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Un tercio de los comedores escolares en España ofrecen demasiadas frituras y pocas verduras

El Ministerio de Derechos Sociales tiene preparado un decreto que limitará la frecuencia de los alimentos más nocivos e impulsará las frutas y legumbres en los colegios para reducir las altas tasas de obesidad infantil

Comedor colegios
Dos niñas comen el menú del comedor escolar en su colegio de Valencia.Mònica Torres
Miguel Ángel Medina

Alrededor de un tercio de los comedores escolares de España ofrecen demasiadas frituras y pocas verduras: un 30% programa tres o más raciones semanales de fritos, mientras un 37% sirve solo dos raciones de verdura fresca en ese periodo, en ambos casos lejos de las recomendaciones del Gobierno. Además, el 70% de los centros no usa el aceite adecuado para freír. Son algunos datos incluidos en el nuevo informe anual del Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria. El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 tiene preparado un decreto que limitará la frecuencia de los alimentos más nocivos e impulsará las frutas, verduras y legumbres en los colegios para reducir las altas tasas de obesidad infantil.

El documento, basado en inspecciones a más de 5.000 colegios realizadas por 14 comunidades en 2023, compara las prácticas actuales con las recomendaciones de la Comisión Institucional de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan), dependiente de Derechos Sociales. Así, los datos constatan que el 16% de estos comedores no cumple con la recomendación actual de ofrecer cuatro o cinco raciones de fruta por semana, y un 7% de los comedores escolares no ofrece nunca pescado, siendo lo ideal que los estudiantes lo comieran entre una y tres veces a la semana.

Mientras, el 37% de los comedores escolares sirven dos o menos raciones de verdura fresca a la semana, cuando los expertos piden aumentarlas a entre tres o cuatro raciones. La Aesan recomienda no superar las dos frituras cada cinco días, una cifra que superan el 30% de los centros. En un 14% de ellos no se sirve al menos una ración semanal de legumbres, un porcentaje similar (12%) al de los centros que incumplen la recomendación de servir, como mínimo, una ración semanal de hortalizas.

En cuanto a las frituras, casi un 30% programa tres o más raciones semanales, cuando nunca deberían ser más de dos. En este aspecto, la comisión de expertos solicita que los alimentos se frían solamente con aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico, y esta indicación la incumplen el 71,08% de los centros escolares.

Más datos preocupantes: uno de cada diez colegios (el 11,19%) no suministra menús especiales por motivos de salud. Además, muchos centros abusan de los platos precocinados, un producto que se sirve cuatro o más veces al mes en casi un tercio de los centros. Además, casi un 34% de los menús escolares no están supervisados por profesionales con formación acreditada en nutrición humana y dietética.

El ministerio que dirige Pablo Bustinduy tiene preparado un Real Decreto sobre Comedores Saludables y Sostenibles que convertirá las recomendaciones de ese organismo en obligaciones. Así, exigirá no exceder el número de frituras, usar únicamente los tipos de aceites recomendados para ellas, así como aumentar el consumo de frutas, verduras y hortalizas.

La futura norma también busca garantizar que los centros escolares ofrezcan agua como única bebida durante las comidas, algo que ha sido así durante años pero que está empezando a cambiar: según el informe en 2021 la práctica totalidad de los comedores escolares (99,68%) ofrecían únicamente agua para beber a la hora de comer, mientras que en solo dos años ese porcentaje se ha reducido a 83,58%. Las alternativas suelen ser bebidas azucaradas, mucho más insanas. De hecho, no es lo único que ha empeorado respecto al anterior informe: el cumplimiento de las recomendaciones de frituras ha pasado de un 88,62% al 70,85%, y el de contar con un nutricionista, del 62,81% al 66,50%.

El decreto pretende también que los menús incorporen alimentos de temporada característicos de la dieta mediterránea, como hortalizas, legumbres, cereales, frutas, frutos secos y aceite de oliva. Y al menos el 5% de estos alimentos deberán ser de producción ecológica. La idea que esas comidas sirvan para garantizar una dieta saludable y, a la vez, para que los niños adquieran hábitos nutricionales saludables para el resto de su vida.

El ministerio defiende que esta medida es fundamental para sacar a España del tercer puesto de países de Europa con mayores índices de obesidad y sobrepeso infantil. El 23,3% de los escolares entre seis y nueve años presenta sobrepeso, y el 15,9% obesidad, según la última edición del Estudio Aladino (Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad), que elabora el propio departamento.

Cereales y pan integral

Miguel Ángel Royo-Bordonada, uno de los mayores expertos de España en obesidad infantil, explica qué otras medidas se podrían tomar en los comedores escolares: “Una medida sencilla es cambiar los cereales y el pan por productos integrales, que no son mucho más caros y suponen un gran cambio. Además, habría que reducir las raciones de carne, que muchas veces no son de buena calidad, y sustituirlas por proteínas saludables, como las vegetales, legumbres y pescado azul, que además es muy barato y más sostenible ambientalmente”.

El experto, profesor de la Escuela Nacional de Sanidad, cree que también hay mucho que avanzar en los desayunos escolares, que toman muchos niños en sus centros antes de entrar a clase: “Nunca debería haber galletas ni leche con cacao, que es casi todo azúcar. Lo ideal sería que constaran de pan integral, aceite de oliva, una pieza de fruta y un yogur o vaso de leche entera”. Y recuerda que, más allá de los menús escolares, es importante regular la publicidad de alimentos insanos dirigida a menores: los pequeños reciben unos 4.000 anuncios de este tipo al año solo en la tele. Además, los hogares pobres ven el doble de anuncios de alimentos insanos y padecen el doble de obesidad.

En la pasada legislatura, el entonces Ministerio de Consumo preparó un decreto para prohibir la publicidad de alimentos y bebidas insanos (entre los que incluía chocolates, dulces, galletas, postres, zumos y helados) dirigida a niños y adolescentes en televisión, radio, redes sociales, webs, aplicaciones, cine y periódicos. Tampoco podrán anunciar estos productos youtubers e influencers. El actual Ministerio de Derechos Sociales pretende aprobar una norma similar, que en la pasada legislatura frenó Agricultura.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Medina
Escribe sobre medio ambiente, movilidad —es un apasionado de la bicicleta—, consumo y urbanismo, entre otros temas. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, ha publicado el libro ‘Madrid, preguntas y respuestas. 75 historias para descubrir la capital’. 
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