Así proponen los profesores enseñar con la reforma educativa: “Los chavales dicen que la clase se pasa muy rápida”
Educación publica con retraso los nuevos materiales de enseñanza, creados por docentes que los han probado en el aula
Ha tardado, pero el Ministerio de Educación ha empezado a publicar en internet los nuevos materiales de enseñanza que concentran el espíritu de la reforma educativa. El resultado no es que se parezca a lo que muchos docentes hacen desde hace años, es que los materiales han sido creados por más de 200 profesores que ya los han usado en sus clases de infantil, primaria, ESO y bachillerato. En el proceso han sido pulidos, se les ha dado un formato común (el programa de código abierto Exe Learning) y se ponen ahora a disposición del conjunto de docentes para que puedan aplicarlos, adaptándolos como vean a sus aulas, o para que les sirvan de referencia a la hora de crear sus propios materiales, dice Octavio Moreno, subdirector de Ordenación Académica del Ministerio de Educación. (Pueden verse todos los materiales en este enlace).
Cada material constituye lo que en terminología de la Lomloe se llama “una situación de aprendizaje”, que vienen a ser como escenarios o guiones. Unidades de actividades y tareas que giran en torno a un mismo tema y están diseñados para que el alumnado vaya aplicando sus conocimientos en contextos inspirados en la realidad. Las situaciones tienen duraciones variables: de un par de semanas de clase a cerca de un trimestre. El ministerio ha publicado unas 70 (aparecen más cada día) y prevé alcanzar las 150 en unas semanas, cubriendo casi todas las asignaturas. A continuación, se resumen dos de ellas, una de primaria y otra de secundaria.
¿Por qué desaparecen las estrellas? Asignatura de Ciencias Generales, segundo de bachillerato
Esta situación de aprendizaje se inscribe en la Ciencia Ciudadana, un movimiento que fomenta que personas no especializadas colaboren con investigadores profesionales para avanzar en un campo específico, normalmente utilizando tecnología de uso cotidiano. Aquí, los chavales deben medir de forma organizada la contaminación lumínica del pueblo o barrio donde viven, observando durante una semana el cielo nocturno con ayuda de una aplicación que deben instalarse en un teléfono o dispositivo móvil. Los datos (que se incorporan de forma anónima al proyecto internacional Globe at night) servirán de materia prima para el trabajo que desarrollarán en clase durante al menos cinco sesiones.
El docente comienza explicando los conceptos básicos y los estudiantes van cubriendo después por equipos las fases de un proyecto científico. Recogen datos, formulan hipótesis, las contrastan, y recogen las conclusiones en un informe. “Es importante explicarles que las hipótesis no tienen por qué ser acertadas. Quienes hacen ciencia no son adivinos, sino que responden a las preguntas con resultados palpables y contrastados”, señala la guía didáctica de la situación. Los alumnos deben preparar una versión oral del informe, como si fueran a exponerlo en un congreso o en una reunión de trabajo, creando para ello un póster o presentación interactiva, y ensayando para tratar de “hablar claro, contactando visualmente con el público, mostrándose confiados (aunque no se sientan de ese modo) y mirando lo menos posible las notas”. También deben trasladar las conclusiones fuera del aula, por ejemplo, a la comunidad educativa de su centro, en una feria escolar de ciencias o a los responsables políticos municipales.
Esto último fue lo que hicieron los estudiantes del instituto público David Buján de Cambres (A Coruña), acompañándolo de propuestas para reducir la contaminación lumínica en la población de forma que se vieran mejor las estrellas. El proyecto incorporó así el enfoque del llamado aprendizaje servicio, que pretende educar al tiempo que se mejora el entorno.
“Este trabajo va a permitirles comprender cómo funciona la ciencia de forma que se les quede para toda la vida”, cree José Manuel Calahorra, profesor de Física, que ha participado en la elaboración de los materiales. “Mi experiencia después de 18 años dando clase es que los chavales se lo pasan mucho mejor así, porque están continuamente haciendo cosas, que es como mejor se aprende. Cuando suena el timbre te dicen: ‘Profe, ¿ya ha terminado la clase? ¡Se ha pasado muy deprisa!’.
Vuelta al mundo con una de las primeras exploradoras. Asignatura de Educación artística, primer ciclo de primaria
La austriaca Ida Pfeiffer es una mujer poco conocida en España que tuvo, sin embargo, una biografía fuera de lo común. Nació en Viena en 1797, sus padres la casaron con un hombre mucho mayor que ella y a los 45, cuando sus hijos eran independientes, dejó a su marido y se dedicó a lo que había querido hacer toda la vida: viajar y contar lo que veía. Dio dos veces la vuelta al mundo, y se convirtió en una reconocida exploradora, etnógrafa y escritora. La situación de aprendizaje, pensada para alumnado del primer ciclo de primaria (de seis a ocho años), embarca a los niños en un viaje de la mano de Pfeiffer con paradas en lugares como Brasil, Indonesia, China, Rusia y Persia, en el que escuchan, ven, tocan instrumentos, bailan, pintan y hacen manualidades con elementos de las diferentes culturas.
Al comienzo de cada capítulo, los críos oyen un fragmento adaptado del diario de Pfeiffer. Y después dedican una o dos sesiones a conocer la cultura de cada una de las zonas donde paran. “La situación de aprendizaje es muy fluida porque enseguida se mueve entre la música ―de Mozart a melodías tradicionales chinas―, la danza ―entre otras, la maorí―, la plástica ―haciendo matrioskas―, y también el lenguaje, el concepto de lo que es el mundo… Son todavía muy pequeños y hay conceptos que por estas vías son mucho más fáciles de adquirir”, afirma la maestra de primaria Ana Bellvis, que ha supervisado el material.
Los niños crean al principio de la situación un pasaporte, que van sellando a medida que superan cada etapa. “Además de motivarles, esos momentos nos dan juego para pararnos a reflexionar sobre lo que hemos aprendido. Sobre las diferencias y similitudes con nuestro país, y sobre aquello que les llama la atención. Según el alumnado que tengamos, este tipo de preguntas también pueden servir para conectar con la diversidad cultural que tenemos dentro de clase. Y que esos niños se sientan identificados viendo que trabajamos en clase parte de la cultura que tienen en casa”, dice Bellvis.
Una novedad que llega tarde
Las situaciones de aprendizaje, a las que acompañarán en las próximas semanas y meses unas guías de apoyo sobre cómo explicar cada asignatura con un enfoque competencial, han costado un millón de euros y han sido financiadas con fondos del mecanismo europeo de recuperación. La principal crítica que se les puede hacer es que llegan tarde para los docentes y el alumnado que han inaugurado este curso la nueva ley educativa, la Lomloe (los de los niveles impares).
Muchos profesores aseguraban a principio de curso sentirse perdidos ante los nuevos currículos y su terminología. Y lo lógico hubiera sido que los materiales hubiesen estado disponibles antes de ponerlos en marcha. Igual que cuando se les pregunta por la formación del profesorado en los cambios de la Lomloe (que también va con retraso), los responsables de Educación argumentan que el ministerio ha ido avanzando paso a paso desde la aprobación de la ley a principios de 2021. Añade este departamento que las reformas educativas siempre llevan tiempo, sobre todo si persiguen cambios de fondo. Y que la generalización en las aulas del enfoque competencial requerirá muchos años, de forma que unos meses arriba o abajo tienen una importancia relativa.
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