenas, respectivamente, y toda la cúpula del Ejército, encabezada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Antonio Moreno Barberá. También acudieron la ministra de Exteriores, Ana Palacio, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Los féretros, cubiertos con banderas españolas, fueron saludados por un cordón de honor de policías militares del Ejército del Aire. Un civil y dos militares acompañaban cada ataúd. El acto fue solemne y no hubo himnos ni aplausos.
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